(CNN) – Un día como hoy hace 50 años, representantes de todo el mundo se reunieron en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para una votación que cambió la historia.
Al final del día, la República de China (ROC), un gobierno que huyó a Taiwán tras perder la guerra civil china en 1949, quedó fuera de la organización mundial. En su lugar, la República Popular China (RPC), el gobierno comunista que se hizo con el poder en el continente, fue reconocida como la “única representante legítima de China” y admitida en la ONU como miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto.
Fue un duro golpe para el gobierno nacionalista, que había sido uno de los miembros fundadores de la ONU y había contribuido a la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Cuando la delegación de Taipei abandonó la sala de la Asamblea General esa noche, su ministro de Asuntos Exteriores advirtió amargamente que la decisión amenazaría la paz en todo el mundo.
“Esto es una tontería peligrosa”, dijo.
Tras la victoria comunista y la fundación de la RPC en 1949, tanto el gobierno nacionalista como el comunista reclamaron ser los únicos representantes de todo el territorio chino, obligando a otros países y organizaciones internacionales a elegir uno u otro.
Una banca disputada por 50 años
Al principio, muchos países se aferraron a sus alianzas con la República de China y evitaron a la República Popular. Pero con el paso del tiempo, cada vez más gobiernos cambiaron el reconocimiento diplomático de Taipei a Beijing, dejando a Taiwán con solo 15 aliados diplomáticos en la actualidad.
La ONU también se vio obligada a elegir, y la fatídica votación de 1971 acabó reflejando el cambio en la “China” que sus miembros habían decidido reconocer.
La doble representación en la ONU ya se había planteado como una posible solución, pero fue rechazada tanto por Beijing como por Taipei. “No hay lugar para que convivan patriotas y traidores”, dijo Chiang Kai-shek, líder de los nacionalistas derrotados, en 1961.
En las décadas transcurridas desde la votación, la resolución ha contribuido a configurar el ascenso de China como potencia mundial y le ha otorgado un amplio poder de voto para “participar en la burocracia de la ONU y dar forma al lenguaje de las resoluciones de la ONU”, dijo Maggie Lewis, experta en derecho chino contemporáneo de la Universidad de Seton Hall.
Y bajo la creciente presión de Beijing, Taiwán se ha ido aislando cada vez más diplomáticamente, quedando excluida de los principales organismos, como la Organización Mundial de la Salud.
Tensiones persistentes entre China y Taiwán
Beijing, por su parte, sigue considerando a Taiwán como una parte inseparable de su territorio, a pesar de que las dos partes han sido gobernadas por separado durante más de siete décadas y el Partido Comunista Chino nunca ha controlado la isla democrática de unos 24 millones de habitantes.
A pesar de estas presiones, Taiwán ha seguido manteniendo relaciones con varios socios occidentales clave, especialmente con Estados Unidos, que proporciona a Taiwán armas y ha enviado a altos funcionarios a visitar la isla.
En un comunicado el sábado, el Departamento de Estado de EE.UU. dijo que funcionarios estadounidenses y taiwaneses se habían reunido para una “discusión centrada en el apoyo a la capacidad de Taiwán para participar significativamente en la ONU”.
“Los participantes estadounidenses reiteraron el compromiso de EE.UU. con la participación significativa de Taiwán en la Organización Mundial de la Salud y en la convención marco de la ONU sobre el cambio climático y discutieron formas de destacar la capacidad de Taiwán para contribuir a los esfuerzos en una amplia gama de temas”, añadió.
Como era de esperar, la declaración fue recibida con indignación en China, que considera tales sugerencias una señal peligrosa para los defensores de la independencia formal de Taiwán.
China arremete contra la administración Biden
Los medios de comunicación estatales chinos no tardaron en arremeter contra la administración de Biden como “la más incapaz y degenerada de la historia del país”, y añadieron que Taiwán había “fabricado la historia y traicionado la moral”. La presión para la participación de Taiwán en la ONU fue un “golpe bajo” y una “manipulación descarada”, dijo.
Aunque solo los Estados soberanos pueden ser miembros de pleno derecho de la ONU, Taipei ha acusado a Beijing de “malinterpretar intencionadamente” la resolución de 1971 para mantener a Taiwán fuera, sugiriendo que Taipei ya no disputa el puesto de China en la ONU. Muchos en la isla simplemente quieren participar por separado bajo el nombre de Taiwán.
La resolución de 1971 “se limitó a decidir la cuestión de las credenciales, es decir, la cuestión de quién representa al Estado miembro de la ONU, China, sin implicar una posición sobre el alcance de su territorio, y mucho menos respaldar la reclamación de soberanía de la RPC sobre Taiwán”, dijo el jueves Liang-yu Wang, representante adjunto de la Oficina Económica y Cultural de Taipei en Estados Unidos, la embajada de facto de la isla.
“Pero a lo largo de los años, China ha dado el salto de una cuestión de acreditación, a una declaración política, incluso a una reclamación legal”, añadió. “Por lo tanto, hoy en día la resolución se cita a menudo erróneamente para excluir la participación de Taiwán en las reuniones y actividades en el sistema de la ONU”.
Incluso la “participación superficial” ha sido bloqueada, y la participación significativa será aún más difícil, dijo el experto en derecho chino Lewis. A los ojos de Pekín, incluso la inclusión más marginal de Taiwán en la ONU podría socavar su reivindicación de soberanía, una línea de fondo que ha prometido defender a toda costa.