(CNN Business) – Desde el caos de la cadena de suministro hasta la escasez de trabajadores, la recuperación económica de Estados Unidos se enfrentó a algunos desafíos serios en el tercer trimestre del año.
Los economistas encuestados por Refinitiv estiman que entre julio y septiembre la economía de Estados Unidos creció al ritmo más lento desde que comenzó la recuperación, una tasa anualizada del 2,7%, y un enorme descenso desde la tasa del 6,7% en la primavera.
Con un 2,7%, el ritmo de crecimiento del producto interno bruto de EE.UU., la medida más amplia de la actividad económica, estaría prácticamente donde estaba antes de la pandemia. La tasa de crecimiento en el tercer trimestre de 2019, por ejemplo, fue del 2,8%.
Entonces no es…terrible. Son solo malas noticias para los estándares de recuperación.
Pero el modelo GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta parece aún más terrible, proyectando una tasa de crecimiento anualizada de solo 0,5% en el tercer trimestre.
“Los cuellos de botella de la cadena de suministro redujeron drásticamente la actividad el último trimestre a pesar del gasto de estímulo masivo”, dijeron economistas de Action Economics.
Para la administración Biden, significa que la Casa Blanca y los legisladores tienen mucho trabajo por hacer para que la recuperación vuelva a encarrilarse.
Washington dijo que trabajará con los puertos para resolver los retrasos en los envíos, lo que suena prometedor, pero en este momento todavía permanecen flotando mercancías por valor de US$ 24.000 millones en buques portacontenedores fuera de los puertos de Los Ángeles y Long Beach.
Escasez dondequiera que mires
La crisis de la cadena de suministro es un problema en todas partes. Las fábricas están esperando materiales y piezas y los consumidores están esperando productos terminados mientras los precios continúan subiendo. La producción industrial de EE.UU. disminuyó en septiembre un 1,3% debido a que los fabricantes lucharon contra la escasez de materiales y trabajadores calificados.
Con el tiempo, el estancamiento de la cadena de suministro debería desaparecer, o al menos esa es la esperanza. Pero también hay una escasez de mano de obra que frena a las empresas.
Las vacantes de empleo en Estados Unidos se dispararon a un récord de 11,1 millones en julio, ya que las empresas de todos los sectores buscaban personal para ayudar a satisfacer el aumento de la demanda de los consumidores. Los restaurantes, muchos de los cuales tuvieron que despedir a su personal, han tenido dificultades para recuperar suficientes trabajadores, mientras que los fabricantes en particular se quejan de la falta de mano de obra calificada.
Los trabajadores estadounidenses tienen una gran demanda, pero muchos todavía luchan con sus propias responsabilidades de cuidado y el riesgo de contraer el virus. Esos millones de puestos de trabajo sin cubrir también significan que los trabajadores pueden permitirse esperar hasta encontrar una buena oportunidad. En respuesta, muchas empresas están aumentando los salarios para atraer empleados potenciales.
Consumidores nerviosos
El aumento de los salarios es definitivamente bueno para los consumidores, pero los estadounidenses todavía tenían muchas otras cosas de las que preocuparse en el tercer trimestre.
Por un lado, la variante delta más infecciosa del coronavirus afectó la confianza del consumidor, enviando el indicador a su nivel más bajo desde diciembre de 2011. El renovado aumento de las infecciones afectó temporalmente la disposición del cliente a estar cerca de extraños en restaurantes o aviones.
Mientras tanto, la inflación siguió alcanzando nuevos máximos. En junio, julio y septiembre, la inflación de precios al consumidor se situó en 5,4% interanual, un máximo de 13 años. Otra medida de la inflación, el índice de precios que rastrea el gasto del consumidor, subió a 4,3% interanual en agosto, un máximo de 30 años.
El aumento de los precios no ha disuadido a los consumidores, al menos hasta ahora. Pero existe la preocupación de que los precios eventualmente puedan subir lo suficiente como para que los estadounidenses comiencen a cerrar sus billeteras.
Los datos de confianza del consumidor de este martes para octubre sugieren que esto aún no ha sucedido y los consumidores todavía están felices de gastar, una buena noticia para el cuarto trimestre.
“Esperamos una recuperación para el consumidor estadounidense en el último trimestre del año”, dijo Joe Brusuelas, economista jefe de RSM US.
De hecho, es posible que la esperanza de una temporada de compras navideñas sólida ya haya ayudado con el crecimiento del PBI en el tercer trimestre: “El principal catalizador del crecimiento durante el tercer trimestre será casi con certeza un período sólido de creación de inventario antes de la temporada tradicional de compras navideñas”, dijo Brusuelas.