CNNE 1106810 - asi avanza la investigacion por la muerte de maradona
Muerte de Diego Maradona: los avances de la investigación a un año del fallecimiento
04:59 - Fuente: CNN

(CNN Español) – La leyenda del fútbol argentino Diego Armando Maradona murió el 25 de noviembre de 2020 junto a un reducido entorno, cerca de las 12:30 horas. Desde hacía dos semanas se encontraba alojado en una casa del barrio privado de San Andrés, en la localidad de Tigre, al norte del Gran Buenos Aires.

De acuerdo con el informe de la autopsia, la causa de la muerte fue una insuficiencia respiratoria y un paro cardíaco. Tenía 60 años y arrastraba un complejo cuadro de salud físico y mental. Padecía adicción al alcohol y a los fármacos, según consta en el expediente. Había sido operado de un hematoma subdural a principios de noviembre.

La investigación sobre las causas de su muerte comenzó ese mismo día y quedó a cargo de un equipo especial compuesto por los fiscales Laura Capra, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren. La indagatoria es coordinada por el fiscal general de San Isidro, John Broyad.

La investigación acumula, hasta el momento, siete personas acusadas e indagadas; 80 testigos; y cinco querellas que representan a hijos y hermanas de Maradona, según confirmó una fuente con acceso al expediente.

Los sospechosos son siete miembros del equipo médico que asistió a Maradona esas últimas dos semanas de su vida en la casa de Tigre, aunque algunos de ellos ya venían tratando al Diez desde hacía años, como el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov. Todos rechazan las acusaciones de los fiscales.

Los investigadores acusaron a los siete miembros del equipo médico de presunto “homicidio simple con dolo eventual”, un delito con penas de entre ocho y 25 años. Se basaron, entre otras medidas de prueba, en las conclusiones de una junta médica integrada por 20 profesionales, los resultados de la autopsia, testimonios y pericias de los teléfonos que expusieron las conversaciones que mantenía el personal de la salud dedicado a asistir y monitorear al exfutbolista.

El equipo de cuidados médicos estaba compuesto por dos enfermeros; un supervisor que organizaba los turnos; y una médica que declaró haber estado dedicada a lo administrativo. Habían llegado a la casa de Tigre como parte de los servicios prestados por la empresa de medicina privada Swiss Medical.

También asistían a Maradona el psicólogo Carlos Díaz, que se encargaba de tratar sus adicciones; la psiquiatra Cosachov, que controlaba la medicación con el mismo fin; y el neurocirujano Luque, como “médico de referencia y amigo” del paciente, según dijo ante la Justicia.

Los siete acusados han declarado ante los fiscales y esperan que el equipo de San Isidro decida si deben enfrentar un juicio oral y público por la muerte de Maradona.

Muerte de Maradona pudo evitarse, dicen fiscales

Tras las conclusiones de la junta médica, los fiscales sostuvieron que la muerte del astro del fútbol podría haber sido evitada por los profesionales, pero que estos no hicieron nada por evitarlo, a pesar de que estaba a su alcance.

De acuerdo con el expediente al que accedió CNN, el Diez padecía enfermedad renal crónica; enfermedad hepática preexistente; insuficiencia cardíaca congestiva; deterioro neurológico crónico; adicción al alcohol y psicofármacos; y tenía probables enfermedades psiquiátricas.

En el escrito en el que describen su acusación, los fiscales sostuvieron que ante “el grave cuadro de salud que evidenciaba la víctima y que era conocido al menos por todos los profesionales de la salud nombrados”, los profesionales “ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud” y “omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar en torno a su función, agravando el cuadro de salud” y dejando al paciente en “una situación de desamparo”.

Los fiscales del caso deberán definir si todos o algunos de los acusados son enviados a juicio. Luego, el juez del caso analizará las pruebas y decidirá si el expediente está en condiciones de pasar a esa siguiente etapa. Los acusados que finalmente lleguen a juicio podrán decidir si quieren ser juzgados por un jurado de ciudadanos o por un tribunal de jueces.

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Qué dijeron los investigados

Los acusados tienen diferentes versiones sobre cómo fue la asistencia a Maradona esas últimas dos semanas y sobre quién tenía el mayor nivel de responsabilidad sobre su salud.

El enfermero Ricardo Omar Almirón reconoció ante los fiscales que el control sobre el paciente era “escaso o nulo” y advirtió que reclamó elementos de control cardíaco que no recibió. La falta de elementos para la resucitación y asistencia de emergencia en la casa de Tigre es uno de los puntos cuestionados por los fiscales.

La enfermera Dahiana Gisela Madrid declaró que tenía muy poco acceso al paciente, ya que Maradona se negaba a recibirla. Madrid y Almirón aseguraron que no tomaban decisiones médicas, pero apuntaron a su supervisor y a los médicos.

El supervisor Mariano Ariel Perroni declaró que su función se limitaba a organizar los turnos de los enfermeros y no a tomar “acciones médicas”. Aseguró que solo controlaba los ingresos y egresos del personal de la casa, pero nunca ingresó a la vivienda. “Cada informe que yo recibía de los enfermeros se lo transmitía a (la médica Nancy) Forlini”. Ella fue la coordinadora médica del equipo.

Perroni reconoció también que Almirón informó al equipo vía WhatsApp que Maradona sufría “edema en miembro inferior”, un síntoma que puede relacionarse con problemas cardíacos, y que la indicación médica fue “que se eleve el miembro”. Cuando la fiscalía le preguntó si había advertido la posibilidad de que el paciente pueda cursar un edema agudo de pulmón —que terminó desencadenando el paro cardíaco—, el coordinador respondió: “No me llegó información de ese tenor”. “Recién supe después de la muerte que Maradona sufría de una cardiopatía”, afirmó.

La doctora Forlini sostuvo que su rol era meramente administrativo y que su función era gestionar la asistencia del personal de la empresa privada, pero dijo que tampoco tomaba decisiones sobre la salud.

Dos semanas antes de su muerte, Maradona había sido sometido a una cirugía por un hematoma subdural. El neurocirujano a cargo de la operación fue Luque, su amigo y médico de referencia. Tras el alta médico después de la cirugía, el exfutbolista se alojó en la casa de Tigre. Los fiscales también investigan por qué Maradona no fue derivado a una institución para tratar sus adicciones tras la operación.

El psicólogo Díaz declaró que su intervención no podría haber influido en la muerte y que el paciente había llegado a “consumo cero” de alcohol, por lo que consideró que la desintoxicación en la casa de Tigre fue “exitosa”.

La psiquiatra Cosachov dijo que la imputación en su contra no se condice con lo que ella llama “verdad real y objetiva”, y sostuvo ante los fiscales que la muerte de Maradona fue “imprevisible”. “Jamás me representé la posibilidad del fallecimiento por un evento cardiológico”, declaró en un escrito.

Luque fue señalado por los fiscales y algunos acusados como el médico de cabecera de Maradona, pero el neurocirujano aseguró que no estaba a cargo de la internación domiciliaria en Tigre; que Maradona estaba siendo tratado por el consumo de alcohol, lo cual no era su responsabilidad médica sino de la psiquiatra, y que el astro del fútbol no tenía “voluntad” de internarse para su rehabilitación, por lo que la familia decidió evitar una intervención judicial para forzar esa vía. Luque también sostuvo que Maradona había mostrado “mejoría” durante las últimas dos semanas.