(CNN) — Durante meses, el gobierno de Biden ha alimentado titulares alarmantes y ha sorprendido a Washington con una excepcional serie de revelaciones oficiales de inteligencia, previamente clasificadas, que exhiben parte de los movimientos rusos mientras Moscú concentra tropas en la frontera con Ucrania.
Los funcionarios de la administración le dijeron a CNN que las revelaciones se han coordinado cuidadosamente entre el Consejo de Seguridad Nacional, la comunidad de inteligencia y otras agencias nacionales de seguridad en un esfuerzo por alterar la planificación rusa, mitigar la efectividad de cualquier operación de “bandera falsa” y, en última instancia, disuadir la acción militar.
De hecho hay señales de que la estrategia está funcionando, señalaron funcionarios estadounidenses. El gobierno de Biden cree que al presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo tomaron por sorpresa algunas de las revelaciones, según un alto funcionario estadounidense. Además, intercepciones de inteligencia han identificado a funcionarios militares y de inteligencia rusos que se quejan de la exposición de sus planes, informó CNN anteriormente.
“La esperanza es que los rusos se sorprendan con el conocimiento aliado de estas cosas y que tengan una reacción interna”, dijo a CNN un alto funcionario occidental de inteligencia. “Por lo general, lo que esperarías ver es a los rusos preguntándose si tienen un topo”.
“Eso es útil para hacerlos dudar de sí mismos. Es útil para que se pregunten si realmente pueden ejecutar algunos de estos planes y aún así tener secretos y sorpresas”, continuó esta persona. “A veces, si pones suficientes dudas sobre el sistema, podrían de hecho retirar a algunas personas competentes de las que sospechan que son espías que, en realidad, no lo son en absoluto”.
Estados Unidos ya ha reducido de categoría y publicado información clasificada en ocasiones anteriores al servicio de otros objetivos de política exterior. Algunas veces de manera efectiva y a veces, como en el período previo a la guerra de Iraq, de manera desastrosa. Sin embargo, el gran volumen de revelaciones actuales hace que se destaque el enfoque de Biden ante esta crisis que ha evolucionado.
Choques con los medios de comunicación
Ahora bien, la estrategia también ha provocado enfrentamientos con los medios estadounidenses por la falta de voluntad del gobierno de mostrar pruebas de sus afirmaciones. Las revelaciones han ocurrido en gran medida como declaraciones de los portavoces de agencias. Además, los funcionarios han proporcionado pocas pruebas. De hecho, han pedido a los periodistas que informen sobre el material sin confirmación. (Otros reportes periodísticos sobre la crisis, por supuesto, provienen de informes convencionales y filtraciones no autorizadas).
“Si dudas de la credibilidad del gobierno de Estados Unidos, del gobierno británico, de otros gobiernos y quieres, ya sabes, encontrar consuelo en la información que los rusos están revelando, eso depende de ti”, respondió el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, cuando fue desafiado la semana pasada. Posteriormente, llamó al reportero en cuestión para disculparse.
La semana pasada, portavoces de varias agencias dijeron que Estados Unidos tenía inteligencia que mostraba que Rusia planeaba publicar un video preparado que mostraba ataques organizados por las fuerzas de Ucrania para generar un pretexto hacia la acción militar. En enero, EE.UU. dijo que tenía información creíble que indicaba que Rusia había ubicado previamente a un grupo de agentes para ejecutar una operación de bandera falsa aparte en el este de Ucrania. Y en diciembre, la Casa Blanca publicó un documento desclasificado que decía que Rusia planeaba una ofensiva a principios de 2022 con hasta 175.000 soldados. Los funcionarios también han sido notablemente específicos en público sobre la cantidad de soldados rusos que han visto acumulados en la frontera con Ucrania. Inteligencia a la que respaldan imágenes satelitales comerciales que han publicado empresas privadas.
“No estamos instrumentalizando a la prensa. Lo que estamos haciendo es una campaña de comunicaciones estratégicas”, dijo el funcionario occidental de inteligencia. “Tengan en cuenta que hay muchas audiencias potenciales para estas revelaciones. Ya sea que se hagan desde el podio o se hagan en una sesión informativa de antecedentes o en otros formatos. Juzgaría que el Departamento de Estado probablemente también estaba tratando de decirle a la pueblo estadounidense que ‘esta es la naturaleza de esta crisis. Esto es lo que vemos’”.
También, la táctica tiene algunos precedentes de alto perfil de la Guerra Fría. En 1962, el gobierno del presidente John F. Kennedy publicó fotografías de misiles balísticos soviéticos ubicados en Cuba, en medio de la escalada de la crisis allí. Y lo hizo, en parte, para convencer a un cuerpo de prensa escéptico en EE.UU. y el Reino Unido.
En 2022, el objetivo es más operativo: es un esfuerzo por negarle a Rusia el mismo elemento sorpresa que aprovechó en 2014, cuando anexó Crimea. Muchos de los mismos funcionarios estadounidenses en el gobierno ahora tenían asientos de primera fila en la toma de decisiones en 2014. Y, en ese sentido, están respondiendo “absolutamente” a las lecciones aprendidas de esa experiencia, dijeron diplomáticos occidentales a CNN.
En 2014, a los funcionarios occidentales los sorprendieron las negativas de Rusia de que estaba enviando tropas sin identificación a la península antes del asalto real, según un diplomático occidental. Los funcionarios dijeron a los periodistas en segundo plano que estaban escépticos sobre los “hombrecitos verdes” en el terreno. Pero, no lo declararon públicamente para contrarrestar las negativas de Rusia.
