(CNN Español) – Este lunes la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia a favor de la periodista colombiana Jineth Bedoya Lima contra el Estado de Colombia por el secuestro y tortura física y sexual que sufrió en mayo de 2000 mientras realizaba una investigación en la cárcel La Modelo.
Tras sobrevivir a la agresión, la periodista ha tenido que librar una larga batalla en los estrados de la justicia, aportándole elementos de su propia investigación, mientras continuaba recibiendo amenazas y se veía obligada a contar con escoltas para su seguridad.
Esta noche en Aristegui, Bedoya cuenta a CNN todo el dilatado y doloroso proceso que tuvo que llevar a cabo para llegar a esta sentencia.
“El 25 de mayo del año 2000 yo acudí a una cárcel aquí en Bogotá, Cárcel Nacional, la Modelo, hacer una entrevista a un jefe paramilitar y cuando iba a hacer la entrevista me secuestraron en la puerta de la cárcel. Estuve retenida durante muchísimas horas, horas en las que fui torturada y fui abusada masivamente, sexualmente y violada”, cuenta Bedoya.
En ese momento estaba haciendo una investigación “sobre unos actos de corrupción que se estaban cometiendo desde la cárcel. Tráfico de armamento entre la guerrilla, los paramilitares, agentes del Estado involucrados en este acto de corrupción y también la venta y compra de secuestrados”.
La investigación, dice, ahondaba en un acto de corrupción “muy grande que ocurría desde esta cárcel y por eso ordenaron mi asesinato, que terminó no un asesinato, sino yo creo que en un padecimiento de 21 años”.
Han sido 21 años “larguísimos” de justicia, cuenta, de seguir siendo amenazada y de “tener que ejercer el periodismo en un carro blindado, con escoltas, con constantes amenazas”.
Bedoya dice que en el proceso entendió “que los periodistas también somos víctimas y que tenía que reconocerme en algún momento como víctima”.
La periodista cuenta que en el camino se ha encontrado a otras mujeres que, como ella, han sido víctimas de la violencia sexual.
“Pero esto que te relato tan rápidamente es un cúmulo de de hechos, de revictimización, de persecuciones que al final te acaban la vida, te la destruyen. Que puedes tener una excelente vida profesional y seguir haciendo periodismo, pero que acaba en tu vida personal”, concluye.