Hong Kong (CNN) – El submarino de la Armada de EE.UU. que chocó con un objeto sumergido en el Mar de China Meridional el pasado fin de semana estaba operando en uno de los entornos submarinos más difíciles del mundo, uno lleno de ruido de los barcos por encima y un fondo marino con contornos constantemente cambiantes que pueden sorprender a cualquier tripulación, dicen los analistas.
Los funcionarios de defensa de EE.UU. no dieron este jueves detalles del accidente que sufrió el USS Connecticut, y solo dijeron que varios marineros a bordo resultaron heridos cuando el submarino golpeó un objeto mientras operaba sumergido en el Mar de China Meridional.
El servicio dijo que las lesiones eran menores y que el submarino llegó a la base naval estadounidense en la isla de Guam este viernes por sus propios medios.
Un portavoz de la Marina dijo a CNN que la parte delantera del submarino estaba dañada y que se realizaría una “investigación completa y una evaluación exhaustiva” del incidente.
Un submarino de avanzada
El Connecticut es uno de los tres submarinos de clase Seawolf de la flota de la Armada, con un precio de unos US$ 3.000 millones cada uno. Este submarino de 9.300 toneladas y 353 pies (107 metros) de eslora, puesto en servicio en 1998, funciona con un único reactor nuclear y está tripulado por 140 marineros.
Al ser más grande que los submarinos de ataque más recientes de la clase Virginia, el Connecticut puede transportar más armamento que otros submarinos de ataque estadounidenses, incluidos hasta 50 torpedos y misiles de crucero Tomahawk, según una hoja informativa de la Marina estadounidense.
Y a pesar de tener más de 20 años, también es tecnológicamente avanzado, con actualizaciones de sus sistemas realizadas durante su vida útil.
La Marina dice que es “excepcionalmente silencioso, rápido, bien armado y equipado con sensores avanzados”.
“Estos submarinos tienen algunas de las capacidades submarinas más avanzadas -de hecho, las más avanzadas- del sector”, dijo Alessio Patalano, profesor de guerra y estrategia del King’s College de Londres.
¿Cómo se metió en problemas en el Mar de China Meridional?
Aunque la Armada no ha revelado con qué chocó el Connecticut, los analistas dicen que las condiciones del Mar de China Meridional pueden ser un desafío para los sofisticados sensores del submarino.
“Podría haber sido un objeto lo suficientemente pequeño como para no ser detectado por los sonares en un entorno ruidoso”, dijo Patalano.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU., los buques de guerra utilizan lo que se denomina “sonar pasivo” para detectar objetos en el agua que los rodea. A diferencia del “sonar activo”, que envía señales y registra el tiempo que tardan los ecos en volver al buque, el sonar pasivo sólo detecta el sonido que viene hacia él.
Esto permite al submarino permanecer silencioso y escondido de los adversarios, pero significa que los submarinos deben depender de otros dispositivos o de múltiples sonares pasivos para triangular la ubicación de un objeto en su camino.
Dado que el Mar de China Meridional es una de las rutas marítimas y zonas de pesca más transitadas del mundo, los ruidos de todo tipo procedentes de los buques en la superficie pueden enmascarar lo que podría suponer un peligro para el submarino que se encuentra debajo, según los analistas.
“Dependiendo del lugar en el que se produjera el incidente, las interferencias de ruido (normalmente procedentes del tráfico de arriba) podrían haber afectado a los sensores, o incluso al uso que los operadores hacen de ellos”, dijo Patalano.
El ruido ambiental, otro posible problema
Y no sólo el tráfico marítimo puede plantear problemas a un submarino en el Mar de China Meridional, dijo Carl Schuster, antiguo capitán de la Marina estadounidense y exdirector de operaciones del Centro de Inteligencia Conjunta del Mando del Pacífico.
“Es una zona con un entorno acústico muy pobre”, dijo Schuster, e incluso la propia naturaleza de las aguas crea problemas. “El ruido ambiental de las corrientes que pasan entre las islas y las condiciones inconsistentes del agua afectan a la recepción acústica”, añadió.
También es posible que algo desde abajo haya causado un problema, dijo Schuster.
“El entorno de esas aguas y el fondo marino están en un estado de cambio lento pero inexorable”, dijo Schuster. “Es una zona que requiere una cartografía constante del contorno del fondo. Allí se puede encontrar una montaña submarina desconocida”.
“Por eso los países de esa región, Estados Unidos y China, los vigilan y patrullan constantemente”, añadió Schuster.
El accidente fue el segundo en el que se ve involucrado un submarino en la región este año. En abril, un sumergible indonesio se hundió en el estrecho de Bali, matando a los 53 tripulantes que iban a bordo.
Los oficiales de la Marina indonesia dijeron que el accidente fue causado por “un factor natural/ambiental”, pero no dieron más detalles.