Estados Unidos ha luchado durante mucho tiempo por responder al uso de Rusia de las llamadas tácticas de guerra de “zona gris”. Entre ellas, estrategias como desinformación y operaciones de bandera falsa, que el Ejército de EE.UU. históricamente no está preparado para ejecutar o contrarrestar. Los funcionarios de inteligencia han debatido durante décadas cómo y cuándo hacer revelaciones tempranas de inteligencia para afectar ese tipo de tácticas asimétricas. Esas discusiones solo se han intensificado a medida que la Rusia de Putin capitaliza la era digital para librar una guerra de información sofisticada, dicen funcionarios y exfuncionarios.
Pero la estrategia del gobierno de Biden de revelaciones constantes ofrece uno de los primeros ejemplos sostenidos de una doctrina relativamente nueva y no probada.
“La nueva doctrina es el potencial de usar la inteligencia como un arma de operaciones de información”, dijo el exdirector de Inteligencia Nacional James Clapper. El exfuncionario también señaló que la administración Obama hizo revelaciones similares después de la invasión rusa de Ucrania en 2014.
Caso por caso
Las revelaciones también han llamado la atención porque gran parte de la información no podría haberse obtenido solo de imágenes satelitales, que a menudo se duplican en los canales públicos. Lo que indica un claro acceso de EE.UU. a los canales militares y de inteligencia de Rusia.
Las imágenes satelitales proporcionan información comparativamente limitada, señalan funcionarios de inteligencia actuales y anteriores. Es imposible deducir la intención de Putin a partir de simples formaciones de tanques, que pueden usarse como señuelos. Los funcionarios estadounidenses saben que la doctrina militar rusa acepta explícitamente el engaño. Justamente, un concepto conocido en ruso como “maskirovka” o “enmascaramiento”.
Pero las revelaciones de inteligencia sobre supuestas operaciones de bandera falsa también son las más riesgosas para Estados Unidos, advierten exfuncionarios.
“Obviamente, las desventajas de hacer cosas como esta son: ‘¿se nos va a secar la fuente de la que obtuvimos eso?’”, dijo Clapper. “Esa es siempre la evaluación de riesgo-beneficio que tienes que hacer”.
Otra fuente familiarizada con la inteligencia admitió que estaba “personalmente un poco sorprendido por cuánto se ha revelado públicamente. Aunque puedo apreciar el equilibrio entre divulgar los esquemas rusos y quemar fuentes y métodos sensibles”.
Funcionarios estadounidenses actuales explican que la decisión de bajar de categoría cualquier pieza de información ha pasado por los procesos normales, que dirige la Oficina del Director de Inteligencia Nacional. También destacaron que no se ha hecho ninguna revelación que pueda exponer los medios por los cuales Estados Unidos recopiló la información en primer lugar.
“La comunidad de inteligencia usó sus procedimientos estándar de desclasificación, que existen para proteger las fuentes y los métodos”, dijo un funcionario de inteligencia de EE.UU.
Mientras tanto, una cantidad extraordinaria de la acumulación rusa se ha desplegado en público. Lo que le permite a la administración discutir públicamente el tipo de inteligencia dura sobre el número de soldados y el posicionamiento de la fuerza, que en confrontaciones pasadas habría estado clasificada. A medida que los satélites comerciales han proliferado y avanzado en los últimos años, empresas privadas como Maxar ahora publican fotografías de alta resolución de formaciones de tanques y tropas rusas, las cuales anteriormente eran competencia exclusiva de los satélites gubernamentales.
La estrategia también ha sido parte integral de un esfuerzo mayor del gobierno de Biden por compartir inteligencia para mantener a sus socios y aliados en la misma página sobre la naturaleza de la amenaza.
“Nunca lo había visto funcionar así. Es un enfoque de todo el gobierno. Los funcionarios estadounidenses están pensando en a quién deberíamos incluir en la conversación de una manera muy proactiva”, dijo un funcionario del Departamento de Estado familiarizado con el proceso. “Y muchas de estas conversaciones sobre el intercambio de inteligencia están ocurriendo porque ciertos países simplemente no creen que lo que estamos diciendo sea cierto”, añadió.
Públicamente, Rusia ha negado rotundamente los informes estadounidenses, calificándolos de propaganda e histeria.
“Hasta ahora, todas estas declaraciones han sido infundadas y no han sido confirmadas por nada”, dijo Dmitry Peskov, portavoz de Putin, después de una divulgación reciente.
Los periodistas, a menudo recordando explícitamente los informes crédulos de las afirmaciones de inteligencia de la administración Bush en el período previo a la guerra de Iraq, han presionado a los funcionarios para que proporcionen pruebas que respalden las revelaciones. En 2003, gran parte de la inteligencia entregada deliberadamente a los periodistas y a la comunidad mundial, señalando pruebas de que Saddam Hussein estaba reconstituyendo un programa de armas nucleares, resultó ser gravemente errónea, en parte gracias a que EE.UU. se basó en una fuente única y poco confiable.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo este martes que la administración no puede hacer pública ninguna de la información subyacente “sin comprometer las fuentes y los métodos de inteligencia”. Y agregó que “hay valor para el público al exponer estas operaciones y disuadir a Rusia de llevarlas a cabo”.
Aún así, las revelaciones de Biden han recibido respuestas positivas en términos generales como un uso juicioso y efectivo de la inteligencia, según fuentes del gobierno de EE.UU. que están familiarizadas con la información subyacente.
“Creo que es bueno hacerlo, porque al eliminar a los rusos, especialmente si puedes hacerlo de manera preventiva, entonces puedes evitar que suceda eso mismo, y parecería, al menos hasta ahora, que puede ser el caso”, dijo Clapper.