Descubren huellas de dinosaurios en Gales
Descubren huellas de dinosaurios de hace más 200 millones de años
00:59 - Fuente: CNN

(CNN) – La vida como “fortaleza viviente” era solitaria para este dinosaurio. Según un nuevo estudio, este nodosaurio fuertemente acorazado, con púas alargadas en el cuello y los hombros, era probablemente un solitario perezoso que no podía oír muy bien.

Los investigadores estudiaron el cerebro de este dinosaurio herbívoro de 80 millones de años, emparentado con los famosos anquilosaurios de cola de garrote.

El fósil de Struthiosaurus austriacus se descubrió por primera vez en Austria y ha estado en la colección del Instituto de Paleontología de Viena desde el siglo XIX.

Mientras que algunos de estos anquilosaurios, pesados y con forma de tanque, podían alcanzar los 8 metros de longitud, el Struthiosaurus era relativamente pequeño y medía 2,7 metros.

Para comprender mejor la audición y el equilibrio del Struthiosaurus, este dinosaurio acorazado, los investigadores analizaron su pequeño cerebro de 50 milímetros utilizando un escáner micro-CT, o microtomografía computarizada, para crear un molde digital en 3D. Aunque el tejido cerebral de un dinosaurio es demasiado frágil de conservar, el neurocráneo – el tejido que recubre la estructura del cerebro– puede revelar aspectos del estilo de vida de un dinosaurio.

Los resultados se publicaron la semana pasada en la revista académica Scientific Reports.

Esta ilustración muestra al Struthiosaurus austriacus, un dinosaurio "fortaleza viviente" que vivió hace 80 millones de años en Austria.

Lo que revela el neurocráneo

Este dinosaurio tenía un flóculo muy pequeño, una parte del cerebro clave para la fijación de los ojos cuando la cabeza, el cuello o el cuerpo están en movimiento, especialmente cuando observan a competidores o depredadores. El hallazgo, combinado con la forma semicircular de sus canales auditivos internos, sugiere que este dinosaurio se movía muy lentamente. Según los investigadores, los canales auditivos redondeados permiten una mayor sensibilidad que los semicirculares, que podrían interrumpir el flujo de vibraciones e impulsos nerviosos.

En vida, este animal habría sido muy pasivo y perezoso, en lugar de actuar como agresor, y podría “cuidar de sí mismo para sobrevivir”, dijo el autor del estudio Marco Schade, paleontólogo de la Universidad de Greifswald en Alemania. El dinosaurio no era ciego y habría sido capaz de ver venir a los depredadores.

“Mientras que algunos de sus parientes probablemente se defendían con sus colas de garrotes, el Struthiosaurus probablemente confiaba más en su armadura distintiva (para protegerse)”, empleando un estilo pasivo de autodefensa, dijo Schade en un comunicado.

“Aparte de esto, es muy probable que los dinosaurios carnívoros tendieran a cazar en silencio, contrario a la forma monstruosa en que los representan en ‘Jurassic Park’”, dijo.

El neurocráneo también reveló la cóclea más corta jamás encontrada en un dinosaurio. La cóclea forma parte del oído interno, donde se produce la audición, y su tamaño puede determinar la capacidad auditiva.

“Estas observaciones concuerdan con un animal que se adaptó a un estilo de vida comparativamente inactivo con interacciones sociales limitadas”, escribieron los autores del estudio.

Los científicos creen que muchos dinosaurios vivían y viajaban en grupo, pero esta especie de anquilosaurio probablemente vivía en solitario debido a su escasa capacidad auditiva. El dinosaurio Struthiosaurus podía ser encontrado masticando plantas de bajo crecimiento en las zonas costeras y tenía una gran fuerza de mordida para masticar la vegetación dura.

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“El oído del animal obviamente no estaba bien desarrollado, por lo que, si era necesario, el Struthiosaurus se comunicaba con otros de una manera distinta a las vocalizaciones”, dijo la coautora del estudio Cathrin Pfaff, investigadora asociada y jefa de la instalación de micro-TC en el Instituto de Paleontología de la Universidad de Viena, en un comunicado.

Sin embargo, el Struthiosaurus “no era completamente incapaz de escuchar a los demás”, dijo Schade, y al igual que las tortugas modernas, probablemente solo utilizaba el sonido para comunicarse cuando era absolutamente necesario.

“Los paleontólogos no consideran realmente que los anquilosaurios en general fueran animales particularmente sociables, pero dado que la comunicación intraespecífica basada en el sonido es un medio popular entre los animales, las capacidades auditivas algo limitadas de los nodosaurios pueden sugerir que no apreciaban demasiado el tener compañía, ni toda la gama de frecuencias de la música clásica compleja”, escribió Schade por correo electrónico.

A continuación, los investigadores quieren examinar más detenidamente los cerebros de otros anquilosaurios europeos para ver si estos hallazgos son exclusivos de una especie o si representan algo que evolucionaron otros dinosaurios de su familia.