(CNN) – No todos están contentos con el hecho de que el sitio de Turkmenistán más reconocido a nivel internacional se denomine las “Puertas del Infierno”.
Al parecer, el presidente Gurbanguly Berdymukhamedov ordenó cerrar el sitio, que oficialmente se llama cráter Darvaza por la ciudad donde se encuentra.
El cráter se formó a principios de la década de 1970, cuando el suelo se derrumbó durante una expedición soviética de perforación de gas. Supuestamente, los científicos prendieron fuego al enorme agujero para evitar la propagación del gas natural… Y ha estado ardiendo desde entonces.
Aunque el cráter se convirtió en una atracción turística, Berdymukhamedov le habría pedido a su gabinete encontrar una manera de cerrar las proverbiales puertas, según el periódico estatal Neytralny Turkmenistan.
Se dieron varias razones para extinguir el famoso incendio: efectos negativos en la salud de las personas que viven cerca, desperdicio de valiosos recursos de gas natural y daño ambiental.
Según el periódico, el viceprimer ministro de Turkmenistán “recibió instrucciones de reunir a científicos. Y, si es necesario, atraer a consultores extranjeros y encontrar una solución para extinguir el fuego”.
El gas natural es una de las principales fuentes de ingresos del país de Asia central.
En la actualidad, no se conoce una fecha límite para cerrar el cráter Darvaza. Ni para apagar el fuego.
Berdymukhamedov, presidente desde 2006, es famoso por su amor por la arquitectura de oro y mármol. El líder autócrata ha estado en una racha de construcción, centrándose principalmente en la capital de Ashgabat con nuevos edificios gubernamentales gigantes, monumentos y otros logros arquitectónicos.
Uno de los más notorios es una estatua dorada gigante de un perro pastor turcomano. Justamente, la raza favorita de Berdymukhamedov y uno de los símbolos oficiales del país.
El presidente ama tanto a los perros que escribió un libro sobre ellos, entregó uno como regalo al presidente ruso Vladimir Putin, e incluso estableció una fiesta nacional en su honor.
El turismo sigue siendo una industria relativamente pequeña en Turkmenistán. El número de visitantes extranjeros anuales antes de la pandemia se estimaba en decenas de miles.
En 2006 se inauguró un nuevo y moderno aeropuerto de Ashgabat, con una terminal gigante en forma de pájaro. El proyecto costó 2.300 millones de dólares y tenía como objetivo elevar el perfil internacional de Turkmenistán.
Según el índice anual de Libertad de Prensa Mundial, que compila el grupo Reporteros sin Fronteras, Turkmenistán ocupa el puesto 178 de 180 países del mundo en censura de medios.