(CNN) – En muchos aspectos, Siggi nació como un perrito normal: dulce, alegre y extremadamente juguetón.
Pero este rat terrier con manchas también resultó ser bastante inusual. Debido a un defecto de nacimiento, sus patas delanteras estaban al revés.
Un equipo de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Oklahoma (OSU por sus siglas en inglés) pudo dar a Siggi una oportunidad de llevar una vida normal, tras realizar una cirugía correctiva para colocar las patas en la posición correcta.
El Hospital de Enseñanza Veterinaria (VTH por sus siglas en inglés) de la universidad solo había realizado esta operación una vez, según informó la institución en un comunicado de prensa el 31 de agosto. El primer perro, un coonhound llamado Milo, se sometió a una exitosa cirugía correctiva en 2019.
Un grupo de rescate de animales de Dallas llevó a Siggi a VTH cuando tenía 13 semanas, con la esperanza de que el perrito tuviera la misma suerte que Milo.
“Al igual que con Milo, el problema de Siggi parecía estar en las patas, pero en realidad estaba en sus codos”, dijo el Dr. Erik Clary, cirujano de animales de VTH, en el comunicado.
“Por razones que no se entienden del todo, los codos de estos pacientes se desarticulan pronto en la vida y el resultado es una severa rotación de las extremidades inferiores delanteras y una incapacidad para caminar. Como mucho, pueden conseguir un gateo que parece de lo más incómodo y poco adecuado para la vida de un perro”.
El procedimiento que cambió la vida del perrito Siggi
Siggi se sometió a una operación más complicada que la de Milo porque una tomografía computarizada (TAC) mostró una deformidad “significativa” en los huesos de la parte inferior del codo, según Clary.
“El TAC nos ayudó a planificar una intervención más compleja que requeriría una rotura intencionada en lo alto de su cúbito para desrotar la extremidad”, dijo Clary.
El 12 de mayo, Siggi recibió el procedimiento que le cambió la vida, tras lo cual se le colocaron férulas en los codos y un dispositivo ortopédico de fijación mientras los huesos se curaban.
Semanas más tarde, los huesos de Siggi eran lo suficientemente fuertes para la rehabilitación y para empezar a aprender a caminar de nuevo.
Clary dijo que Siggi “demostró aprender bastante rápido… haciendo muchas cosas que a los cachorros les gusta hacer, incluyendo perseguir una pelota en el patio”.
Aunque el equipo de Clary realizó la operación, atribuye el final feliz de Siggi al equipo de marketing de la OSU, que ayudó a difundir la historia de Milo y a que la gente supiera que la operación es posible.
“Siggi encontró atención y llegó al VTH de la OSU porque la historia de Milo se compartió más allá de nuestras paredes”, dijo Clary. “Milo ha traído mucha alegría a muchas personas y espero que ocurra lo mismo con Siggi”.