(CNN) – Tres informes publicados el miércoles apoyan el argumento de que con el tiempo las personas pueden necesitar una dosis de refuerzo de la vacuna de covid-19 de Pfizer, y sugieren que dichas vacunas de refuerzo serían seguras.
Los informes son parte de un lote de datos que serán discutidos el viernes por los asesores de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA).
La FDA está considerando una solicitud de Pfizer para aprobar una tercera dosis de refuerzo de su vacuna para la mayoría de las personas seis meses después de recibir sus dos primeras dosis.
Pero si bien la FDA señaló claramente que otorgaría autorización de uso de emergencia (EUA) a las vacunas de Pfizer y Moderna en diciembre pasado, que otorgaría EUA a la vacuna de Johnson & Johnson en febrero y que aprobaría por completo la vacuna de Pfizer el mes pasado, fue notablemente neutral sobre la cuestión de dosis de refuerzo para la gente en general.
Hay “muchos estudios potencialmente relevantes, pero la FDA no ha revisado ni verificado de forma independiente los datos subyacentes o sus conclusiones”, dijo en un documento informativo publicado el miércoles antes de la reunión de su Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados.
Uno de los informes es la presentación formal de los datos de Israel publicados a principios de este mes que mostraron que las dosis de refuerzo de la vacuna no solo aumentaron la inmunidad medida en la sangre, sino que también mostraron una reducción de la infección en el mundo real.
Otros dos, patrocinados por Pfizer, apoyan el argumento de que la inmunidad, medida en la sangre, comienza a disminuir con el tiempo después de que las personas reciben ambas dosis iniciales. Uno muestra que una vacuna de refuerzo restaura esa inmunidad.
Los informes, todos publicados en el New England Journal of Medicine, están siendo utilizados por Pfizer y por algunos funcionarios federales para respaldar el argumento de que la mayoría de las personas necesitarán dosis de refuerzo a partir de los seis meses posteriores a la vacunación inicial.
El ensayo de Pfizer
Un estudio dirigido por Pfizer informa sobre el ensayo en curso de más de 40.000 voluntarios. “A lo largo de seis meses de seguimiento y a pesar de una disminución gradual en la eficacia de la vacuna, BNT162b2 (la vacuna de Pfizer) tuvo un perfil de seguridad favorable y fue altamente eficaz en la prevención del covid-19”, escribieron los investigadores.
“La eficacia alcanzó un máximo del 96,2% durante el intervalo de 7 días a menos de 2 meses después de la segunda dosis y disminuyó gradualmente al 83,7% desde 4 meses después de la segunda dosis hasta la fecha de corte de los datos: una disminución promedio de aproximadamente el 6% cada 2 meses. Se necesita un seguimiento continuo para comprender la persistencia del efecto de la vacuna a lo largo del tiempo, la necesidad de una dosis de refuerzo y el momento de administrar dicha dosis”.
Otros dos estudios hacen un caso más sólido a favor de los refuerzos.
Uno, de Israel, se informó como una preimpresión a principios de septiembre. “En este estudio en el que participaron personas que tenían 60 años de edad o más y habían recibido dos dosis de la vacuna BNT162b2 al menos 5 meses antes, encontramos que las tasas de covid-19 confirmado y enfermedad grave fueron sustancialmente más bajas entre los que recibieron un dosis de refuerzo (tercera) de la vacuna BNT162b2”, escribió el equipo.
“Al menos 12 días después de la dosis de refuerzo, la tasa de infección confirmada fue menor en el grupo de refuerzo que en el grupo sin refuerzo en un factor de 11,3; el índice de enfermedad grave fue menor en un factor de 19,5. En un análisis secundario, la tasa de infección confirmada al menos 12 días después de la vacunación fue más baja que la tasa después de 4 a 6 días en un factor de 5,4”.
Los funcionarios federales de EE.UU. han utilizado estos datos israelíes para respaldar los argumentos a favor de las dosis de refuerzo. Sin embargo, la FDA fue más circunspecta en su documento informativo.
“Debe reconocerse que, si bien los estudios observacionales pueden permitir la comprensión de la efectividad en el mundo real, existen sesgos conocidos y desconocidos que pueden afectar su confiabilidad”, dijo la FDA.
También expresó su preferencia por los datos estadounidenses.
