(CNN) – Las drásticas medidas adoptadas por China para contener el coronavirus este verano han hecho mella en la confianza de los consumidores del país y están alimentando la preocupación por la fortaleza de la segunda economía del mundo.
Las ventas al por menor tuvieron problemas en agosto, con un aumento de sólo el 2,5% en comparación con el año anterior, según las estadísticas del gobierno publicadas este miércoles. Esta cifra es mucho más débil de lo esperado y supone una drástica desaceleración respecto al aumento del 8,5% registrado en julio.
Las autoridades chinas atribuyeron el menor crecimiento a los brotes de covid-19 y a las inundaciones, que impidieron que la gente viajara y les hicieron retrasar el “gasto de las vacaciones de verano”, según Fu Linghui, portavoz de la Oficina Nacional de Estadística, que habló el miércoles en una conferencia de prensa en Beijing.
Los costes de una estrategia de “cero covid-19”
La producción industrial aumentó un 5,3% en agosto respecto al año anterior, también más lento que en julio y el menor crecimiento generado por las fábricas chinas en un año.
La inversión en las zonas urbanas, por su parte, aumentó un 8,9% en el periodo de enero a agosto, por debajo del 10,3% de los siete primeros meses del año.
Los datos publicados este miércoles son la muestra más cruda hasta el momento de hasta qué punto han afectado a la economía las medidas que el gobierno tomó para frenar un brote de la variante delta este verano. Para impedir nuevos contagios, China ha aplicado una agresiva estrategia de “cero covid-19”, cerrando ciudades, cancelando vuelos y suspendiendo algunas operaciones portuarias.
El enfoque funcionó para volver a controlar el virus, aunque a costa de la actividad económica.
Pero la economía china también tiene que hacer frente a otros problemas, como la crisis del sector inmobiliario.
Crecen las amenazas al sector inmobiliario
Los proyectos de nuevas viviendas, medidos en superficie, cayeron un 3,2% durante los ocho primeros meses del año.
“Los vientos en contra del sector inmobiliario parecen intensificarse”, escribió este miércoles Julian Evans-Pritchard, economista principal de Capital Economics para China, en un informe de investigación. Añadió que las restricciones del gobierno a los préstamos entre los desarrolladores inmobiliarios están ejerciendo presión sobre el sector.
Recientemente, la crisis de liquidez del gigante inmobiliario chino Evergrande se ha agravado de forma significativa, y la empresa ha advertido que podría incumplir sus enormes deudas mientras lucha por reducir costes o encontrar compradores para algunos de sus activos.
La empresa, una de las mayores desarrolladoras inmobiliarias de China, ya ha desencadenado la agitación del mercado en el país, dado que sus bonos y acciones se han desplomado. A los inversores les preocupa que una cesación de pagos pueda tener efectos en el sistema bancario chino y en la economía en general, así como desencadenar el malestar social. Los inversores y los propios empleados de la empresa ya han protestado en la sede de Evergrande en Shenzhen, así como en las provincias de Sichuan, Jilin y Henan.
Nuevos brotes afectan perspectivas de crecimiento
El coronavirus, por su parte, podría seguir afectando a la economía. Un nuevo brote en la provincia sudoriental de Fujian “supone un riesgo a la baja para nuestra previsión de un repunte del crecimiento” en el cuarto trimestre, después de un tercer trimestre débil, escribió Louis Kuijs, jefe de economía de Asia para Oxford Economics, en un informe de investigación del miércoles.
Añadió que espera que “la estricta postura sobre la financiación a los desarrolladores inmobiliarios se mantenga y que el endurecimiento de la normativa sobre las empresas de Internet pese sobre el sentimiento y el crecimiento”, refiriéndose a la actual represión gubernamental sobre las grandes empresas tecnológicas.
Sin embargo, Kuijs añadió que el gobierno chino probablemente se esforzará por evitar una fuerte desaceleración. Espera que las autoridades apoyen el crecimiento en los próximos meses recortando los tipos de interés y permitiendo a los gobiernos locales emitir más bonos para financiar proyectos de infraestructuras.