(CNN Español) – “Se sabía que había peces luna de esas dimensiones, pero nosotros nunca lo habíamos visto”, dijo Enrique Ostalé Riveras, coordinador de la estación de Biología Marina de la Universidad de Sevilla en el Estrecho de Ceuta en diálogo con CNN en Español. “Lo habíamos visto en un libro y en artículos científicos y tenerlo ahí, la verdad, me impresionó mucho”.
Cuando los pescadores avisaron sobre el descomunal hallazgo, los investigadores acudieron y constataron su tamaño: 2,9 metros de largo, 3,2 metros de alto, según Ostalé Riveras.
No obstante, al momento de indagar su peso, fue imposible averiguarlo con certeza. El pez era tan grande que los instrumentos disponibles quedaron obsoletos. Para levantarlo tuvieron que instalar dos grúas en los barcos pesqueros.
“Lo primero que pensamos es que era más grande de lo normal que habíamos visto en anteriores muestreos”, afirmó Ostalé Riveras. Los investigadores tomaron fotos, medidas y no pudieron verificar el peso porque la báscula, con capacidad para mil kilogramos, “se iba a romper” indicó el investigador.
“Hay que pensar que una maniobra difícil y peligrosa porque estábamos en varios barcos, el animal pesa mucho, hay que pasarlo de la zona del copo de la red al mar abierto y por eso usábamos la grúa para sacarlo”, comentó.
El animal fue hallado en una pesca de almadraba, una técnica de pesca milenaria en la que se usa una red para atrapar peces que van migrando y quedan atrapados, según Ostalé Riveras. Entonces los pescadores seleccionan los peces que les interesa y devuelven otras especies al mar, como tortugas, mantarrayas o, en este caso, el pez luna.
Al pez luna le instalaron un “espagueti”
Los investigadores de la Universidad de Sevilla en Ceuta estudian la dinámica poblacional del pez luna en Ceuta hace cuatro años. Todos los años toman muestra de peso, talla y ADN, y en esta ocasión la sorpresa fue el hallazgo del gran pez, de la especie Mola alexandrini, según Ostalés Riveras.
Los estudios se hacen “para diferenciar con precisión morfológica y genéticamente entre las dos especies Mola mola y Mola alexandrini”, dice la Universidad de Sevilla.
Los investigadores identificaron a este pez por su morfología: la parte frontal de su cabeza “es más robusta, más más abultada”, según Ostalés, y la zona de la aleta caudal o cola es menos robusta, una diferencia “a simple vista” respecto a otras especies del pez luna. Pero aún deben realizarse estudios genéticos.
“Al final siempre hacemos estudios genéticos para identificarla bien porque morfológicamente, pues puede haber confusión y mezclar las especies. Por eso en este tipo de estudio son muy importantes los análisis genéticos”, agregó el investigador.
“Tuvimos suerte en el aspecto de que era difícil de manejar con las dos grúas, porque hay que pensar que estamos en un barco, que estamos en mitad del mar y siempre puede haber un accidente y no hubo ninguno. Entonces todo ha salido muy bien, la verdad”, dijo el investigador.
Antes de devolver a este individuo al mar, los científicos le instalaron un “espagueti”, una marca para rastrear al pez luna y si alguien más lo encuentra pueda comunicarse con la Universidad de Sevilla y puedan saber la distancia y recorrido de ese pez.
Ostalés Riveras dice sentirse con suerte de haberlo encontrado, pues dice, es novedoso hallar de un pez de semejante tamaño en este lugar del mundo.
“Tuvimos la suerte de encontrarlo y de encontrarlo vivo y de disfrutarlo y nadar con él”, puntualizó.