(CNN) – Las fuerzas armadas de Ucrania adoptaron una postura desafiante este fin de semana, negándose a ceder ante la demanda de Rusia de que las tropas de Kyiv en la ciudad portuaria de Mariúpol se rindieran. Al mismo tiempo, el presidente Joe Biden y sus aliados enfrentan un nuevo precipicio al decidir hasta qué punto Estados Unidos puede armar al asediado país, ya que Rusia indica que puede tomar medidas más agresivas para detener el flujo de armas de EE.UU. y la OTAN.
Hay nuevas preocupaciones sobre la rapidez con la que Ucrania podría quedarse sin municiones a medida que se intensifican los combates en Donbás, donde Rusia está tratando de rodear y aislar a las fuerzas ucranianas en su búsqueda por controlar esa región.
Mientras trata de mantener la presión sobre los aliados para que brinden un mayor apoyo en esta próxima fase, el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky argumenta que Occidente debe ver esa lucha como un punto de inflexión crítico para frenar las ambiciones desenfrenadas del presidente de Rusia Vladimir Putin y demostrar el compromiso de Occidente de defender la democracia frente a un poder autocrático voraz.
Zelensky advirtió que la batalla que se avecina en Donbás “puede influir en el curso de toda la guerra” y dijo, durante una entrevista con Jake Tapper de CNN, que su país no tiene intención de ceder territorio en la parte oriental de Ucrania para poner fin a la guerra. La entrevista exclusiva salió al aire este domingo en el programa “State of the Union” de CNN.
Si Rusia es capaz de capturar la región de Donbás, advirtió Zelensky, es muy posible que Putin pueda renovar su intento de tomar el control de Kyiv. Cuando Tapper le preguntó si estaba satisfecho con el anuncio de Estados Unidos la semana pasada de destinar otros US$ 800 millones en ayuda militar para reforzar las fuerzas de Ucrania en Donbás, Zelensky respondió: “Por supuesto que necesitamos más”.
“Nunca habrá suficiente. Suficiente no es posible”, dijo Zelensky, al explicar los desafíos que se avecinan en la región oriental de su país. “Hay una guerra a gran escala en curso hoy, por lo que todavía necesitamos mucho más de lo que tenemos hoy… No tenemos ventajas técnicas sobre nuestro enemigo. Simplemente no estamos en el mismo nivel allí”.
“De los US$ 800 millones confirmados de Biden en apoyo, lo más importante es la velocidad”, agregó.
Pero incluso cuando la última ayuda ha comenzado a llegar a la región, Barbara Starr de CNN informó este fin de semana que existe una creciente preocupación sobre la rapidez con la que Ucrania podría agotar sus reservas de municiones en esta próxima batalla.
Aunque Estados Unidos anunció que enviaría 18 cañones Howitzer de 155 mm y 40.000 proyectiles de artillería como parte de su último paquete de ayuda, Starr informó que un funcionario estadounidense advirtió que la ayuda podría agotarse en cuestión de días a medida que se intensifican los intensos combates en el Donbás.
Dadas esas presiones, los funcionarios estadounidenses deben ser más claros al definir sus objetivos y si Estados Unidos está comprometido a hacer lo que sea necesario para ayudar a Ucrania a ganar, dijo el domingo el teniente general retirado Ben Hodges, excomandante general del ejército de Estados Unidos en Europa en una entrevista en “Face the Nation with Margaret Brennan” de CBS. Si bien la última ronda de ayuda estadounidense fue “sustancial”, dijo que no fue suficiente.
“Lo que los ucranianos necesitan desesperadamente son fuegos de largo alcance, cohetes, artillería, drones que puedan interrumpir o destruir los sistemas que están causando tanto daño en las ciudades ucranianas, y que también desempeñarán un papel fundamental en esta próxima fase, cuando empiece”, dijo Hodges. “Realmente me gustaría escuchar al gobierno hablar sobre ganar y tener un sentido de urgencia para llevar estas cosas allí. De lo contrario, esta ventana de oportunidad que tenemos las próximas dos semanas, para realmente interrumpir el intento de Rusia de construirse va a pasar”.
