(CNN) – Los familiares de cuatro niños holandeses asesinados por los nazis expresaron su tristeza después de que les informaran que sus placas de identidad se encontraron en las ruinas de un campo de concentración.
El campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada por los nazis, se creó en marzo de 1942 y se cerró a finales de 1943 tras un levantamiento de los prisioneros. Unos 250.000 judíos murieron allí, según el Centro Mundial para el Recuerdo del Holocausto de Yad Vashem.
Tras la invasión de Alemania a los Países Bajos en 1940, unos 107.000 judíos fueron deportados del país, la mayoría a Auschwitz y Sobibor, donde fueron asesinados.
Según el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos (USHMM, por sus siglas en inglés), menos del 25% de los judíos holandeses sobrevivieron.
Entre los muertos se encontraban dos tíos de Yoram Haimi, el arqueólogo israelí que pasó 10 años excavando el sitio de Sobibor junto a sus colegas Wojciech Mazurek de Polonia e Ivar Schute de Holanda. Juntos descubrieron placas metálicas de identidad pertenecientes a cuatro niños judíos.
El descubrimiento saltó a los titulares el año pasado, pues las placas parecían no haber sido hechas por las autoridades, sino por familiares preocupados ante la posibilidad de separarse.
Las placas, que ahora se encuentran en el Museo Estatal de Majdanek en Polonia, llevaban grabados los nombres, fechas de nacimiento y direcciones de Deddie Zak, Annie Kapper, David Van Der Velde y Lea Judith De La Penha.
Los familiares de Deddie y Lea fueron localizados antes de que los descubrimientos se anunciaran públicamente el pasado mes de enero. Pero, no se había encontrado rastro de las familias de Annie y David, hasta ahora.
Este mes, los investigadores del sitio de genealogía MyHeritage localizaron a sus parientes vivos más cercanos en Estados Unidos.
Roi Mandel, director de investigación de MyHeritage, utilizó archivos y árboles genealógicos para atar cabos.
Mandel le dijo a CNN: “Sentí que era mi deber encontrar a los parientes vivos de Annie y David, para contarles lo que se encontró en la maldita tierra de Sobibor y escuchar de ellos la historia de su familia casi extinta. Ellos son las únicas ramas que quedan de los enormes árboles genealógicos y tendrán el deber de contar la historia de estos niños a las generaciones futuras”.
“Lo convierte en una persona real”
Los hermanos Sheryl y Rick Kool son primos segundos de David: su abuela era hermana de su bisabuelo.
Los Kool, cuyos padres nacieron en los Países Bajos, sabían que muchos de sus familiares perecieron, pero desconocían sobre David, que murió a los 10 años.
Sheryl, que vive en Seattle, dijo a CNN: “Me sorprendió mucho porque no sabía nada de David y de esa parte de la familia”.
Y añadió: “El Holocausto fue tan deshumanizante. Así que tener un nombre específico y un símbolo concreto de su vida, lo convierte en una persona real”.
“Obviamente es triste pero gratificante tener más información y juntar más piezas del rompecabezas”.
Su hermano, que vive en Canadá, dijo a CNN: “La placa con el nombre de David me ha recordado el dolor que mi abuela y tantos otros, que por suerte o por intención lograron evitar el destino de sus familiares asesinados, debieron llevar consigo hasta el final de sus días”.
“Una voz desde el más allá”
La placa de aluminio de Annie se encontró cerca de una fosa común. Su familia fue enviada a Sobibor el 30 de marzo de 1943. Cuando el tren llegó tres días después, los 1.255 pasajeros fueron enviados a las cámaras de gas. Annie tenía 12 años.
MyHeritage localizó al primo segundo de Annie, Marc Draisen, en Boston. El padre de Annie, Meijer, era primo hermano de su madre Tilly.
“Fue como tener una voz desde el más allá”, dijo Draisen a CNN.
Draisen, que nunca ha visto una foto de Annie, dijo: “Los padres, al crear esta placa con el nombre, intentaban desesperadamente mantener la identidad de su hija y alguna esperanza de supervivencia que, por supuesto, no se logró”.
El momento en que Mandel hizo el contacto fue inquietantemente conmovedor, dijo Draisen. “Mi esposa investigó un poco y pronto supo que el cumpleaños de Annie era el 9 de enero, el mismo día que MyHeritage se puso en contacto conmigo. Habría cumplido 91 años”.
Tras el levantamiento de 1943, los alemanes desmantelaron el campo. El lugar fue arado y plantado con un bosque de pinos, según el USHMM.
Haimi dijo a CNN que la excavación, que comenzó en 2007, reveló el lugar de las cámaras de gas.
“Había ocho habitaciones, 350 metros cuadrados de matanza: entre 800 y 900 víctimas en seis o siete minutos”, dijo.
La excavación reveló 80.000 artefactos, incluyendo zapatos, joyas, dentaduras, carteras y cubiertos, añadió Haimi.
Haimi recibió de buen modo las revelaciones: “Si hay parientes que aún viven pueden tener alguna información sobre esos niños. Queremos que se cuenten sus historias”.
“Deddie es mi ángel”
Lies Caransa viajó a Sobibor con su hijo en 2013, luego de que le informaran sobre la placa de Deddie, su primo hermano. Ellos eran cercanos pues pasaban mucho tiempo juntos en casa de sus abuelos.
Con menos de 4 años, Caransa fue llevada a una guardería cuando su familia fue acorralada en 1943. Su madre sobrevivió a Auschwitz, pero nunca volvió a ver a Deddie, que entonces tenía 8 años, sus tíos o sus abuelos.
Ahora, con 82 años y viviendo en Ámsterdam, Caransa dijo a CNN: “Como no tengo nada de él, fue un shock, pero también una señal del cielo”.
“Siempre pensé que tenía un ángel de la guarda sobre mi hombro porque muchas veces estuve peligrosamente enferma pero siempre me recuperaba. Creo que Deddie es mi ángel”.
Caransa recibió una réplica de la placa, ya que la ley polaca dicta que todos los hallazgos arqueológicos pertenecen al Estado. Sin embargo, lleva años luchando por el original, sin éxito.
“No tengo hermanos, ni hermanas, ni tías, ni tíos, y mi madre murió hace tiempo. Así que espero recuperarlo antes de morir”, dijo.
“Absolutamente impactante”
Lea vivía con su madre Judith y su padre David en Ámsterdam. En junio de 1943 la familia fue deportada al campo de tránsito de Westerbork y finalmente a Sobibor. Murió a los 6 años.
Suzanna Flora Munnikendam es la prima segunda de Lea, sus abuelas eran hermanas. Sabía que su abuela había muerto en Sobibor, pero nunca había oído hablar de Lea.
“Es absolutamente impactante”, dijo a CNN.
Una portavoz del museo de Majdanek dijo que las placas “ofrecen una oportunidad excepcional para identificar” a algunas de las víctimas. “Las pruebas tangibles de sus vidas que fueron brutalmente acabadas a su llegada a la rampa de descarga de Sobibor nos permiten no solo descubrir su historia, sino también transmitirla a las siguientes generaciones y mantener viva la memoria de las víctimas”.