Nueva York (CNN Business) – El presidente Joe Biden está utilizando su posición para llamar la atención sobre la tendencia de los precios de la gasolina a subir como un cohete cuando el precio del petróleo se dispara, pero caen como pluma cuando éste se desploma.
Biden publicó un tuit este miércoles por la mañana en el que destacaba la lentitud con la que bajan los precios de la gasolina, en un intento de llamar la atención sobre una tendencia de décadas que, según los críticos, perjudica a los consumidores al no transferir el ahorro hacia los conductores.
“Los precios del petróleo están bajando, los precios de la gasolina también deberían hacerlo”, dijo Biden en Twitter. “La última vez que el petróleo costaba US$ 96 el barril, la gasolina costaba US$ 3,62 el galón. Ahora está a US$ 4,31. Las compañías petroleras y de gasolina no deberían aumentar sus beneficios a costa de los estadounidenses trabajadores”.
El hecho de que la administración se concentre en las complejidades de los precios de la energía muestra el nivel de frustración dentro de la Casa Blanca con uno de los principales motores de la alta inflación.
Los precios de la gasolina se dispararon a máximos históricos la semana pasada, tras un repunte del crudo a niveles no vistos desde 2008.
Los precios de la gasolina están bajando, pero de forma muy gradual. La media nacional de la gasolina regular bajó a US$ 4,31 el galón este miércoles, según la AAA. Eso es un centavo menos que el martes y dos centavos menos que el lunes.
Y eso a pesar de que el petróleo Brent se desplomó un 28% entre el máximo intradía del 6 de marzo y el cierre del martes.
“Parece que tardan mucho”
Esto no es nada nuevo. El sector tiene incluso un apodo para esta práctica: Cohetes y plumas.
“Esto ha sucedido durante 40 años”, dijo a CNN Andy Lipow, presidente de la consultora Lipow Oil Associates. “Los precios sí bajan, solo que parece que tardan mucho en hacerlo. No se pueden negar los datos que hay”.
Viejo o nuevo, a Biden no le parece, especialmente después de observar este fenómeno el pasado otoño, cuando los precios de la gasolina retrocedieron lentamente después de que la administración liberara las reservas de petróleo de emergencia y llegara la oleada de la variante ómicron del coronavirus.
“Intenta explicarle al presidente Biden que solo son cohetes y plumas, y más vale que estés preparado para que responda: ‘Esas son tonterías’”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca a CNN. “El presidente está en su derecho de señalar que si vas a tener cohetes en la subida, necesitas tener cohetes en la bajada, no plumas”.
Pero quizá no sea razonable decir que los precios en las gasolineras deben cambiar instantáneamente solo porque los precios del petróleo lo hacen. Las oscilaciones de precios tardan en avanzar a lo largo de la cadena de suministro.
El propietario de una gasolinera puede vender hoy el combustible que compró días antes, cuando los precios del petróleo eran mucho más altos. (Esto es especialmente cierto en el mercado actual, extremadamente volátil).
“No me malinterpreten. Habría un cierto desfase”, dijo Lipow. “¿Qué pasaría si yo fuera el tipo que acaba de comprar mi carga de cisterna ayer y a los dos días siguientes el crudo bajara?”.
Tom Kloza, jefe global de análisis energético del Servicio de Información de Precios del Petróleo, dijo que las gasolineras no tienen más remedio que transferir el impacto de la subida de los precios del petróleo en la subida, debido a la presión sobre sus márgenes de ganancia.
“Y al bajar, es como si dijéramos: ‘Seremos tan pacientes como podamos’”, dijo Kloza. “Caerán, pero a un ritmo mucho más lento”.
Joe Brusuelas, economista jefe de la consultora RSM, señaló que los precios de la gasolina están en función de las compras pasadas y de las expectativas en torno al costo de las entregas futuras, y ahora mismo existe una gran incertidumbre sobre la dirección de los precios del petróleo.
“Las críticas a la fijación de precios en las gasolineras son algo erróneas”, dijo Bruseulas.
Un golpe de US$ 1.300 a los hogares
Las consecuencias económicas son reales.
Cada aumento de 10 centavos en el precio de la gasolina cuesta a los consumidores al menos US$ 11.000 millones en el transcurso de un año, según Moody’s Analytics.
