Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor, periodista y colaborador de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones aquí expresadas son exclusivamente suyas.
(CNN Español) – El domingo 21 de noviembre está prevista la primera vuelta de las elecciones chilenas. Si no sucede nada extraordinario o si nadie obtiene más del 50% de los votos, lo que parecería seguro, la segunda vuelta será casi un mes más tarde, el domingo 19 de diciembre. Se renovarán la presidencia, todo el Congreso y una parte del Senado.
Según “Plaza Pública”, en la encuesta de Cadem, la intención de voto favorece a José Antonio Kast del Partido Republicano, caracterizado por algunos como un populista de derecha, con el 21% de los votos, en un empate técnico con Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, también llamado por algunos un populista de izquierda que ha pactado con el Partido Comunista de Chile. Acumula el 20% de las preferencias.
En tercer lugar comparece Yasna Provoste de la Democracia Cristiana con el 12% y en cuarto Sebastián Sichel, con apenas el 7%. Este último es castigado por su cercanía al presidente Sebastián Piñera, persona muy impopular tras la aparición de los papeles de Pandora, en los que, se denuncia que se habria beneficiado de un contrato obtenido por una empresa familiar en el exterior, algo que él niega con vehemencia.
Comoquiera que son siete los candidatos, es razonable anotar los porcentajes obtenidos por los tres últimos en los sondeos, destacando, eso sí, que sería casi imposible que triunfen en los comicios del 21 de noviembre: Franco Parisi (6%), del Partido de la Gente, Marco Enríquez-Ominami (4%) que se autodenomina “progresista” y cuenta con el apoyo internacional del “Grupo de Puebla”, y Eduardo Artés (3%) del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria). [No confundir con el PC de Chile].
En la segunda vuelta puede ocurrir cualquier cosa. Si José Antonio Kast se enfrenta a Gabriel Boric, el 16% dice que no votaría. Ahora, si la segunda vuelta fuera entre Sebastian Sichel y Kast, el 28% dice que no votaría, frente al 18% que no votaría si Boric se enfrentara con Sichel.
Kast fue considerado ganador de los dos debates, con el 32% en la segunda oportunidad. Esa es otra manera de predecir el resultado de la contienda.
En cualquier caso, ambos candidatos tratarán frenéticamente de conquistar el centro, especialmente en la segunda vuelta. En Chile también se cumple la regla universal de las elecciones: la inmensa mayoría se coloca entre el 4 y el 7 en una escala de 10, donde 1 es el radicalismo a la izquierda y 10 el radicalismo a la derecha.
Kast podría llegar a decir que su contrincante Gabriel Boric es muy joven e inexperto a sus 35 años, porque nunca ha tenido que trabajar y ha sido permanentemente un “revolucionario profesional”. Probablemente lo acusará de comunista sin serlo.
Gabriel Boric, por su parte, podría atacar a Kast con el pasado de su padre, quien llegó a Chile en 1950, tras haber sido un soldado del Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Pero eso no convierte a Kast en un nazi o en un fascista. Es, qué duda cabe, un católico conservador, acaso pinochetista, pero poco más.
Suele decirse que durante las guerras la primera baja es la verdad. Realmente, eso puede pasar en las elecciones.