(CNN) – Una de las partes más duras del trabajo de Jonathan Modlich estos días es decir a las familias en duelo que no sabe cuándo tendrá listas las lápidas para sus seres queridos.
Los trastornos en la cadena de suministro mundial provocados por la pandemia están sacudiendo al sector productor nacional de lápidas y monumentos en un momento en que su demanda se ha disparado. Los materiales cruciales, como el granito, las sierras y las plantillas de goma, escasean. Los trabajadores son difíciles de encontrar y los conductores de camiones aún más.
“Intentamos ser lo más directos posible con las familias a las que servimos”, dice Modlich, propietario de Modlich Monuments, con sede en Columbus, Ohio, fundada por su bisabuelo. “Esto podría ser de seis a nueve meses. Para ser completamente honesto, podría llevar más tiempo. Son cosas que están fuera de nuestro control”.
Muchas de las lápidas y monumentos que se venden en Estados Unidos se elaboran con granito extraído en China, la India y otros lugares del extranjero, mientras que gran parte del equipo para trabajar la piedra procede de Europa. Los retrasos en los envíos y el aumento del costo de los contenedores de transporte han hecho que los mayoristas y los minoristas tengan que esperar meses para recibir sus pedidos, mientras sus productos se quedan en el extranjero hasta que se abran los muelles en los puertos estadounidenses.
Mientras tanto, las canteras de granito nacionales y los fabricantes de monumentos y lápidas no han sido capaces de mantener el ritmo de la explosión de la demanda.
Para sumarle a los dolores de cabeza de la industria: 3M, uno de los principales fabricantes de las plantillas de goma necesarias para grabar las letras a chorro en las lápidas, dejó de producirlas el año pasado. La disponibilidad de materias primas, muy limitada, y el aumento exponencial de los costos son algunos de los factores que influyeron en la decisión, según declaró la empresa a CNN.
Además del covid-19, que ha terminado con la vida de más de 900.000 estadounidenses, cada vez son más los “baby boomers” que encargan sus lápidas en los cementerios por adelantado.
“Nos hemos visto inundados con todos estos pedidos de minoristas de los que quizá ni siquiera hayamos oído hablar”, dijo Chris Kubas, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Granito de Elberton, en Georgia, que produce alrededor de dos tercios de todas las lápidas que se fabrican en Estados Unidos. “Estábamos atascados. No podíamos ampliar nuestra infraestructura para acomodar el aumento de pedidos”.
Muchos equipos, como sierras y pulidoras, están pendientes de entrega. Ha sido difícil encontrar trabajadores en el condado rural de Elbert, que cuenta con unos 20.000 habitantes, a pesar de que los salarios iniciales por hora han subido de US$ 10 a US$ 15, dijo Kubas. Los trabajadores cualificados pueden esperar ganar más de US$ 40 por hora, en comparación con los más de US$ 20 que podían ganar anteriormente.
La industria también necesita conductores de camiones para entregar los productos. Los fabricantes pueden tener a veces varias plataformas completamente cargadas en sus lotes, dijo.
Algunas empresas que forman parte de la Asociación de Granito, actualmente con 85 miembros, dejaron de aceptar pedidos de nuevos clientes porque quieren asegurarse de que pueden cumplir los de los clientes existentes.
“Es una tormenta perfecta, y no hemos tenido tiempo suficiente para reaccionar”, dijo Kubas. “En este momento llevamos las de perder, y no tengo ni idea de cuándo saldremos de esta situación. Estamos haciendo lo mejor que podemos para acomodar a todos nuestros clientes”.
Meses de retraso
Jed Hendrickson, propietario de Santa Bárbara Monumental, en California, encargó el pasado mes de mayo un gran cargamento de granito gris oscuro, suficiente para hacer unas 40 lápidas, a la India. Comprobó su progreso al menos cada dos días y, en principio, esperaba recibirlo a finales de diciembre.
Finalmente llegó a mediados de febrero, lo que le permitirá aumentar la producción de cuatro a cinco días a la semana.
Antes de la pandemia, el granito importado tardaba unos 90 días en llegar, mientras que el nacional tardaba hasta 45 días. Ahora, Hendrickson calcula una espera de al menos el doble de tiempo para los envíos.
Aunque sus pedidos anuales han aumentado un 18% en comparación con la época anterior a la pandemia, también está pagando mucho más por los materiales. Normalmente, los precios del granito suben entre un 3% y un 4% cada mes de enero, dice.
En 2021, los precios subieron un 4% en enero y otro 8% a mediados de año. A principios de este año, subieron otro 8%.
“Nunca había visto nada parecido”, dijo Hendrickson, que lleva 35 años en el negocio.
Los fabricantes de lápidas y monumentos esperaban hace años un aumento de los pedidos por el envejecimiento de los baby boomers. Pero como la esperanza de vida ha aumentado, el repunte no se materializó hasta que llegó la pandemia, que ha hecho que más personas mayores quieran dejar sus asuntos resueltos, según los expertos del sector.
Los pedidos de Buttura & Gherardi Granite Artisans en Barre, Vermont, otra de las principales fuentes de granito en Estados Unidos, han aumentado un 55% en lo que va de este año, en comparación con el mismo periodo de 2021, según Mark Gherardi, presidente de la empresa, cuya familia lleva cuatro generaciones en el sector. Espera que el impulso al negocio se mantenga durante otra década.
Gherardi está invirtiendo millones de dólares en sus operaciones de fabricación, comprando, por ejemplo, nuevos equipos de corte con arena a chorro, una cortadora de piedra hidráulica y varias sierras. También contrató a una docena de nuevos trabajadores en el último año, lo que eleva el total a más de 60, y tiene previsto añadir más.
“Todo el mundo intenta aumentar su capacidad rápidamente”, dice Gherardi, que planea aumentar la producción a medida que se acerque la primavera. “Lleva tiempo, pero está ocurriendo”.
Si bien algunas familias que perdieron a sus seres queridos no se dieron cuenta de que las interrupciones en la cadena de suministro también están afectando al sector de producción de lápidas, están lidiando con los retrasos.
“Al principio, fue mucho más duro”, dijo Modlich, que es presidente de Monument Builders of North America, un grupo de la industria. “En este momento, más gente entiende el estado general del mundo. Nadie está feliz al respecto. Nosotros tampoco”.