(CNN) – Una de las fallas más activas de Norteamérica cobró vida el martes después de que un enjambre de más de 40 sismos, de magnitudes entre 3,5 y 5,8 grados, sacudiera la costa de Oregon, captando la atención y la preocupación de millones de personas en la región.
La serie de sismos, que comenzó el martes por la mañana y continuó este miércoles, se agrupó entre 321,8 y 401 kilómetros al oeste de la ciudad costera de Newport, Oregon, lo suficientemente lejos como para no ser detectado en tierra, pero dada la historia sísmica de la zona, está creando un gran revuelo.
“Si me hubieran preguntado ayer en qué lugar de la Tierra sería más probable que se produjera un grupo de terremotos de magnitud superior a 5,0 en un solo día, éste habría sido el primero de mi lista”, dijo a CNN Harold Tobin, director de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico de la Universidad de Washington.
La falla responsable de los terremotos es la Zona de Fractura de Blanco. Según un análisis de la Universidad del Estado de Oregon, es más activa que la tristemente célebre Falla de San Andrés, en California, y ha producido más de 1.500 terremotos de magnitud 4,0 o superior desde la década de 1970.
No todos los sismos son iguales
Lo más impresionante de los sismos de esta semana es que el enjambre incluyó al menos 9 temblores de magnitudes entre 5,0 y 5,8, la mayoría de los cuales se han producido a una profundidad de solo 10 km.
El número de terremotos de magnitud 5,0 o superior en la región triplica la media anual (tres terremotos de 5,0 o más al año) desde 1980, según la base de datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
Afortunadamente, según el Centro Nacional de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos, ninguno de los sismos de esta semana ha provocado una alerta de tsunami.
Sin embargo, la actividad ha aumentado el nivel de preocupación para algunos, ya que la región se encuentra entre las zonas más propensas a los terremotos de Norteamérica y ya produjo uno de los mayores terremotos en el territorio continental de Estados Unidos el 26 de enero de 1700. El sismo se produjo en la vecina Zona de Subducción de Cascadia, una falla interplaca mucho más cercana a tierra, donde la placa de Juan de Fuca se sumerge bajo la placa Norteamericana. Esta falla no solo puede desencadenar tsunamis devastadores, sino también sacudidas destructivas.
Esto no es necesariamente un precursor del llamado “Gran Terremoto”
Aunque el epicentro del enjambre de terremotos de esta semana, la Zona de Fractura de Blanco, se encuentra entre las más activas desde el punto de vista sísmico en América del Norte, rara vez provoca terremotos destructivos.
La falla está a unos 442 kilómetros al oeste de la costa de Oregon y a unos 322 kilómetros al oeste de la Zona de Subducción de Cascadia, donde históricamente se han producido los terremotos más destructivos del noroeste.
“Los terremotos de la zona de fractura de Blanco son de deslizamiento (movimientos laterales de los bloques de la corteza terrestre a ambos lados, en lugar de desplazamientos de arriba a abajo), por lo que es muy poco probable que supongan una amenaza de tsunami, incluso si se produjera un terremoto mayor, como uno de magnitud 7,0, por ejemplo”, dijo Tobin a CNN.
Según la sismóloga Lucy Jones, se produjeron más de 133 terremotos de magnitud 5 o superior en la Zona de Fractura de Blanco desde 1980 y nunca han sido seguidos por algo en tierra.
“Los terremotos de hoy pueden considerarse como un temblor principal y un enjambre de réplicas, con la diferencia de que en este caso no hay mucha diferencia de magnitud entre ellos”, dijo Tobin.
Aunque los sismos de esta semana suscitaron la preocupación de que el llamado “big one” pueda estar cerca, Tobin aseguró que no es necesariamente el caso.
“Hay bastante distancia entre estos terremotos y la zona de subducción de Cascadia”, explicó Tobin. “Nuestra mejor comprensión actual de cómo se transfiere la tensión a través de la corteza (y el manto) sugeriría que estos eventos no cambian la tensión en la zona de subducción de forma apreciable”.
Tobin señaló que, aunque hemos tenido un notable número de terremotos de magnitud superior a 5,5 en un corto período de tiempo, no es intrínsecamente alarmante, sino más bien interesante desde el punto de vista sismológico.
Un enjambre similar de terremotos, aunque no de la magnitud de esta semana, se produjo a principios de este año cerca del mar de Salton, en el sur de California.