(CNN) – En mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asignó “etiquetas” a las variantes clave del coronavirus para que el público pueda referirse a ellas con letras del alfabeto griego en lugar de donde se detectó por primera vez la variante, por ejemplo, la nueva variante descubierta en Sudáfrica (B.1.1.529) fue nombrada ómicron.
Un panel de expertos de la OMS recomendó en mayo usar letras del alfabeto griego para referirse a las variantes, “que serán más fáciles y prácticas de discutir por audiencias no científicas”, según una página web en el sitio web de la OMS.
“Ningún país debe ser estigmatizado por detectar y reportar variantes”, dijo en Twitter Maria Van Kerkhove, líder técnico de la OMS para la respuesta al covid-19.
Estas son las variantes que actualmente están designadas como de preocupación, según la OMS:
- Variante B.1.351.: detectada por primera vez en mayo de 2020 en Sudáfrica, fue etiquetada como beta. Se ha demostrado que es un 50% más transmisible y evade el tratamiento con anticuerpos monoclonales duales de Lilly, pero no otros.
- Variante B.1.1.7.: detectada por primera vez en septiembre de 2020 en el Reino Unido, fue etiquetada como alfa. Esta variante del coronavirus es altamente transmisible ya se ha detectado en más de 80 países.
- Variante B.1.617.2: detectada por primera vez en la India en octubre de 2020, fue etiquetada como delta. Un documento de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indica que la variante delta es tan transmisible como la varicela: cada persona infectada contagia hasta ocho o nueve, en promedio.
- Variante P.1: detectada por primera vez en noviembre de 2020 en Brasil, fue etiquetada como gamma. Se ha demostrado que elude los efectos del tratamiento con anticuerpos monoclonales de Lilly, pero no uno fabricado por Regeneron.
- Variante B.1.1.529: detectada por primera vez en noviembre de 2021 en “múltiples países” fue etiquetada como ómicron.
Hasta el 26 de noviembre de 2021, la OMS ha identificado 4 variantes preocupantes del virus. Además, hay dos variantes de interés actual y 6 variantes bajo vigilancia.
Según la OMS, las etiquetas no reemplazan los nombres científicos existentes para las variantes. Los nombres científicos “seguirán utilizándose en la investigación”, tuiteó Van Kerkhove.
“Si bien tienen sus ventajas, estos nombres científicos pueden ser difíciles de pronunciar y recordar, y son propensos a ser informados erróneamente. Como resultado, la gente suele recurrir a variantes de llamadas por los lugares donde se detectan, lo que es estigmatizante y discriminatorio”, según al anuncio de la OMS.
También puede ser incorrecto, ya que hay evidencia de que las mutaciones que marcan al menos algunas de las variantes han surgido de forma independiente en varios lugares diferentes.
“Para evitar esto y simplificar las comunicaciones públicas, la OMS alienta a las autoridades nacionales, los medios de comunicación y otros a adoptar estas nuevas etiquetas”, dijo la OMS.