(CNN) – A unos 500 metros de distancia de los separatistas respaldados por Rusia, un grupo de soldados ucranianos espera un combate que seguramente se avecina.
Y los hombres están extrañamente relajados al respecto, según el fotógrafo Timothy Fadek, quien pasó tiempo con los soldados este viernes en el frente en la región oriental de Lugansk en Ucrania.
“Han aceptado la inevitabilidad”, dijo Fadek. “Estaba hablando con uno de los soldados y me dijo: ‘Es inevitable. Hemos aceptado esta inevitabilidad de un ataque’. Y luego hubo una pequeña discusión entre dos soldados. Uno dijo: ‘Los rusos no cruzarán la frontera, atacarán desde el mar’, es decir, el Mar de Azov. Otro soldado no estuvo de acuerdo con esas estimaciones y dijo: ‘No, el ataque vendrá de Bielorrusia’”.
Pero si bien es posible que no estén de acuerdo con el origen de un ataque, todos están 100% convencidos de que sucederá.
“Se han resignado”, dijo Fadek. “Pero están extremadamente relajados. No hay una pizca de nerviosismo en sus rostros. Están listos para pelear. Han estado listos durante muchos años. No quieren. Les pregunté: ‘¿Quieren esta guerra?’ Y dijeron: ‘Por supuesto que no’”.
Las tensiones entre Ucrania y Rusia están en su punto más alto en años, con una acumulación de tropas rusas cerca de la frontera que genera temores de que Moscú pueda lanzar una invasión pronto. El Kremlin planea atacar, argumentando que el apoyo de la OTAN a Ucrania es una creciente amenaza para el flanco occidental de Rusia.
En Muratova, una ciudad ucraniana a unos 20 minutos en auto desde el frente, la gente está mucho más nerviosa que los soldados, dijo Fadek. Pero ellos también parecen resignados a su destino.
Cuando se le preguntó qué pensaba sobre la posibilidad de un ataque, un granjero se encogió de hombros.
“Sucederá”, dijo, “pero no hay nada que nadie pueda hacer para detenerlo”.