(CNN) – Es posible que los astrónomos hayan encontrado una luna que es completamente diferente a cualquier cosa en nuestro sistema solar.
Es solo el segundo objeto espacial descubierto que puede ser una exoluna o una luna fuera de nuestro sistema solar. La luna gigante se encontró orbitando un planeta del tamaño de Júpiter llamado Kepler 1708b, ubicado a 5.500 años luz de la Tierra.
Un estudio que detalla estos hallazgos fue publicado este jueves en la revista Nature Astronomy.
El cuerpo celeste recién detectado es 2,6 veces más grande que la Tierra. No hay analogía para una luna tan grande en nuestro propio sistema. Como referencia, nuestra propia luna es 3,7 veces más pequeña que la Tierra.
Es la segunda vez que David Kipping, profesor asistente de astronomía y líder del Cool Worlds Lab de la Universidad de Columbia, y su equipo encuentran un candidato a exoluna. Descubrieron el primero, una luna del tamaño de Neptuno que orbita un exoplaneta gigante llamado Kepler-1625b, en 2018.
“Los astrónomos han encontrado hasta ahora más de 10.000 candidatos a exoplanetas, pero las exolunas son mucho más desafiantes”, dijo Kipping en un comunicado. “Son “terra incognita” (tierra desconocida)”.
Comprender más sobre las lunas, por ejemplo, cómo se forman, si podrían sustentar la vida y si desempeñan un papel en la habitabilidad potencial de los planetas, podría conducir a una mayor comprensión de cómo se forman y evolucionan los sistemas planetarios.
Objetos difíciles de encontrar
Kipping y su equipo todavía están trabajando para confirmar que el primer candidato que encontraron es en realidad una exoluna, y este último descubrimiento probablemente enfrentará la misma batalla cuesta arriba.
Las lunas son comunes en nuestro sistema solar, que tiene más de 200 satélites naturales, pero la larga búsqueda de lunas interestelares ha sido en gran medida infructuosa. Los astrónomos tuvieron éxito al ubicar exoplanetas alrededor de estrellas fuera de nuestro sistema solar, pero las exolunas son más difíciles de identificar debido a su tamaño más pequeño.
Se descubrieron más de 4.000 exoplanetas confirmados en toda la galaxia, pero eso no significa que encontrarlos haya sido fácil. Muchos de ellos fueron detectados utilizando el método de tránsito, o buscando descensos en la luz de las estrellas cuando un planeta pasa frente a su estrella. Detectar lunas, que son más pequeñas y causan caídas aún más diminutas en la luz de las estrellas, es muy difícil.
Para encontrar esta segunda luna potencial, Kipping y su equipo utilizaron datos de la misión Kepler de búsqueda de planetas retirada de la NASA para estudiar algunos de los exoplanetas gigantes gaseosos más fríos que encontró el telescopio. Los investigadores utilizaron este criterio en su búsqueda porque en nuestro sistema solar, los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno tienen la mayor cantidad de lunas en órbita alrededor de ellos.
De los 70 planetas que estudiaron, solo uno reveló una señal compañera que parecía ser una luna, con solo un 1% de probabilidad de que fuera otra cosa.
“Es una señal obstinada”, dijo Kipping. “Le tiramos el fregadero de la cocina a esta cosa, pero simplemente no desaparece”.
3 formas en que se podría formar una luna
El candidato recién descubierto comparte similitudes con el primer descubrimiento potencial de exoluna. Ambos son probablemente gaseosos, lo que explica su enorme tamaño, y están lejos de sus estrellas anfitrionas.
Hay tres teorías principales sobre cómo se forman las lunas. Una es cuando grandes objetos espaciales chocan y el material despegado se convierte en una luna. Otra es la captura, cuando los objetos son capturados y puestos en órbita alrededor de un planeta grande, como la luna Tritón de Neptuno, que se cree que es un objeto capturado del Cinturón de Kuiper. Y el tercero son las lunas que se forman a partir de los materiales, como el gas y el polvo que se arremolinan alrededor de las estrellas, que crearon los planetas en los primeros días del sistema solar.
Es posible que ambos candidatos a exoluna comenzaran como planetas que eventualmente fueron arrastrados a la órbita alrededor de planetas más grandes como Kepler 1625b y Kepler 1708b.
Las lunas gigantes son probablemente una anomalía
Kipping cree que es poco probable que todas las lunas fuera de nuestro sistema solar sean tan grandes como estos dos candidatos, lo que puede convertirlos en los bichos raros, en lugar del estándar. “Las primeras detecciones en cualquier encuesta generalmente serán los bichos raros”, dijo. “Los grandes que son simplemente más fáciles de detectar con nuestra sensibilidad limitada”.
Para confirmar que las dos candidatas son exolunas, se requerirán observaciones de seguimiento por parte del Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio Espacial James Webb en 2023. Mientras tanto, Kipping y su equipo continúan reuniendo evidencia en apoyo de las exolunas.
El hecho de que cada planeta asociado tarde más de un año terrestre en completar una órbita alrededor de su estrella ralentiza el proceso de descubrimiento.
“La confirmación requiere que los tránsitos lunares se repitan varias veces”, dijo Kipping. “La naturaleza de período largo de nuestros planetas objetivo significa que solo tenemos dos tránsitos disponibles aquí, pero no lo suficiente como para ver una serie de tránsitos lunares necesarios para reclamar una detección confirmada”.
Si se confirman, podría ser el comienzo de una nueva aceptación de que las exolunas son tan comunes como los exoplanetas fuera de nuestro sistema solar.
El primer exoplaneta no se descubrió hasta la década de 1990, y la mayor parte de los exoplanetas conocidos hoy en día no se revelaron hasta el lanzamiento de Kepler en 2009.
“Esos planetas son extraterrestres en comparación con nuestro sistema de origen”, dijo Kipping. “Pero han revolucionado nuestra comprensión de cómo se forman los sistemas planetarios”.