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Nota del editor: Mari Rodríguez Ichaso ha sido colaboradora de la revista Vanidades durante varias décadas. Es especialista en moda, viajes, gastronomía, arte, arquitectura y entretenimiento, productora de cine y columnista de estilo de CNN en Español. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivamente suyas. Lee más artículos de opinión en cnne.com/opinion.

(CNN Español) – Una reflexión: hoy hablaba con mi amiga Gladys O, quien vive en Madrid, y es curioso cómo la pandemia nos ha afectado de forma muy similar aunque vivamos en dos continentes, muy alejados el uno del otro.

Y, curiosamente, estos cambios incluyen ¡hasta los hábitos al comer!

A Gladys ya no le gustan cosas que le encantaban (¡como el chocolate!), y a mí ¡cada día me gustan menos cosas que me encantaban! De momento, la comida japonesa es la única que me “satisface”, y si veo un avocado toast (tostadas con aguacate macerado) más me va a dar un ataque. Y antes me fascinaban Las cosas fritas casi no me apetecen, ¡y hace meses que no me como una amadísima croqueta!

También comentamos que no sentimos el menor deseo de divertirnos en fiestas o reuniones donde abundan el alcohol, la música altísima, las risotadas y el ambiente “de fiesta”. ¡Qué aburrimiento! Solamente la idea de una fiesta así me eriza. Aunque en realidad nunca me gustaron mucho, ¡ni a los 20 años! Y hablando con amigas mucho mas jóvenes, me dicen que les pasa exactamente lo mismo. Y así me lo manifestaron cuando hice esta reflexión en Facebook e Instagram. ¿La clave de todos los comentarios? Más es menos.

Muchos de nosotros hemos cambiado –y sin echarlas de menos– costumbres y rutinas que antes nos entretenían muchísimo. Y preferimos cosas sencillas y a sottovoce. Ir a museos, leer, y ver series en TV, en vez de ir al cine o al teatro. E “ir de tiendas” ha sido sustituido por comprar por Internet! (Hello Amazon?).

Es muy interesante comentar esto, pues mi amiga Gladys y yo hemos sido mujeres muy sofisticadas, muy “viajadas” y con muchos intereses como la moda, los viajes, los libros, los enamorados, los lugares trendy y el divertido cotilleo. En fin, el encierro por la pandemia, el temor a enfermarnos (ni a ella ni a mí nos ha dado covid, por suerte), los muchos cuidados, las mascarillas, las vacunas, etc., etc., sin duda han cambiado nuestras vidas. ¡No para “mal” sino para “diferente”! Para un new normal, más personal y más profundo. Y, quizás, ¿hasta mejor?

Y en mi caso –sin perder mi interés por las cosas lindas y gran mi interés por todo lo humano– he estrechado mi círculo de vida. Y comparto solamente con un grupo pequeño y muy especial donde, por supuesto, la familia es número uno.

Quería compartir esto… No sé si alguien más se siente así…