(CNN Español) – Varias decenas de cubanos en Italia se concentraron este domingo en las puertas del Vaticano con el propósito de promover la convocatoria a una gran movilización prevista para el 15 de noviembre en la isla contra el gobierno local. Sin embargo, no se les permitió acceder a la plaza de San Pedro porque, según le confirmó el Vaticano a CNN, se prohíben las manifestaciones de tinte político en su territorio. Tampoco pudieron exhibir sus banderas.
La concentración se llevó a cabo delante de la plaza de San Pedro, mientras el papa Francisco oficiaba su rezo semanal del ángelus junto a los fieles presentes, muchos de los cuales suelen llevar las banderas de su país.
Pero esta vez a los manifestantes cubanos no se les permitió entrar en la plaza, según dijo el Vaticano a CNN, porque es política de la Santa Sede no aceptar manifestaciones de tipo político, sea del signo que fuere. Por la misma razón, los cubanos tampoco pudieron exhibir sus banderas dentro de la plaza para evitar cualquier tipo de “instrumentalización”. Debido a eso, salieron de la plaza y continuaron la protesta de modo pacífico en la Avenida de la Conciliación, la calle que lleva directo al Vaticano.
El objetivo de la convocatoria era una muestra de respaldo a la gran movilización contra el gobierno de Cuba en la isla, una iniciativa que el ejecutivo de ese país no ha autorizado y que se teme pueda terminar en caos como las del julio. CNN no ha podido determinar si la protesta fue convocada por algún grupo opositor en la isla o en Italia. Organizaciones humanitarias como Human Rights Watch han denunciado que las autoridades, en aquella ocasión, respondieron con una “represión violenta y sistemática”.
El papa Francisco ha mantenido buenas relaciones diplomáticas con Cuba. Fue una figura clave en el acercamiento entre La Habana y Washington durante la presidencia de Barack Obama, lo que significó un paso más en la apertura de Cuba al mundo. Como parte de ese descongelamiento, el entonces presidente de Cuba, Raúl Castro, pudo participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York en 2016, en lo que fue su primera visita a ese país en más de 50 años. Además, Francisco estuvo en Cuba en 2015 antes de viajar a EE.UU., aunque con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca las relaciones bilaterales volvieron a enfriarse.
Sin embargo, el pontífice sigue de cerca la evolución de la situación en la isla. En julio, durante las tensas protestas desatadas en ese país, hizo pública su cercanía con el “querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular con las familias que más los sufren”. También pidió “al Señor que los ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna”.