(CNN Español) – La extradición hacia Estados Unidos de Hugo Carvajal, exdirector de Inteligencia Militar de Venezuela, continúa rodeada de incertidumbre.
El periplo de su proceso comenzó el 12 de abril de 2019, cuando el general retirado fue arrestado en Madrid por primera vez por cargos que le imputa la justicia de EE.UU.: presunta conspiración narcoterrorista, posesión de armas y tráfico de drogas.
Según informó entonces el Departamento de Justicia de EE.UU., por estos delitos el exfuncionario venezolano podría pasar entre 60 años de prisión y la cadena perpetua.
Carvajal siempre se ha declarado inocente y dice ser blanco de una persecución política.
En este tiempo el proceso legal sufrió varios vaivenes. En septiembre de 2019 la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional rechazó, en una primera instancia, su entrega.
Dos meses después, tras un recurso presentado por la Fiscalía Antidroga española, el Pleno de la Sala de lo Penal de de la Audiencia Nacional revocó la decisión y aceptó su extradición. Carvajal decidió entonces escapar, pero en septiembre pasado fue capturado por la Policía Nacional de España.
Actualmente, en España todo está listo para que Carvajal embarque en un avión rumbo a Nueva York. Tras el visto bueno a su entrega por parte de la Audiencia Nacional y el Consejo de Ministros de España, sólo resta que EE.UU. ratifique las garantías procesales solicitadas por España; esto es, que sólo se le juzgará por los delitos objeto de su entrega, que se respetarán sus derechos y que tendrá posibilidad de presentar recurso.
Qué dice la abogada de Hugo Carvajal
Ahora bien, María Dolores Argüelles, su abogada en Madrid, guarda varios ases bajo la manga que podrían demorar su entrega.
Argüelles confirma a CNN que su cliente tiene pendiente de resolución un recurso ante la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional contra el rechazo del Ministerio del Interior a concederle el asilo en España.
“Teóricamente, y en base a las disposiciones europeas, hasta que no haya una primera resolución de un tribunal no se puede conceder la entrega”, asegura la abogada. Según indica, este tipo de recursos pueden tardar un año y medio en resolverse.
Además, la defensora también está a la espera de que le notifiquen la resolución de la Sección Quinta de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, que el 26 de octubre rechazó el recurso presentado contra el acuerdo del Consejo de Ministros del 3 de marzo de 2020 por el que se aprobó su entrega a Estados Unidos.
“En el momento que tengamos las resoluciones podemos plantearnos si hay vulneración de derechos fundamentales, que nos abriría un amparo ante el Tribunal Constitucional”, dice Argüelles.
Su persistente acción legal, materializada en múltiples recursos que han sido desestimados a lo largo del proceso, ha sido percibida por la Audiencia Nacional como una “estrategia dilatoria”.
En caso de que se aceleran los tiempos de respuesta de los trámites pendientes, podría precipitarse la entrega de Carvajal al otro lado del Atlántico en cuestión de días o semanas.
“Pues lo tiene complicado, porque en Estados Unidos, en el 90% de los juicios se llegan a acuerdos. Y él, salvo que luego tenga un abogado que le diga que haga otra cosa, dice que no se va a declarar culpable de algo que no lo es. Entonces, no va a querer ningún tipo de acuerdo y va a tener que pelear en un juicio”, afirma Argüelles.
Por el momento no se conoce quién podría relevar a Argüelles en Estados Unidos, aunque asume que ya debe andar en la búsqueda de un buen abogado. “(Carvajal) ha estado en inteligencia durante un montón de años, no deja nada al azar; incluso, a lo mejor, ya lo tenía de antes”, aventura Argüelles.
Los cargos que enfrenta Carvajal
Sea como fuere, su llegada a Estados Unidos se dibuja igual de mediática como ha sido todo el proceso en España.
Entre los cargos mayores a los que deberá hacer frente se encuentra la acusación de que formaría parte del Cártel de los Soles, un grupo criminal que, según el Departamento de Justicia estadounidense, está controlado por militares venezolanos y cuyo nombre haría honor a las insignias de sus uniformes.
Según la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, como miembro de esta organización, Carvajal habría planeado junto a la ahora desmovilizada guerrilla colombiana las FARC “inundar” la nación norteamericana de cocaína para afectar al bienestar de la población.
Pero Argüelles afirma que “como organización terrorista y armada [el Cártel de los Soles] no existe”. Y sobre la presunta su colaboración con las FARC, la abogada dice que “es la misma colaboración que puede tener cualquier persona que pertenece a un gobierno y que habla con una banda organizada y armada para intentar que devuelvan las armas, que paren la labor que están realizando, que devuelvan a una persona que esta retenida ilegalmente. O sea, es una labor autorizada por su gobierno, con conocimiento del gobierno de Colombia y en su aspecto político-militar”, añade.
Ante las dudas que presenta el futuro de su extradición, Argüelles dice que tan sólo resta esperar. No obstante, confía en su estrategia legal, destinada a agotar cada recurso que esté en sus manos para sortear una entrega a todas luces inevitable, pero sin fecha.