(CNN) – Los ojos pueden ofrecer una “ventana al alma”, como dicen los poetas, pero también tienen mucho que decir sobre tu salud.
La resequedad ocular puede ser un signo de artritis reumatoide. Los niveles altos de colesterol pueden hacer que se forme un anillo blanco, gris o azul alrededor de la parte coloreada del ojo, llamada iris. Un anillo dorado cobrizo que rodea el iris es un signo clave de la enfermedad de Wilson, un raro trastorno genético que hace que el cobre se acumule en el cerebro, el hígado y otros órganos, envenenando lentamente el cuerpo.
Y eso no es todo: los daños en los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo, llamada retina, pueden ser signos tempranos de daños en los nervios debidos a la diabetes, hipertensión, enfermedad arterial coronaria, o incluso el cáncer, así como el glaucoma y la degeneración macular relacionada con la edad.
La búsqueda de signos de enfermedad es una de las principales razones por las que el médico dilata los ojos para observar sus profundidades en los exámenes oculares anuales.
Pronto, puede haber otra buena razón para soportar unas horas de visión borrosa. Un nuevo estudio, que según los investigadores es el primero de este tipo, afirma que la retina también puede proporcionarnos una forma fácil y no invasiva de determinar la verdadera edad biológica de nuestro cuerpo, que puede o no reflejar nuestra edad cronológica.
“La retina ofrece una ‘ventana’ única y accesible para evaluar los procesos patológicos subyacentes de las enfermedades vasculares y neurológicas sistémicas que se asocian a un mayor riesgo de mortalidad”, escribió el autor del estudio, el Dr. Mingguang He, profesor de Epidemiología Oftálmica de la Universidad de Melbourne y del Centro de Investigación Ocular de Australia. El estudio se publicó el martes en la revista British Journal of Ophthalmology.
Un estudio de modelado
El estudio analizó más de 130.000 imágenes de retinas provenientes de las muestras dadas por las personas que participan en el BioBank del Reino Unido, un estudio gubernamental a largo plazo de más de 500.000 participantes del Reino Unido entre las edades de 40 y 69 años. Utilizando un modelo de “deep learning”, que es una forma de aprendizaje automático, los investigadores estimaron una “brecha de edad de la retina” entre la salud biológica real del ojo y la edad de la persona desde su nacimiento.
El estudio encontró que había un aumento del 2% en el riesgo de muerte por cualquier causa por cada año de diferencia entre la edad real de una persona y la edad biológica mayor identificada en el ojo.
Las brechas más grandes de tres, cinco y 10 años entre la edad real y la edad biológica medida a partir de la retina se asociaron significativamente con un riesgo hasta un 67% mayor de muerte por enfermedades específicas, incluso después de considerar otros factores como la presión arterial alta, el peso y las diferencias de estilo de vida como el tabaquismo.
“La computadora fue capaz de determinar la edad del paciente a partir de una foto en color de la retina con bastante precisión a partir de un algoritmo de deep learning. Este nivel de cambios no son cosas que nosotros, como clínicos, podamos decir: podemos decir si alguien es un niño o un adulto mayor, pero no si alguien tiene 70 en lugar de 80”, dijo el doctor Sunir Garg, portavoz clínico de la Academia Estadounidense de Oftalmología y profesor de Oftalmología en el Hospital Wills Eye de Filadelfia, que no participó en el estudio.
“El aspecto realmente único de este trabajo es el uso de esa diferencia en la edad real de un paciente en comparación con la edad que la computadora creía que tenía el paciente para determinar la mortalidad. Esto es algo que no creíamos posible”, dijo Garg por correo electrónico.
Hubo dos grupos de enfermedades para los que el modelo no logró predecir de forma significativa un mayor riesgo de muerte: las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Esto podría deberse a un menor número de casos de este tipo en la población estudiada, según los investigadores, o a las mejoras en los tratamientos del cáncer y las enfermedades cardíacas.
“Nuestros novedosos hallazgos han determinado que la brecha de edad en la retina es un predictor independiente de un mayor riesgo de mortalidad, especialmente de enfermedades no cardiovasculares y de mortalidad no relacionada con el cáncer”, escribieron He y su equipo.
“Estos hallazgos sugieren que la edad de la retina puede ser un biomarcador clínicamente significativo del envejecimiento”.
Llevar esta teoría a la práctica es una posibilidad todavía lejana en este momento. Aun así, el estudio muestra otra ventaja de permitir que otra persona mire profundamente en tus ojos, aunque sea tu oftalmólogo.
“Habrá que realizar conjuntos de datos más amplios en poblaciones más diversas, pero este estudio pone de relieve que las pruebas sencillas y no invasivas del ojo podrían ayudarnos a educar a los pacientes sobre su salud general, y es de esperar que sean útiles para ayudar a los pacientes a entender los cambios que pueden hacer para mejorar no solo su salud ocular, sino su salud en general”, escribió Garg.