(CNN Español) – Estamos por finalizar el segundo año en el que el mundo convive con el nuevo coronavirus. En este 2021, una gran parte de la población pudo recibir la vacuna contra el covid-19, aunque la inequidad en el acceso a la misma sigue siendo una asignatura pendiente.
También, países y científicos han tenido que lidiar con la aparición de variantes de preocupación y con ello, nuevas olas de contagio. En este episodio, el doctor Elmer Huerta da un recuento de lo que aprendimos sobre el virus este año y lo que nos depara la pandemia en el 2022.
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Hola, soy el Dr. Elmer Huerta y esta es su diaria dosis de información sobre el nuevo coronavirus, información que esperamos sea de utilidad para cuidar de su salud y la de su familia.
En este último episodio del año haremos un balance de algunas de las lecciones aprendidas en la lucha contra la pandemia durante 2021. También veremos qué se puede esperar el próximo año, el tercero de la gran pandemia de 2019.
Para empezar, como todo evento importante en la vida, es siempre importante revisar los pasos andados, es decir, mirar el espejo retrovisor.
Primera lección del coronavirus en 2021: la inequidad de las vacunas
El mes de diciembre de 2020 nos ofreció una muestra de dos importantes sucesos que han afectado enormemente la pandemia durante 2021: las vacunas y las variantes.
Después de que el 11 de diciembre de 2020, la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (la FDA) le diera la autorización de uso de emergencia a la vacuna de Pfizer y el 14 de diciembre, la enfermera Sandra Lindsay se convirtiera en la primera persona vacunada en el país, el mundo esperaba con una enorme expectativa y ansiedad que una vacuna similar llegara al centro de salud más cercano de su país.
Poco a poco, las ansiadas vacunas empezaron a estar disponibles en los países que pudieron comprarlas y nos topamos con la primera gran lección del año: la inequidad en su distribución.
¿Quiénes tienen acceso a las vacunas?
Tal como lo escuchamos en el episodio del 17 de diciembre de 2020, mientras que los países más pobres del planeta miraban de lejos las inalcanzables vacunas, los países ricos acaparaban todas las vacunas que podían, llegando a tener vacunas para dos o tres veces su población.
Eso originó, como lo mencionamos en el episodio del 18 de mayo de 2021, que la iniciativa Covax, un proyecto global dirigido por la OMS, la Alianza de Vacunas (GAVI) y la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) cayera en crisis porque los países ricos no habían colaborado con el acopio de las vacunas necesarias para ser distribuidas en los países pobres.
Pero además de esa cruel inequidad en su distribución, en 2021 tuvimos una agridulce lección sobre las vacunas: por un lado, su falta de completa efectividad para prevenir las infecciones sintomáticas y, por otro lado, su gran efectividad para proteger de los casos graves y las muertes.
Las vacunas infantiles
Cuando durante 2020 el mundo esperaba el desarrollo de las vacunas, tanto los científicos como el público esperaban que las vacunas contra el covid-19 se comportaran como las vacunas infantiles, es decir, que otorgaran una protección duradera de muchos años contra el nuevo coronavirus.
Pero como lo explicamos en el episodio del 10 de julio, el mundo se daba con una enorme sorpresa: el laboratorio Pfizer informaba que, de acuerdo con datos obtenidos en Israel, se había descubierto que, la efectividad de su vacuna para proteger contra la enfermedad sintomática causada por la recientemente aparecida variante delta, había disminuido de más de 90% a 64%
Es decir, eso nos demostró por primera vez que las vacunas no eran capaces de brindar una protección duradera.
En vista de ese hallazgo, Pfizer le solicitó a la FDA la autorización para administrar una tercera dosis de su vacuna, seis a doce meses después de la segunda, refuerzo que aumentaba los niveles de anticuerpos neutralizantes 5 a 10 veces más que las alcanzadas con 2 dosis.
Las dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid-19
Era la primera vez que escuchábamos hablar de una tercera dosis de vacuna contra el covid-19.
Poco a poco, se ha documentado que todas las vacunas en uso han perdido efectividad de protección contra las variantes del nuevo coronavirus, por lo que en este momento la administración de una tercera dosis es la norma en muchos países. Es más, Israel se convirtió el 21 de diciembre en el primer país en autorizar el uso de una cuarta dosis de la vacuna para personas mayores de 60 años, trabajadores de la salud y personas con disminución de la inmunidad.
Esa disminución en la efectividad para prevenir la infección ha ocurrido porque las vacunas en uso se prepararon inicialmente para actuar contra la espiga del virus salvaje original de Wuhan, y no se contaba con que el virus iba a mutar tan rápidamente, originando una significante pérdida de efectividad.
Para concluir con el asunto de las vacunas, este año hemos aprendido también que en el mundo se ha producido una enorme división entre aquellas personas que -por diversas razones, pero principalmente por las noticias falsas propagadas en un planeta hiperconectado- rechazan las vacunas y aquellos que -siguiendo la evidencia científica- las abrazan y se vacunan.
