Nueva York (CNN Business) – Una semana épica en Washington está en marcha: el Congreso está lidiando con la reconciliación presupuestaria, un plan de infraestructura y el techo de la deuda, todo al mismo tiempo. El resultado sigue siendo incierto, y la prosperidad y los bolsillos de Estados Unidos están en juego.
“¿Quieres que sea sincero? Va a ser una semana infernal”, dijo la representante de Michigan Debbie Dingell a CNN el domingo.
Prepárense para una semana de política y proceso que les dejará boquiabiertos. Pero este asunto en Washington tiene implicaciones para prácticamente todas las familias estadounidenses. Lo que está ocurriendo ahora mismo es nada menos que un reajuste de la economía de la mesa de la cocina que se produce una vez en una generación.
Reconstruir mejor
El presidente Joe Biden y los demócratas quieren rehacer la economía estadounidense desde la cuna hasta la tumba. Las inversiones para los niños, los padres, los trabajadores y los ancianos serían pagadas por los ricos y las grandes empresas. El objetivo: reducir los costes del cuidado de los niños y de la sanidad con el preescolar universal y dos años gratuitos de universidad comunitaria.
Hay licencias de maternidad y enfermedad pagadas, subsidios para el Obamacare, más becas Pell e inversiones en resiliencia climática. Y para los mayores, Medicare cubriría la atención dental y ocular y los audífonos. Es una enorme lista de deseos de US$ 3.500 millones en 10 años.
Los demócratas la aclaman como la expansión más significativa de la red de seguridad desde la Gran Sociedad de Lyndon B. Jhonson (LBJ) o el New Deal de Franklin D. Roosevelt (FDR). Los republicanos la odian por la misma razón.
Los republicanos se oponen a la subida de impuestos para pagarla y al alcance del gasto social. Y entre los demócratas hay algunas luchas internas sobre el proceso y el tamaño.
“A esta migraña política le quedan varias semanas, ya que los republicanos se pelean con los demócratas y los demócratas con otros demócratas”, dice Greg Valliere, estratega jefe de AGF Investments en EE.UU.
Algunos demócratas de los estados con altos impuestos insisten en restablecer las deducciones de impuestos estatales y locales (SALT, por sus siglas en inglés). Y algunos progresistas se opondrán si los demócratas moderados consiguen suavizar los aumentos del impuesto de sociedades o el tamaño del paquete.
Techo de la deuda
Los republicanos se oponen tanto a la agenda social de los demócratas que prometen no ayudar a elevar el techo de la deuda. En el programa State of the Union de CNN, el senador Pat Toomey dijo que los demócratas están en medio de “un gasto muy perjudicial a una escala que nunca hemos visto, y quieren que vayamos y autoricemos el endeudamiento para ayudar a pagarlo”. Prometió que el techo tendría que ser elevado solo por los demócratas.
Es el último juego político con el límite de la tarjeta de crédito de Estados Unidos. Si no se eleva el techo de la deuda, el Departamento del Tesoro no puede pedir dinero prestado para pagar las facturas de lo que el Congreso ya ha gastado. En algún momento del próximo mes, el Tesoro tendría que elegir qué facturas pagar, dando potencialmente a los estadounidenses pagarés en lugar de cheques de la Seguridad Social, la paga a las tropas o los depósitos de créditos fiscales para niños.
Incluso un breve impago accidental podría desencadenar una crisis financiera, costar al gobierno miles de millones más en costes de préstamo y potencialmente disparar los tipos de interés para el resto de nosotros.
“El impago de la deuda es un asunto serio”, dice Valliere, pero los actores de Wall Street apuestan hasta ahora por que el techo de la deuda se resuelva.
“Al final se elevará y los demócratas se verán obligados a asumir la mayor parte de la responsabilidad”, afirma Valliere.
Proyecto de ley de infraestructuras
Pero hay un apoyo bipartidista para un proyecto de ley de infraestructura de US$ 1.000 millones. De nuevo, se trata de inversiones que prácticamente todas las familias sentirían, en las carreteras que conducen y los puentes que cruzan.
Piensa en mejores tiempos de viaje al trabajo, en menores costes de mantenimiento de los coches e incluso en una posible reducción de los costes de los alimentos, ya que actualmente los agricultores deben sortear puentes y carreteras que crujen.
La administración cree que son muy necesarias las inversiones en la red eléctrica, el agua potable, los aeropuertos, los puertos marítimos, la Internet de alta velocidad, el transporte público y las estaciones de carga de vehículos eléctricos. Es una sencilla prueba de inteligencia para Washington, con amplio apoyo popular, envuelta en la semana infernal de Washington.