(CNN Español) – Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es una tarea crucial y urgente en la lucha contra el cambio climático. Al comer alimentos de origen marino, podrías contribuir en esta batalla. Sin embargo, esos alimentos tienen que ser producidos de manera sustentable… y la maricultura puede ser la clave para ello, según un estudio conjunto entre la Universidad de Adelaida y The Nature Conservancy (TNC).
El estudio, publicado este martes, menciona que la producción de alimentos contribuye de forma importante a las emisiones de GEI en el mundo.
“Las emisiones directas e indirectas de GEI (de la producción de alimentos)… se estima que representan entre el 20% y el 37% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero anualmente”, señala el estudio titulado ‘Climate-Friendly Seafood: The Potential for Emissions Reduction and Carbon Capture in Marine Aquaculture’.
Acuicultura y maricultura
Debido a su alta contribución en la emisión de gases contaminantes, existe la oportunidad de reducir las emisiones en el sector de la alimentación, en el que podemos encontrar la producción de alimentos de origen marino.
Una forma de producir alimentos marinos es la acuicultura, que “produce el 52% de los productos animales acuáticos que se consumen” en el mundo, indica el estudio.
La acuicultura es la “producción de animales y plantas acuáticas tanto en agua dulce como en agua salada”, dijo Robert Jones, científico de TNC y uno de los autores del estudio, a CNN en un correo electrónico.
Del total de producción de la acuicultura, la maricultura “genera el 37,5% de esta producción y el 97% de la cosecha mundial de algas”, por lo que es una tendencia que crece cada vez más, señala el estudio.
Jones indicó que la maricultura es un subtipo de la acuicultura y se refiere a la producción específicamente en el océano.
Beneficios de una maricultura responsable y bien hecha
La acuicultura marina y de agua dulce genera al año alrededor de 245 toneladas métricas de CO2e (CO2 equivalente, que es una medida para representar todos los gases contaminantes), lo cual es mucho menor a los hasta 6.600 millones de toneladas métricas de CO2e al año de la agricultura terrestre (agricultura y ganadería combinadas), dice el estudio.
Por tanto, una manera de ayudar al medio ambiente sería optar en mayor medida por la acuicultura, específicamente por la marina (maricultura) en tres categorías: producción de algas marinas, de bivalvos y de peces de aleta alimentados, señala la investigación.
Algas y bivalvos
El estudio documenta que las algas en ambientes naturales juegan un papel importante en la captura de carbono, por lo que su cultivo en alta mar puede ayudar al almacenamiento de dichos gases. Este cultivo tiene que ser sin alteraciones al entorno, lo que además puede derivar en un mayor volumen de biomasa.
Asimismo, la producción de bivalvos cerca de la costa puede tener beneficios indirectos para las algas. Los bivalvos mejoran la calidad del agua y estabilizan los sedimentos, condiciones ideales para el cultivo de algas en esas aguas. Además, gracias a su capacidad de captura de carbono, las algas ayudan a aminorar las emisiones de CO2 que provienen de la formación de conchas de los bivalvos, indica la investigación.
Los bivalvos y las algas cultivadas por maricultura, añade el estudio, pueden dar paso a alimentos; y las algas también se pueden utilizar para producir biocombustible, para alimentar al ganado terrestre (reduce significativamente las emisiones de metano) o para generar biochar (lo cual beneficia los suelos de la agricultura en tierra).
Peces de aleta
Por otra parte, la investigación que muestra que, al situar los corrales de las granjas de peces de maricultura lejos de los hábitats que capturan carbono, se puede ayudar en la reducción de gases contaminantes. Algunos de estos hábitats son los lugares de crecimiento de algas o los litorales.
Si no se puede situar los corrales lejos de los hábitats, el estudio menciona que es necesario rotarlos de forma periódica y que reposen, lo que puede aminorar el impacto negativo a la captura de carbono de las algas.
Junto a ello, las granjas deben estar vigiladas y monitoreadas con tecnología que permita racionar los alimentos de los peces de aleta para un menor desperdicio.
El alimento de los peces en los corrales, así como la cría de los peces en etapas tempranas (antes de su llegada a corrales), tiene que hacerse en “criaderos o establecimientos de procesamiento cerca de las granjas”, recalca el estudio.
Además, se debe asegurar que el alimento provenga de proveedores que respetan el medio ambiente; es decir, por ejemplo, que tengan prácticas para optimizar las cantidades de comida y que no contribuyan a la deforestación.
Una dieta rica para el planeta
La mayoría de las personas disfrutan de una comida de mar. No hay como un buen atún asado, camarones en coctel o almejas en una tarde de domingo. Esta dieta es rica en nutrientes para ti y también para el planeta.
“Estudios como este demuestran que la maricultura puede tener un menor impacto en el medio ambiente que sus homólogos terrestres, lo que significa que diversificar la dieta para incluir más alimentos criados en el mar puede ser bueno para el planeta. Los alimentos marinos producidos mediante la acuicultura (responsable) pueden ser un componente importante de la dieta sostenible del futuro”, explicó Jones a CNN.
Si bien el estudio señala que se centra en la fase de producción en las granjas marítimas y no tanto en la preproducción y posproducción, se demuestra científicamente el beneficio que podemos en la reducción de gases contaminantes si se opta por la maricultura responsable.
“Es poco realista (e innecesario) tener una agricultura terrestre nula, pero tenemos que trabajar para equilibrar el sistema alimentario y esforzarnos por una producción de alimentos que funcione en armonía con la naturaleza, no contra ella”, indicó el científico de TNC.
A manera de resumen, Jones recalcó que dos pasos imprescindibles para la acuicultura responsable son los siguientes:
- Garantizar que las granjas funcionen en armonía con los ecosistemas locales
- Que las operaciones utilicen los recursos de forma eficiente para asegurar una huella de carbono responsable
“Diversificar tu dieta es fundamental. En las dietas occidentales nos apoyamos mucho en ciertos alimentos y cultivos, y necesitamos ampliar nuestros paladares y probar nuevos alimentos para reducir la excesiva dependencia de ciertos cultivos y alimentos; a menudo es conveniente buscar productos locales para reducir la huella de carbono de tu dieta. Compra directamente a las granjas o a los productores locales y pregunta por sus prácticas sostenibles”, añadió Jones.