(CNN) – Cuando se inauguró este viernes una exposición sobre el futuro del trabajo en un museo de arte danés, en teoría los visitantes debían ver dos grandes marcos llenos de billetes por un valor combinado de US$ 84.000.
Las piezas debían ser reproducciones de dos obras del artista Jens Haaning, que anteriormente utilizó dinero en efectivo enmarcado para representar el salario medio anual de un austriaco y un danés, en euros y coronas danesas respectivamente.
Pero cuando el Museo Kunsten de Arte Moderno de Aalborg recibió las obras recreadas antes de la exposición, el personal de la galería hizo un descubrimiento sorprendente: los marcos estaban vacíos. En lugar de ser obra de ladrones, el dinero prestado había desaparecido gracias al propio Haaning, que dice que se queda con el dinero, en nombre del arte.
“Decidí hacer una nueva obra para la exposición, en lugar de mostrar las dos obras de 14 y 11 años respectivamente”, dijo Haaning al museo en un correo electrónico, cuyo texto se muestra ahora junto a los marcos vacíos.
“La obra se basa/responde tanto a su concepto de exposición como a las obras que habíamos previsto mostrar en un principio”.
La “nueva” pieza conceptual, que Haaning tituló “Take the Money and Run” (“Toma el dinero y escapa”), se encuentra ahora en el centro de una disputa entre el museo y el artista sobre el trabajo, las obligaciones contractuales y el valor del trabajo, todos ellos temas adecuados para la exposición.
“Vi, desde mi punto de vista artístico, que podía crear una obra mucho mejor para ellos de lo que podían imaginar”, dijo Haaning a CNN por teléfono, y añadió: “No veo que haya robado dinero… He creado una obra de arte, que quizá sea 10 o 100 veces mejor de lo que habíamos planeado. ¿Cuál es el problema?”
Disputa contractual
Además de prestar a Haaning 534.000 coronas danesas (US$ 84.000) por las obras de arte llenas de dinero, el Museo Kunsten había acordado pagar otras 10.000 coronas (US$ 1.571) por su obra, además de cubrir los costos como el enmarcado y la entrega. Pero el artista dijo que el proyecto le habría dejado sin recursos, debido a los costos del estudio y los salarios del personal.
“Normalmente me encuentro en mejor situación cuando expongo en el extranjero”, dijo. “Soy danés y es (un) museo danés, y esperan que invierta porque entonces quizá un día compren algo”.
El director del Kunsten, Lasse Andersson, sostuvo que el museo ha mantenido su parte del acuerdo. “Es muy importante para nosotros porque siempre nos hemos caracterizado por cumplir los contratos y también por pagar a los artistas unos honorarios razonables”, dijo por teléfono.
Haaning dijo que no tiene planes de devolver el dinero y que “no está preocupado” por las posibles consecuencias. Andersson dijo que el artista tiene hasta enero, cuando termina la exposición, para devolver el préstamo, después de lo cual el museo considerará la posibilidad de emprender acciones legales.
Por ahora, el museo expone “Take the Money and Run” tal cual, poniéndola en una plataforma para que sea considerada y criticada. En el mundo del arte, las obras que cuestionan el valor del propio arte, como Maurizio Cattelan pegando un plátano en una pared, o Banksy destrozando un cuadro en una subasta, no son nada nuevo. Tampoco lo son las obras de arte invisibles, como la que expuso el difunto Yves Klein en una habitación vacía ante miles de personas en 1958.
Comentar el valor de la obra es, al fin y al cabo, lo que Haaning pretendía. “Creo que detrás de la obra hay una afirmación mucho más general: que (uno) debe mirar las estructuras en las que participa y reflexionar sobre ellas”, dijo, enumerando la religión y el matrimonio entre ellas. “Y si es necesario, ya sabes, toma el dinero y escapa”.
Andersson tiene su propia interpretación de los marcos vacíos, que ve en el contexto de la exposición de su museo, “Work it Out”.
“¿Tenemos que trabajar por el dinero, o podemos simplemente tomarlo?” preguntó Andersson. “¿Por qué vamos a trabajar? Todo este tipo de cosas nos hacen reflexionar sobre los hábitos culturales de la sociedad de la que formamos parte. Y también se aplica a la pregunta: ¿Están los artistas suficientemente pagados por lo que hacen?”.
Aun así, al director del museo le gustaría que le devolvieran el dinero.
“No es mi dinero, es dinero público, es el dinero del museo”, dijo. “Por eso (para enero) tenemos que asegurarnos de que nos lo devuelvan”.
– Oscar Holland contribuyó con este reportaje.