(CNN) – Hasta hace poco, el silencio del Hospital de Día de Oncología del Hospital del Mar, en Barcelona, era solo interrumpido por el trajín de carritos, sillas de ruedas y los “bip bip” de los diferentes monitores que se usan en el lugar. Sin embargo, desde el pasado mes de octubre, las risas y las carcajadas han empezado a ganar terreno en este espacio donde habitualmente eran extrañas.
Los responsables de esta transformación son los payasos de la ONG Pallapupas, actores y actrices profesionales que amenizan, una vez por semana, las largas sesiones de quimioterapia y radioterapia de los pacientes que luchan contra el cáncer. Una vez llegan todo es posible: desde simular las llamadas telefónicas más extravagantes que uno imagine con bananas, a improvisar el baile más divertido jamás coreografiado.
“Me rio. De hecho, tengo una foto con ellos de cuando aún tenía pelo” nos cuenta sonriente Miriam, a quien le detectaron un cáncer de mama en septiembre de 2021. “Me los encontré una de las primeras veces que vine. Recuerdo que alguien entró en la consulta porque había dejado una botella de agua y justo en ese momento yo saqué una, porque tenía sed. Y ahí empezaron ellos, en broma: ¡mirad dónde estaba la botella de agua!” añade Miriam entre risas y tras terminar su sesión quincenal de quimioterapia.
Desde que acuden a este centro, su presencia nunca ha pasado desapercibida. Quizás porque las narices rojas y los diferentes elementos cómicos que traen no contribuyen a la discreción. En cualquier caso, siempre cumplen con su cometido: arrancar una sonrisa tras cada mascarilla ante la que se plantan.
“Nos está sorprendiendo lo bien que lo aceptan los pacientes, yo pensaba que no iría tan bien” afirma Loli Zafra, quien lleva quince años como enfermera en este servicio de oncología. “Estamos hablando de la enfermedad que estamos hablando, y a mí me dio la sensación de que quizás era mucha juerga. Pero no, la gente ha reaccionado muy bien”, agrega satisfecha Zafra.
El objetivo de estos cómicos no siempre es fácil, ya que se enfrentan a la tensión y a la angustia que algunos de los pacientes sufren al someterse a este tipo de terapias contra el cáncer. “Las herramientas que utilizamos son el humor y el teatro para transformar el espacio y cambiar las experiencias que tienen los pacientes”, explica Yaiza Nieto, miembro del departamento de sensibilización de Pallapupas. Con esta forma de trabajar, añade Nieto, han constatado que “reducimos el miedo, reducimos el estrés, y generamos beneficios tanto para el personal sanitario como los pacientes y sus familiares”.
Aunque ya han pasado unos meses desde su inicio, el proyecto todavía se encuentra en una fase piloto. Todavía debe pasar un poco más de tiempo hasta que los responsables del centro decidan si lo extienden, o no. “La aceptación por parte de los pacientes, que son los que tienen la opinión que debemos tener en cuenta, mayoritariamente es muy favorable” detalla la Dra. Marta Guix, oncóloga del Hospital del Mar. “El que quiere participa, y el que no se siente cómodo…pues son muy respetuosos y no fuerzan a nadie”, aclara Guix.
Definir si estos ingenieros del humor continúan en el centro de oncología tan sólo dependerá de una factor: del número de sonrisas que consigan arrancar en este inusual espacio para el humor.