Hong Kong (CNN Business) – Foxconn, uno de los mayores proveedores de Apple, suspendió sus operaciones en Shenzhen en un momento en que China declara el cierre del centro tecnológico y otras regiones para contener el peor brote de covid-19 del país en dos años.
La segunda economía del mundo sigue persiguiendo obstinadamente su estrategia de cero covid, incluso mientras otras naciones reabren y tratan de convivir con el virus. Los confinamientos en las principales ciudades chinas no solo afectarán a la recuperación del país de la pandemia, sino que podrían suponer un nuevo golpe para las cadenas de suministro mundiales.
La ciudad de Shenzhen se encuentra al sur y tiene frontera con Hong Kong, alberga a gigantes tecnológicos chinos como Tencent y Huawei. Impuso un confinamiento de una semana a partir de este lunes, tras registrar 66 casos positivos el sábado.
Foxconn declaró a CNN Business este lunes que la “fecha de reanudación de la fábrica será aconsejada por el gobierno local”. Foxconn tiene dos grandes instalaciones en Shenzhen. La compañía taiwanesa “ajustó” su línea de producción a otros sitios para “minimizar el impacto potencial” de la interrupción, añadió. No detalló qué ubicaciones asumirían el trabajo extra.
Las acciones de Foxconnect Interconnect Technology con sede en Taipei y filial de Foxconn se desplomaron un 9,8% en Hong Kong este lunes.
China está lidiando con su peor brote de covid desde el brote original en Wuhan a principios de 2020, en un momento en que los casos aumentan en todo el país. El domingo informó de 2.125 casos locales de covid-19 en 58 ciudades, según la Comisión Nacional de Salud (NHC, por sus siglas en inglés).
En Shenzhen, todas las empresas, aparte de las consideradas esenciales o dedicadas a abastecer a Hong Kong, suspendieron su funcionamiento o han aplicado políticas de trabajo desde casa.
El transporte público, incluido el metro y los autobuses, fue suspendido en la ciudad de 17,5 millones de habitantes.
Shenzhen también es sede de uno de los mayores puertos de contenedores del mundo, y cualquier interrupción en él podría afectar a una cadena de suministro mundial de por sí estresada. El verano pasado, el puerto de Yantian, en Shenzhen, se vio obligado a cerrar durante casi una semana después de que se detectaran infecciones entre los trabajadores de los muelles, lo que provocó una enorme acumulación de mercancías que tardó meses en despejarse y un aumento de las tarifas de los fletes mundiales. Hasta ahora el puerto sigue funcionando.
Las acciones de las principales empresas con sede en Shenzhen tuvieron un mal desempeño este lunes en Hong Kong. Tencent cayó un 9,8%. La empresa de telecomunicaciones ZTE perdió un 7%. BYD, el mayor fabricante de autos eléctricos de China, cayó un 8,3%. Y AAC Technologies fabricante de componentes de audio, se desplomó un 9%.
Además de Shenzhen, las autoridades locales también cerraron el centro industrial Changchun en el noreste desde el viernes, donde se prohibió a nueve millones de residentes salir de sus vecindarios.
Shanghái, el mayor centro de negocios del país, ha impuesto medidas estrictas tras un repunte de casos de covid, cerrando escuelas y cines y restringiendo los viajes a la ciudad.
Estos confinamientos se producen apenas unos meses después de que China cerrara Xi’an, ciudad al noroeste del país, lo que afectó a importantes operaciones comerciales, entre ellas las de Samsung y Micron, dos de los mayores fabricantes de chips del mundo.
Las estrictas medidas adoptadas para controlar la pandemia han golpeado duramente a la economía de China en los últimos tiempos. A principios de este mes, el gobierno fijó un objetivo de crecimiento económico en torno al 5,5% para 2022, el objetivo oficial más bajo en décadas.
– El buró de CNN en Beijing contribuyó con este reportaje.