“Debido a estos sesgos, algunos estudios pueden ser más confiables que otros. Además, los estudios realizados en EE.UU. sobre la efectividad posterior a la autorización de BNT162b2 pueden representar con mayor precisión la efectividad de la vacuna en la población de EE.UU.”, dijo.
Investigadores estadounidenses que trabajan con Pfizer dijeron en una breve carta al New England Journal of Medicine que también encontraron evidencia de que una vacuna de refuerzo ayudaría a restaurar la inmunidad menguante.
“La seguridad y la inmunogenicidad de una dosis de refuerzo de BNT162b2 administrada de 7 a 9 meses después de la serie primaria de dos dosis sugieren que una tercera dosis podría prolongar la protección y aumentar aún más la amplitud de la protección”, escribieron.
“La eficacia disminuyó al 84% entre 4 y aproximadamente 6 meses después de la dosis 2”, escribió el equipo, dirigido por la Dra. Ann Falsey de la Universidad de Rochester.
Dieron una tercera dosis aproximadamente ocho meses después de que la gente recibió sus dos primeras dosis. Los anticuerpos neutralizantes, la primera línea de defensa inmunitaria contra la infección, se elevaron drásticamente, a niveles entre cinco y siete veces superiores a los niveles de inmunidad observados después de dos dosis. Los altos niveles de protección también cubrieron dos variantes preocupantes: la variante beta o B.1.351 y delta, o B.1.617.2, que representa prácticamente todas las infecciones en EE. UU. actualmente.
El estudio no pudo demostrar si esta inmunidad medida en la sangre se traduce en una protección real contra infecciones y enfermedades graves.
El estudio de Moderna
Por separado, la fabricante de vacunas Moderna publicó algunos datos sobre la disminución de la inmunidad y las dosis de refuerzo de su vacuna de covid-19 el miércoles.
Un equipo dirigido por Moderna informó datos provisionales que cubren a 80 voluntarios en un ensayo en curso que recibieron dosis de refuerzo de la vacuna actualmente autorizada de Moderna, o de vacunas reformuladas para coincidir con la variante beta, la variante gamma, o P.1, o la variante delta.
Todos los voluntarios habían recibido dos dosis completas de la vacuna de Moderna. Seis meses después, se analizó su sangre y luego recibieron refuerzos.
“Inmediatamente antes de la dosis de refuerzo, los anticuerpos neutralizantes contra el virus D614G de tipo salvaje habían disminuido”, escribió el equipo en su informe, publicado en Nature Medicine. D614G era la cepa que circulaba antes de que B.1.1.7 o alpha se extendiera por la mayor parte del mundo.
“Tanto el refuerzo de ARNm-1273 como los refuerzos modificados con variantes fueron seguros y bien tolerados”, agregó el equipo. Todas las vacunas aumentaron los niveles de los llamados anticuerpos neutralizantes, proteínas del sistema inmunológico que son la primera línea de defensa contra las infecciones. Los niveles volvieron al equivalente de protección justo después de la vacunación completa, dos semanas después de la segunda inyección, dijeron.
Moderna también dijo que tenía datos que mostraban que la inmunidad para su vacuna también disminuía, meses después de que las personas completaran la serie de dos dosis.
Comparó a casi 15.000 personas que recibieron la vacuna temprano como parte de su ensayo clínico de vacunas de covid-19 COVE hace más de un año con 11.000 personas vacunadas entre diciembre y marzo. “En el análisis, se produjeron 88 casos posvacunación de covid-19 en el grupo vacunado más recientemente en comparación con 162 casos en el grupo vacunado el año pasado”, dijo Moderna en un comunicado.
Eso equivale a 49 casos por 1.000 personas-año entre las personas vacunadas entre diciembre y marzo, en comparación con 77,1 casos por 1.000 personas-año para las personas vacunadas entre julio y octubre de 2020.
“El mayor riesgo de infecciones irruptivas en el estudio COVE, los participantes que fueron vacunados el año pasado en comparación con los más recientes ilustra el impacto de la inmunidad menguante y respalda la necesidad de un refuerzo para mantener altos niveles de protección. Esperamos que estos hallazgos sean útiles a medida que las autoridades sanitarias y los reguladores continúan evaluando estrategias para terminar esta pandemia”, dijo en el comunicado el CEO de Moderna, Stéphane Bancel.
Moderna también está solicitando a la FDA que autorice dosis de refuerzo de su vacuna.