La realidad es que después de casi 8.800 millones de dosis de diferentes vacunas contra el covid-19 administradas en el mundo, la vacuna es considerada segura y, como mencionamos, muy efectiva para proteger de la enfermedad grave y de la muerte, considerándose que, en este momento, las vacunas constituyen el arma fundamental en la lucha contra la pandemia.
Segunda lección del coronavirus en 2021: las variantes
La otra gran lección del año, la relacionada a la enorme capacidad de adaptación y cambio del nuevo coronavirus, se originó también el 14 de diciembre de 2020 cuando el primer ministro del Reino Unido Boris Johnson anunció una serie de estrictas restricciones causadas por la propagación de una nueva variante del virus, que parecía propagarse más fácilmente y ser hasta un 70% más transmisible que la variante original. Esta fue la primera vez que gran parte del mundo escuchaba la palabra variante.
Una semana después, el 21 de diciembre, la OMS anunciaba la identificación de otra variante, detectada en Sudáfrica, y diferente a la del Reino Unido. Con esto, el mundo tenía ya dos variantes antes de finalizar el primer año de la pandemia. Como lo explicamos en el episodio del 5 de enero de 2021, su presencia iba a determinar el curso de la pandemia.
Posteriormente, aparecieron tantas variantes, que la OMS, en un intento de evitar un estigma contra el país en que se identificó por primera vez una variante, en junio las bautizó con las letras del alfabeto griego. La encontrada en el Reino Unido fue llamada alfa, la identificada en Sudáfrica, beta y posteriormente se identificaron otras más, siendo la más reciente, ómicron.
America Latina, por la alta circulación del virus, se considera que ha sido el origen de tres variantes, la gamma, identificada en Brasil, la lambda, identificada en Perú, y la mu, identificada en Colombia.
El desarrollo de esas variantes ha sido una de las principales lecciones que nos ha dejado la pandemia en 2021. Debido a su altísima circulación en ciertos lugares, el SARS-CoV-2 se ha convertido en un enemigo formidable, demostrando una enorme capacidad de mutación y adaptación al ser humano, desconociéndose si 2022 nos depara otras variantes.
Tercera lección del coronavirus en 2021: el contagio
La tercera gran lección que nos deja 2021 es la relacionada al contagio del nuevo coronavirus.
En este 2021 hemos aprendido que, si bien es cierto que el virus puede transmitirse a través de superficies contaminadas, esa no es su ruta principal. Durante este año ha quedado completamente aclarado que el covid-19 es una enfermedad que se transmite a través de finísimos aerosoles que se despiden de las vías respiratorias al hablar, cantar, gritar, y obviamente, al toser o estornudar.
Eso hace que, en términos prácticos, el principal modo de protección sea el uso de mascarillas de alta eficiencia de protección, tal como una N95, KN95 o una doble mascarilla, siendo una la quirúrgica y la otra de tela encima de ella.
Otra consecuencia de ese conocimiento es que ya no es necesario lavar las bolsas o cajas de alimentos que se compran en los mercados, la higiene de manos y superficies debe ser estricta, pero no solo para prevenir el covid-19, sino también para prevenir muchas otras enfermedades infecciosas.
El año 2021 entonces, el segundo año de la pandemia, termina en estado de alerta mundial por la aparición de la variante ómicron, cuyo comportamiento determinará, en gran parte, lo que suceda en 2022 y que se pueda responder la pregunta: ¿Cuándo pasará la pandemia?
El futuro de la pandemia
Lo mejor que podría pasar durante este 2022, el tercer año de la pandemia, es que el covid-19 se convierta en una enfermedad endémica. Como lo escuchamos en el episodio del 26 de abril del 2021, significa que la enfermedad está constantemente presente en la comunidad, pero sin que se produzcan las severas epidemias que se vieron en los dos primeros años.
Aunque al momento de escribir este episodio se desconoce la gravedad de la enfermedad que causa la variante ómicron, de confirmarse los datos que vienen de Sudáfrica, de que una persona infectada con esta variante tiene menor probabilidad de ser hospitalizada y de sufrir una enfermedad grave, es posible que el virus haya logrado un equilibrio con el ser humano y estemos en camino a la endemia.
Si a ese elemento, que el covid-19 se convirtiera en una enfermedad más leve, le sumamos que este 2021 se han descubierto medicamentos que pueden evitar el agravamiento de los enfermos en riesgo de complicaciones, tendremos un mejor manejo ambulatorio del covid-19 en su fase endémica.
Al respecto, el 22 de diciembre, la FDA autorizó el uso de emergencia del Paxlovid del laboratorio Pfizer, una combinación de dos antivirales que ha demostrado una eficacia de 89% para impedir que una persona infectada, en riesgo de complicarse, sea admitida al hospital y pueda morir.
En resumen, veamos que nos trae el año 2022, pero lo que ha quedado claro es que el ser humano, gracias a la ciencia, está logrando controlar la pandemia, la que al momento de escribir este episodio ha causado más de 276 millones de casos, y se ha llevado la vida de más de cinco millones de seres humanos en el planeta.
¿Tienes preguntas sobre el covid-19?
Envíeme sus preguntas por Twitter, intentaremos responderlas en nuestros próximos episodios. Pueden encontrarme en @Drhuerta.
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