(CNN) – Cuando al golfista Morgan Hoffmann le diagnosticaron distrofia muscular facioescapulohumeral —una enfermedad que hace que sus músculos se debiliten— en 2017, le dijeron que no se podía hacer nada.
Pero después de un viaje de cinco años de descubrimiento, el jugador de 32 años está de vuelta en el PGA Tour y ama la vida de regreso en el campo.
Esta semana hizo un respetable par 71 en el RBC Heritage de Carolina del Sur, pero tiene más que celebrar que la mayoría.
“Me sentí muy bien. El primer golpe de salida no fue tan angustioso como pensé que sería. Tenía un gran grupo. Fue fácil mantener la ligereza ahí fuera. Jugamos rápido, lo que estuvo bien”, dijo a los periodistas.
“El partido no me pareció tan malo como pensaba, así que fue bastante emocionante”, admitió.
Hoffmann regresó al Tour compitiendo con una importante exención médica tras someterse a un tratamiento para su rara forma de distrofia muscular.
“Todavía estoy cuestionando
Su tratamiento le ha llevado a recorrer el mundo, desde Nepal hasta Costa Rica, en busca de formas alternativas de tratar su enfermedad.
Vivió entre “curanderos” con su mujer en Costa Rica, pero es consciente de que no todo el mundo podrá entender su viaje.
“Mucha gente califica de alucinógenas algunas de las cosas en las que me he embarcado, pero mi forma de verlas es muy diferente”, añade Hoffmann.
“Creo que es como una puerta trasera o lateral a diferentes dimensiones o diferentes planos. Todavía no lo tengo claro; sigo cuestionando y tratando de entenderlo todo”.
Hoffmann necesita 238.420 o más puntos de la FedExCup para permanecer en la categoría de médico mayor durante el resto del año y le quedan tres salidas para conseguirlos.
Pero para el estadounidense, solo está feliz de volver a jugar el deporte que le da tantas alegrías.
“Me gusta tanto este juego. Es tan difícil. Me lo he pasado muy bien ahí fuera. Creo que el partido está más reñido de lo que pensaba, y es emocionante. Estoy entusiasmado”, dijo.