(CNN) – La mayoría de los padres en EE.UU. siguen preocupados por la seguridad de las vacunas pediátricas contra el covid-19 y aproximadamente tres de cada diez dicen que “definitivamente no” vacunarán a sus hijos, según una encuesta reciente de la Kaiser Family Foundation (KFF).
La aceptación de las vacunas ha disminuido entre los adolescentes de 12 a 17 años en los últimos meses. Solo alrededor de la mitad de los padres dice que sus hijos de este grupo de edad han recibido al menos una dosis de la vacuna, un porcentaje que ha cambiado poco desde el otoño, según la KFF.
Y entre los padres de niños más pequeños, de 5 a 11 años, cerca del 29% dice que su hijo ya fue vacunado o se vacunará “de inmediato”.
Pero otro tercio de los padres de niños de ese grupo de edad dice que quiere “esperar y ver” antes de vacunar a su hijo contra el covid-19.
La última encuesta de la KFF se realizó durante dos semanas a mediados de noviembre entre una muestra representativa a nivel nacional de padres con hijos menores de 18 años en su hogar. La encuesta se realizó antes de que se detectara la variante ómicron del nuevo coronavirus y no captó cómo esta noticia puede haber afectado a las opiniones de los padres.
Aunque la mayoría de los padres dice que infectarse con covid-19 supone un riesgo mayor para sus hijos que vacunarse, está claro que siguen existiendo dudas. Solo alrededor de la mitad de los padres dice que confía en que las vacunas contra el covid-19 son seguras para los adolescentes y apenas el 44% de los padres dice lo mismo para los niños más pequeños, en comparación con alrededor de dos tercios (64%) que dicen que la vacuna es segura para los adultos.
Alrededor de seis de cada diez padres dicen que no tienen suficiente información sobre la eficacia, los efectos secundarios o la seguridad de las vacunas pediátricas contra el covid-19. De hecho, más de uno de cada seis padres que aún no han vacunado a sus hijos dicen que la necesidad de más información y pruebas e investigación es la principal razón por la que aún no han vacunado a sus hijos contra el covid-19, según la encuesta de la KFF.
El Dr. Sean O’Leary, vicepresidente del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Estadounidense de Pediatría, dijo que es común que los padres adopten un enfoque cauteloso cuando se trata de sus hijos.
“En general, lo que hemos visto a lo largo de los años es que los padres tienden a ser más cuidadosos con sus hijos que con ellos mismos”, le dijo O’Leary a CNN. “Es una de esas cosas que preceden en la pandemia. Cuando preguntas a los padres sobre sus preocupaciones, la seguridad está casi siempre en primer lugar, y con frecuencia dicen que no tienen suficiente información”.
Información de confianza
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) han compartido información sobre la seguridad de las vacunas pediátricas contra el covid-19, incluyendo datos que muestran que los efectos secundarios graves son poco frecuentes. Pero la confianza de los padres en los CDC ha descendido del 66%, en julio, al 57%, en noviembre, según KFF.
Como era de esperar, los pediatras son la fuente de información más fiable sobre las vacunas, ya que más de tres cuartas partes de los padres dicen que confían “mucho” o “bastante” en el pediatra o proveedor de atención sanitaria de su hijo. Sin embargo, según la encuesta, menos de la mitad de los padres dijo que había hablado con el pediatra de sus hijos sobre las vacunas contra el covid-19.
O’Leary dice que ha estado “animando mucho a los proveedores de atención primaria a adoptar un enfoque proactivo” en la comunicación con los padres sobre la vacuna contra el covid-19.
“Ciertamente, se está compartiendo mucha información”, dijo, pero aunque los pediatras envíen información en sus boletines de correo electrónico y en los recordatorios de mensajes de texto para que los niños se vacunen, esto no significa que los padres siempre lean esos mensajes o hagan clic en los enlaces.
Gran parte de la lentitud en la aceptación de la vacuna puede atribuirse a cuestiones de acceso en lugar de a la indecisión, le dijo O’Leary a CNN.
Según la encuesta de la KFF, aproximadamente uno de cada seis padres dijo que tendría dificultades para viajar a un lugar donde su hijo pudiera ser vacunado y uno de cada cinco padres dijo que no podría vacunar a su hijo en un lugar de confianza. Esto era especialmente cierto para los padres negros e hispanos, así como para los que viven en hogares con bajos ingresos.
Divisiones políticas
Sin embargo, la división política más amplia sobre las vacunas es consistente en las actitudes hacia la vacunación de los niños. Los padres que tenían menos probabilidades de vacunarse también eran menos propensos a vacunar a sus hijos, incluyendo a los padres republicanos.
Los padres republicanos eran más propensos que los demócratas a decir que “definitivamente no” vacunarían a sus hijos contra el covid-19 (50% frente al 7%), y también eran más propensos que los demócratas a decir que no tenían suficiente información sobre la seguridad de las vacunas en los niños. Además, la mayoría (61%) de los padres republicanos dijo que la vacuna supone un riesgo mayor para sus hijos que infectarse con covid-19.
Más padres concuerdan cuando se trata de mandatos de vacunación en las escuelas. Dos tercios (67%) de los padres con hijos en edad escolar dicen que no quieren que las escuelas exijan a los alumnos que reúnen los requisitos que se vacunen contra el covid-19, según la encuesta de la KFF.
La gran mayoría de los padres republicanos (92%) se opone a que se exija la vacunación de los niños en las escuelas, mientras que solo un poco más de la mitad de los padres que se identifican como demócratas (55%) dijo que estaban a favor de un mandato de vacunación para los estudiantes.
Sin embargo, la encuesta también reveló que los niños eran más propensos a vacunarse si la escuela lo fomentaba.
Alrededor de la mitad de los padres dijo que la escuela de sus hijos proporcionaba información sobre las vacunas, y el 44% dijo que la escuela de sus hijos los había animado a vacunarlos. Los niños pequeños de entre 5 y 11 años tenían aproximadamente tres veces más probabilidades de vacunarse si su escuela lo fomentaba (28% frente al 8%), y los adolescentes de entre 12 y 17 años también tenían más probabilidades de vacunarse si su escuela los animaba a hacerlo (60% frente al 42%).