(CNN) – Comer carne de res, cordero, cerdo y carnes procesadas aumenta el riesgo de padecer enfermedades coronarias en el futuro, según un nuevo metaanálisis de estudios realizados sobre más de 1,4 millones de personas a las que se hizo un seguimiento durante 30 años.
La enfermedad coronaria es la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Se desarrolla cuando los depósitos grasos de colesterol crean una acumulación de placas en las paredes de las arterias que suministran sangre al corazón.
Según el estudio, publicado el miércoles en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition, el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria incrementa conforme aumenta la cantidad de carne.
Por cada 50 gramos de carne de res, cordero y cerdo que se consumía, el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria aumentaba un 9%. Una ración de carne recomendada es de unos 85 gramos, el tamaño de una pastilla de jabón o una baraja de cartas, según la Sociedad Americana del Cáncer.
Por cada 50 gramos de carnes procesadas como el tocino, el jamón o las salchichas consumidas, el riesgo aumentaba un 18%.
“La carne procesada parece ser peor para la enfermedad coronaria”, dijo la coautora del estudio, Anika Knüppel, epidemióloga nutricional del departamento de salud de la población de la Universidad de Oxford.
“Esto coincide con lo que se ha descubierto en el caso del cáncer de intestino, en el que la carne procesada ha demostrado estar asociada a un mayor aumento del riesgo que la carne roja”, dijo Knüppel.
¿De un 9 a un 18% no parece un riesgo tan grande? Puede que sí, si se toma en cuenta que pocas personas comen menos de 56,6 gramos de carne roja o procesada en cualquier comida.
Tomemos como ejemplo una cena en un restaurante de un corte típico de carne de res. Los filetes, solomillos, tiras y costillas que se comen en un restaurante pueden pesar entre 255 y 340 gramos. Eso significa que podrías consumir fácilmente entre 142 y 198 gramos de carne de res en una sola comida. ¿Desayunaste tocino? El riesgo es aún mayor.
No hay problema con las aves de corral
El informe también ofrece buenas noticias para los carnívoros: no parece haber relación entre el consumo de aves de corral, como el pollo y el pavo, y un mayor riesgo de cardiopatía coronaria.
La mayoría de los tipos de aves de corral, consideradas carnes magras, no contienen los niveles de grasa saturada que se encuentran en la carne roja, ni los altos niveles de sodio que forman parte de las carnes procesadas. La grasa saturada desempeña un papel importante en el desarrollo de la placa en las paredes de las arterias, un factor clave que contribuye a los bloqueos asociados a las enfermedades coronarias.
El sodio puede elevar la presión arterial, restringiendo también el flujo de sangre al corazón.
Cambia a una dieta basada en plantas
Los estudios han demostrado que las mejores dietas para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas son las basadas en plantas. En la clasificación de las mejores dietas para la salud del corazón realizada por U.S. News & World Report, la dieta mediterránea empató con la dieta DASH y la dieta Ornish para obtener los máximos honores en la mejor dieta saludable para el corazón.
La dieta Ornish fue creada en 1977 por el Dr. Dean Ornish, fundador del Instituto de Investigación de Medicina Preventiva sin ánimo de lucro de California. Ornish afirma que la dieta es el único programa científicamente probado para revertir las enfermedades del corazón en un ensayo clínico aleatorio sin medicamentos ni cirugía. Sin embargo, los expertos han dicho que la dieta es restrictiva y difícil de seguir.
La dieta DASH se recomienda a menudo para reducir la presión arterial. Su premisa es sencilla: comer más verduras, frutas y productos lácteos bajos en grasa, reduciendo al mismo tiempo los alimentos ricos en grasas saturadas y limitando el consumo de sal.
El plan de comidas incluye tres productos integrales al día, de cuatro a seis raciones de verduras, de cuatro a seis raciones de fruta, de dos a cuatro raciones de productos lácteos y varias raciones de carne magra y frutos secos/semillas/legumbres.
Los estudios demuestran que seguir esta dieta puede reducir la presión arterial en cuestión de semanas.
La dieta Mediterránea se llevó la medalla de oro a la mejor dieta en general en la clasificación de 2021. No es de extrañar este reconocimiento, ya que numerosos estudios han demostrado que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de diabetes, colesterol alto, demencia, pérdida de memoria, depresión y cáncer de mama. Las comidas de la soleada región mediterránea también se han relacionado con unos huesos más fuertes, un corazón más sano y una vida más larga.
La dieta se basa en una cocina sencilla y de origen vegetal, en la que la mayor parte de las comidas se centran en las frutas y verduras, los cereales integrales, las legumbres y las semillas, con algunos frutos secos y un fuerte énfasis en el aceite de oliva virgen extra. Despídete del azúcar y las harinas refinadas, salvo en contadas ocasiones. Las grasas distintas del aceite de oliva, como la mantequilla, se consumen raramente, si es que se consumen.
La carne puede hacer una rara aparición, normalmente solo para dar sabor a un plato. En su lugar, las comidas pueden incluir huevos, lácteos y aves de corral, pero en porciones mucho más pequeñas que en la dieta occidental tradicional. El pescado, sin embargo, es un alimento básico.
¿Quieres que la dieta mediterránea sea uno de tus objetivos este año? Empieza por cocinar una comida a la semana a base de legumbres, cereales integrales y verduras, utilizando hierbas y especias para darle más sazón. Cuando una noche a la semana sea pan comido, añade dos y, a partir de ahí, prepara todas tus comidas sin carne.