Los precios de la gasolina se han disparado en el último año y medio, y a finales de la semana pasada se situaban en torno a US$ 1,50 el galón por encima de la media de 2019. Si los precios se mantienen tan altos, los consumidores pagarán US$ 165.000 millones más en el transcurso de 2022 que en 2019, según Moody’s Analytics.
Dicho de otra manera: el gasto medio anual en gasolina subiría en aproximadamente US$ 1.300 por hogar estadounidense, dijo Moody’s a CNN.
El alto funcionario de la Casa Blanca sugirió que los propietarios de las gasolineras no están trasladando los ahorros a los consumidores tan rápido como podrían.
“Esto es utilizar el poder de los precios de una manera que no es particularmente justa desde la perspectiva del consumidor”, dijo el funcionario a CNN.
Patrick De Haan, de GasBuddy, dijo a principios de esta semana que la caída del precio de la gasolina debería acelerarse si el petróleo se mantiene por debajo de los US$ 100 el barril.
“Las gasolineras perdieron hasta la camiseta en la subida, pero ahora los márgenes están mejorando y comenzarán a pasar los descuentos al consumidor”, escribió De Haan en Twitter.
Relación “desigual” entre los precios del petróleo y de la gasolina
Por supuesto, la industria petrolera se encontraba en una situación difícil hace apenas dos años. Los precios del petróleo se desplomaron, con el crudo estadounidense en negativo por primera vez en la historia, lo que hizo que los precios de la gasolina bajaran drásticamente.
La Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia, un grupo comercial que representa al sector minorista de combustibles, no respondió a una solicitud de comentarios.
El Instituto Estadounidense del Petróleo (API, por sus siglas en inglés), el grupo comercial que representa a la industria del petróleo y el gas, dijo en un comunicado que los precios al por menor en muchas industrias bajan más lentamente de lo que suben.
“En lo que respecta a los precios de la gasolina, los estadounidenses buscan soluciones, no que se les señale con el dedo”, dijo Frank Macchiarola, vicepresidente sénior de política, economía y asuntos regulatorios del API.
Hay algunas investigaciones académicas que apoyan el argumento de la Casa Blanca.
El Banco de la Reserva Federal de Saint Louis publicó un informe en 2014 en el que señalaba que existe una relación “desigual” en el impacto de los precios del petróleo sobre los de la gasolina. Ese informe se basaba en una revisión de trabajos académicos que medían el llamado costo de transferencia al consumidor del petróleo y la gasolina.
“Cuando los precios del petróleo suben después de haberse mantenido estables durante algún tiempo, los precios de la gasolina se disparan rápidamente”, decía el documento de la Fed. “Por el contrario, cuando los precios del petróleo caen después de haberse mantenido estables durante algún tiempo, los precios de la gasolina retroceden lentamente”.
¿Quién es el dueño de la gasolina?
El enfoque de Biden en este tema se produce después de que los demócratas de la Cámara de Representantes escribieran una carta la semana pasada instando a los líderes del Congreso a investigar inmediatamente y celebrar audiencias sobre “el presunto fraude en los precios dentro de la industria del petróleo y la gasolina”.
Los demócratas también introdujeron un impuesto sobre las ganancias inesperadas de las grandes petroleras que tendría como objetivo “frenar la especulación” de las compañías petroleras.
Aunque las gasolineras suelen llevar el logotipo de un gran productor de petróleo, como Exxon o Shell, a menudo son propiedad y están gestionadas por minoristas independientes. Los propietarios de las gasolineras tienen licencia para representar esa marca.
Por ejemplo, ExxonMobil dice que no posee ni explota gasolineras minoristas en Estados Unidos, aunque hay innumerables gasolineras Exxon y Mobil en todo el país. A finales de 2020, Exxon contaba con casi 11.000 distribuidoras en Estados Unidos.
Las refinerías de petróleo son propietarias de menos del 5% de las aproximadamente 150.000 gasolineras minoristas del país, según el Instituto Estadounidense del Petróleo. Muchas gasolineras son propiedad de un individuo o una familia, mientras que otras pertenecen a una entidad corporativa que posee cientos de ellas.
A fin de cuentas, Kloza dice que la gente que pueda esperar antes de comprar gasolina se beneficiará.
“Si puedes esperar cinco días para llenar el tanque, obtendrás un precio más bajo”, dijo Kloza.