(CNN) – El río de lava al rojo vivo que brota del volcán Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, se hizo más denso este lunes, después de que la noche anterior se derrumbara el lado norte del cráter y provocara espectaculares explosiones, pero las autoridades descartaron nuevas evacuaciones.
A pesar del aumento de la actividad, la lava parecía seguir una trayectoria similar a la de flujos anteriores y sigue evitando las zonas que hasta ahora se habían salvado, dijo el presidente regional de las Islas Canarias, Ángel Víctor Torres.
“Hemos tenido que ordenar algunos cierres por la calidad del aire, pero no tenemos previsto evacuar a más personas”, dijo en una entrevista al canal de televisión TVE este lunes por la mañana.
Torres dijo que el volcán había emitido aproximadamente tres veces el material expulsado durante la última gran erupción de la isla en 1971, en una cuarta parte del tiempo.
Añadió que su administración planeaba comprar unas 300 casas para alojar a los que perdieron sus hogares y dijo que era demasiado pronto para saber la magnitud de los daños totales.
“Si la lava sigue brotando en las mismas cantidades que vimos anoche, los daños van a ser mayores”, dijo Torres.
Aproximadamente 1.000 edificios han sido destruidos desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre y 6.000 personas han sido evacuadas, la mayoría de ellas de las localidades de El Paso y Los Llanos de Aridane, dos de los principales núcleos de población de la isla de 83.000 habitantes.
Durante su visita a la isla el fin de semana, el presidente de Gobierno de España, Pedro Sánchez, prometió una ayuda de 206 millones de euros para la reconstrucción e insistió en que La Palma era segura para el turismo.