(CNN Español) – La variante ómicron del coronavirus ha desatado preocupaciones de las autoridades de salud mundiales luego de ser descubierta en Sudáfrica y en ser etiquetada como una “variante de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud.
Aunque aún es muy pronto para conocer a profundidad respuestas a preguntas clave sobre esta variante (si es más contagiosa, si es resistente a las vacunas, si es más mortal), la cantidad y tipos de mutaciones que trae consigo ómicron pueden pistas de cuán preocupante es esta variante.
Esto es lo que sabemos.
La variante ómicron
Ómicron, la variante más reciente del coronavirus, también es la más rápida en ser etiquetada como una “variante de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud debido a su aparentemente rápida propagación en Sudáfrica y sus muchas mutaciones preocupantes.
Su aparición ya ha dado lugar a restricciones de viaje, reuniones gubernamentales de alto nivel y promesas de los fabricantes de vacunas de comenzar a trabajar en vacunas específicas para cepas por si acaso.
Pero le queda un largo camino por recorrer para reemplazar a delta, la variante que domina en todo el mundo. Y la larga lista de variantes que al principio asustaron al mundo antes de caerse del mapa puede ser un recordatorio de que los virus son impredecibles.
Las mutaciones de la variante ómicron
La secuenciación genética mostró que portaba una gran cantidad de mutaciones preocupantes en la proteína de la espiga, la estructura en forma de botón en la superficie del virus que usa para atacar las células que infecta.
Algunas de esas mutaciones ya se reconocieron a partir de otras variantes y se sabía que las hacían más peligrosas, incluida una llamada E484K que puede hacer que el virus sea menos reconocible para algunos anticuerpos: proteínas del sistema inmunológico que son una defensa de primera línea contra la infección y que forman el base de los tratamientos con anticuerpos monoclonales.
También porta una mutación llamada N501Y, que le dio tanto a las variantes alpha y gamma su mayor transmisibilidad. La semana pasada, Scott Weaver de la rama médica de la Universidad de Texas y sus colegas informaron en la revista Nature que esta mutación en particular hizo que el virus se replicara mejor en las vías respiratorias superiores (piensa en la nariz y la garganta) y probablemente hace que sea más probable que se propague cuando la gente respira, estornuda y tose.
Al igual que delta, la variante ómicron también porta una mutación llamada D614G, que parece ayudar a que el virus se adhiera mejor a las células que infecta.
“La cantidad de mutaciones per se no significa que la nueva variante causará problemas; aunque puede hacer que sea más probable que el sistema inmunológico lo vea diferente”, dijo en un comunicado el Dr. Peter English, expresidente del Comité de Medicina de la Asociación Médica de Salud Pública de la Asociación Médica Británica.
¿Por qué es importante la mutación en la proteína de la espícula?
El hecho de que haya preocupación por tantas mutaciones que afectan a la proteína de la espícula es porque el objetivo de las principales vacunas es precisamente ese. Las vacunas fabricadas por Pfizer / BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca y otras compañías usan solo pequeñas partes o secuencias genéticas del virus y no el virus completo, y todas usan partes de la proteína de la espícula para provocar inmunidad. Por lo tanto, un cambio en la proteína de la espícula que la hiciera menos reconocible para las proteínas del sistema inmunológico y las células estimuladas por una vacuna sería un problema.
Hasta ahora, no hay evidencia de que esto haya sucedido, pero no hay forma de saberlo observando solo las mutaciones. Los investigadores tendrán que esperar y ver si la variante ómicron causa más infecciones en vacunados que otras variantes.
El otro temor es que las mutaciones puedan ayudar a que el virus sea menos susceptible a los tratamientos con anticuerpos monoclonales. Sin embargo, la OMS dice que es poco probable que estas mutaciones afecten a otros tratamientos contra el covid-19, incluidos los medicamentos antivirales en desarrollo y el esteroide dexametasona.
– Con información de Maggie Fox, David McKenzie, Ghazi Balkiz, Ivana Kottasová y Laura Smith-Spark de CNN.