Washington (CNN) – El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, defendió la retirada de la administración de Biden de Afganistán y el caótico esfuerzo de evacuación que marcó el final de la guerra más larga de Estados Unidos ante las críticas de los legisladores.
El alto diplomático, el primer miembro de la administración que rinde cuentas públicamente por lo ocurrido en Afganistán ante el Congreso, habló ante una audiencia virtual de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y defendió la decisión de abandonar el país mientras los republicanos denunciaban la retirada como una “debacle” y una “traición”.
Blinken sugirió que prolongar la presencia de Estados Unidos no habría cambiado mucho las cosas y señaló que la administración de Trump dejó al gobierno entrante con poco para trabajar, aparte de un plazo para retirarse en mayo.
“Heredamos un plazo”, dijo Blinken. “No heredamos un plan”.
“Un esfuerzo extraordinario”
En su testimonio inicial, el alto diplomático de EE.UU. dijo que “no hay pruebas de que quedarse más tiempo hubiera hecho que las fuerzas de seguridad o el Gobierno de Afganistán fueran más resilientes o autosuficientes”. En la misma línea de los argumentos que el presidente Joe Biden ha expuesto pública y repetidamente, Blinken formuló una pregunta a los legisladores: “Si 20 años y cientos de miles de millones de dólares en apoyo, equipamiento y formación no fueron suficientes, ¿por qué otro año, o cinco, o diez, harían una diferencia?”.
Blinken dijo a los legisladores en un discurso preparado que la administración planificó y ejerció una serie de contingencias, trabajando con los aliados para ejecutar el mayor puente aéreo en la historia militar de EE.UU., “un esfuerzo extraordinario” que sacó del país a “casi todos” los ciudadanos estadounidenses y afganos que querían abandonar Afganistán.
“Planificamos y llevamos a cabo una amplia gama de contingencias. Gracias a esa planificación, pudimos retirar nuestra embajada y trasladar el personal restante al aeropuerto en 48 horas. Y los militares, puestos en estado de alerta por el presidente, pudieron asegurar el aeropuerto y comenzar la evacuación en 72 horas”, dijo Blinken en su declaración inicial, señalando que nadie esperaba que el colapso del país se produjera tan rápidamente como lo hizo.
Blinken expuso la situación que heredó la administración: los talibanes estaban en su posición militar más fuerte desde los atentados del 11 de septiembre de 2001. La administración de Trump había negociado directamente con los talibanes, había liberado a 5.000 de sus miembros encarcelados, incluidos altos mandos militares, y se había comprometido a retirarse antes de mayo, al tiempo que reducía la presencia militar de EE.UU. a su nivel más bajo desde septiembre de 2001. Además, dijo Blinken, el proceso de concesión de visados a los afganos que trabajaban con las tropas y los diplomáticos estadounidenses “estaba básicamente en un punto muerto”.
“Como resultado, al tomar posesión del cargo, el presidente Biden se enfrentó inmediatamente a la disyuntiva de terminar la guerra o intensificarla”, dijo Blinken. “Después de 20 años, 2.641 vidas estadounidenses perdidas, 20.000 heridos y US$ 2 billones invertidos, era hora de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos”.
Los legisladores exigieron respuestas y condenaron la actuación de la administración. El principal republicano de la comisión, el congresista Michael McCaul, de Texas, calificó la retirada y el fin de la guerra como “un desastre inexcusable de proporciones épicas”, una “debacle” y “una traición”.
Criticó a la administración de Biden por “nuestra rendición incondicional a los talibanes”, la naturaleza caótica del esfuerzo de evacuación y que los estadounidenses se quedaran atrás, instando a Blinken a trabajar con grupos privados que lleven a cabo un esfuerzo de “Dunkerque digital” para sacar del país a los estadounidenses, los residentes permanentes legales y los afganos vulnerables.
El presidente demócrata de la comisión, el representante Gregory Meeks, de Nueva York, advirtió contra las críticas motivadas por el partidismo político. “Me parece que muchos de los que critican los esfuerzos de evacuación de la administración están realmente molestos porque el presidente cumplió su promesa de poner fin a la participación de Estados Unidos en la guerra de Afganistán”, dijo Meeks.
“Enmascaran su descontento con críticas, pero no ofrecen alternativas viables. Una vez más, estamos viendo la política doméstica inyectada en la política exterior”.
Estadounidenses aún en Afganistán
Pero también planteó su preocupación por los estadounidenses que siguen atrapados en Afganistán. “Estoy deseando escuchar del secretario cómo piensa el Departamento de Estado completar la evacuación de los 100 o 200 estadounidenses que permanecen en Afganistán y que quieren volver a casa, así como para evacuar a los afganos que han trabajado junto a nosotros durante los últimos 20 años”, dijo Meeks.
Al igual que los funcionarios de la administración, los legisladores fueron tomados por sorpresa cuando los talibanes derrotaron rápidamente a las tropas afganas, dejando a los ciudadanos estadounidenses, a los ciudadanos permanentes legales y a los afganos que trabajaron con las tropas y los diplomáticos estadounidenses luchando por salir del país durante el apresurado esfuerzo de evacuación, o dejándolos atrás. Muchos legisladores se vieron implicados personalmente cuando se apresuraron a ayudar a sus electores a escapar de Kabul.
Justo antes de que Blinken compareciera en el Capitolio, el gobierno de Biden anunció este lunes que destinará cerca de US$ 64 millones en nueva ayuda humanitaria para los afganos, con el fin de proporcionarles alimentos, atención sanitaria, suministros médicos y otras ayudas.
La audiencia de este lunes es la primera de las dos comparecencias que Blinken hará ante el Congreso esta semana para testificar sobre Afganistán.
– Ellie Kaufman y Sonnet Swire de CNN contribuyeron con este reportaje.