(CNN) – Estados Unidos está preparado para imponer una serie de duras sanciones económicas a Rusia en caso de que invada Ucrania, comenzando con objetivos de alto impacto que impondrían “costos severos y abrumadores a la economía de Rusia”, dijeron a CNN funcionarios del gobierno de Joe Biden.
Las sanciones podrían tener un gran impacto en los consumidores rusos, las operaciones industriales y el empleo, dijeron las fuentes, y en algunos casos pondrían a Rusia en el mismo grupo restrictivo de países con fines de control de exportaciones como Cuba, Irán, Corea del Norte y Siria.
Estados Unidos y Rusia se reunirán el lunes para conversaciones de alto perfil destinadas a evitar una guerra, ya que Rusia ha seguido acumulando tropas cerca de las fronteras con Ucrania. Pero los funcionarios estadounidenses dijeron que si las conversaciones fracasan y Rusia lanza un nuevo ataque, EE.UU. irá directamente a objetivos de alto impacto, a diferencia de 2014, cuando EE.UU. respondió inicialmente a la anexión de Crimea por parte de Rusia apuntando a bancos rusos más pequeños y oficiales militares de menor rango.
Los funcionarios dijeron que, en cambio, el gobierno adoptará un enfoque de “comenzar alto, mantenerse alto” en el que EE UU., en coordinación con sus aliados, apuntará a su sistema financiero y sectores considerados críticos para el Kremlin.
El cambio de estrategia es tanto un reconocimiento de que las sanciones hasta la fecha no han cambiado el comportamiento del presidente de Rusia, Vladimir Putin, como un reflejo de las propias convicciones de Biden. Como vicepresidente en 2014, Biden instó al presidente Barack Obama a imponer sanciones más severas a Rusia y armar a Ucrania. Pero finalmente fue anulado.
Como presidente, Biden ha prometido “graves consecuencias” para la economía rusa si Putin ordena una invasión a gran escala de Ucrania.
Fuentes familiarizadas con las opciones de sanciones dijeron que la administración prepara una serie de restricciones comerciales significativas en caso de que Rusia ataque, incluidas medidas de control de exportaciones que podrían detener la capacidad de Rusia para importar teléfonos inteligentes y componentes clave de aviones y automóviles.
Las restricciones también podrían obstaculizar los avances tecnológicos de Rusia, incluso en los sectores de defensa y aviación civil, dijeron las fuentes. A través de la regla de productos directos producidos en el extranjero que EE.UU. también impuso contra la empresa tecnológica china Huawei, el gobierno Biden está sopesando prohibir las exportaciones a Rusia de microelectrónicos (piense en chips de computadora) diseñados con software estadounidense o producidos con equipos estadounidenses.
Algunos funcionarios del gobierno de Joe Biden han advertido en las últimas semanas sobre el daño económico colateral de las duras sanciones y el riesgo de ciberataques rusos en represalia si Estados Unidos cumple con las sanciones. Pero otros en la administración creen que las duras sanciones que se están considerando tendrían un impacto manejable en EE.UU. y dijeron que el país está tomando medidas junto con sus aliados para mitigar cualquier efecto indirecto no deseado.
Despliegues de misiles
La administración de Joe Biden está abierta a discutir el despliegue de misiles en Ucrania y Europa y la posibilidad de restringir los ejercicios de EE.UU. y la OTAN durante las próximas conversaciones siempre que Rusia haga compromisos “recíprocos”, según otro alto funcionario del gobierno.
El funcionario señaló que Biden le dijo a Putin que Estados Unidos no tiene planes para el despliegue de misiles ofensivos en Ucrania. Estados Unidos también está dispuesto a discutir el futuro de algunos sistemas de misiles en Europa siguiendo las líneas del ahora extinto Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio.
Sin embargo, el funcionario enfatizó que las próximas conversaciones bilaterales entre funcionarios rusos y estadounidenses no darán como resultado ningún acuerdo concreto inmediato y que los funcionarios deberán llevar todo lo discutido a Washington y consultarlo con los aliados estadounidenses en la región.
“Vamos a estas reuniones con una sensación de realismo, no de optimismo”, afirmó el funcionario, y señaló que Estados Unidos no sabrá hasta que comiencen las conversaciones si Rusia está preparada para negociar “seriamente y de buena fe”.
Este funcionario destacó que el número de tropas o la postura de fuerza de Estados Unidos/OTAN en Europa definitivamente no están sobre la mesa en las próximas conversaciones; el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo en un tuit el miércoles que los cambios de fuerza no están sobre la mesa.
Kirby escribió: “Puedo afirmar inequívocamente que NO estamos sopesando los recortes de tropas en Europa o los cambios de postura allí. Tampoco estamos considerando cambiar el número de tropas en el Báltico y Polonia”.
El funcionario también enfatizó que los comentarios del Kremlin durante o después de la reunión, o lo que informan los medios estatales en Rusia, en realidad pueden no reflejar lo que se logra en la sala.