Una “línea roja” en Mariúpol
Una pieza fundamental de la campaña actual de Rusia es capturar la ciudad portuaria de Mariúpol en un esfuerzo por crear el puente terrestre deseado por Putin desde el este de Ucrania hasta la península de Crimea. El Ministerio de Defensa de Rusia exigió que los soldados ucranianos en Mariúpol se rindieran antes de la 1 p.m. hora local del domingo, pero luego dijo en un comunicado que el ultimátum fue ignorado.
En su declaración, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que había rodeado a los soldados ucranianos que quedaban ya otros que resistían en la planta siderúrgica de Azovstal. “En caso de más resistencia, todos serán eliminados”, dice el comunicado.
Un asesor del alcalde de Mariúpol dijo este domingo que las fuerzas rusas anunciaron que la ciudad estará cerrada para entrar y salir este lunes y que habían comenzado a emitir pases que serían necesarios para moverse dentro de la ciudad misma.
Tanto Zelensky como el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, enmarcaron el destino de Mariúpol como otro punto de inflexión crítico en la guerra, en parte porque aún se desconoce el costo humano del implacable bombardeo de Rusia sobre esa ciudad.
Zelensky ha advertido previamente que la eliminación de las fuerzas militares en Mariúpol podría detener cualquier negociación de paz con Rusia. Este domingo, Kuleba, el canciller ucraniano, señaló que era difícil para su país continuar las conversaciones con Rusia después de las atrocidades en Bucha. La determinación de Rusia de arrasar Mariúpol “a toda costa” podría convertirse en “una línea roja”, dijo durante una entrevista en “Face the Nation with Margaret Brennan” de CBS.
En una admisión escalofriante, Zelensky le dijo a Tapper que nadie sabe todavía cuántas personas han muerto en Mariúpol. “Si alguien te da una cifra, sería una mentira total”, dijo Zelensky. Agregó que “varios miles, decenas de miles” se vieron obligados a evacuar la ciudad en dirección a Rusia, sin dejar rastro documental, y que el gobierno ucraniano no sabe dónde están.
“Alrededor de 5.000 niños deportados de esta región al lado de Rusia porque no les permitieron ir al lado de Ucrania”, dijo Zelensky en la entrevista. “(Esos) niños. ¿Dónde están? Nadie lo sabe”.
Si bien dijo que todavía estaba preparado para entablar conversaciones diplomáticas con Rusia si surge esa oportunidad, se ha vuelto más difícil hacerlo ya que ha visto el asombroso número de víctimas de la agresión de Putin en su país. “¿Cuál es el precio de todo esto? Son las personas. Las muchas personas que han sido asesinadas”, dijo Zelensky. “¿Y quién termina pagando por todo esto? Es Ucrania. Solo nosotros”.
La mentalidad endurecida de Putin y el riesgo de que se siga enviando ayuda a Ucrania
Uno de los mayores desafíos para la administración de Biden y sus aliados hasta el momento ha sido determinar dónde se encuentra la “línea roja” de Putin y cuánto pueden seguir ayudando a Ucrania sin provocar que el presidente ruso amplíe la guerra, colocando potencialmente a las tropas de la OTAN en peligro.
Mientras Estados Unidos se preparaba para enviar el paquete de ayuda a Ucrania de 800 millones de dólares la semana pasada, Rusia advirtió en una nota diplomática al Departamento de Estado que habría “consecuencias impredecibles” si Estados Unidos y sus aliados continúan enviando el armamento más pesado que Ucrania busca.
Los expertos militares interpretaron la gestión como una señal de que Rusia podría contemplar la posibilidad de atacar no solo las armas mismas cuando lleguen a suelo ucraniano, sino también los convoyes de suministro de la OTAN que transportan las armas a las fronteras de Ucrania.
Mientras los líderes mundiales intentan descifrar lo que Putin está pensando, y hasta dónde podría llegar al tratar de castigar a las naciones que ayudan a Ucrania, el canciller de Austria Karl Nehammer, quien se reunió cara a cara con Putin la semana pasada, dijo que era claro que Putin cree que está ganando la guerra y está operando “en su propia lógica de guerra”.
“(Putin) Piensa que la guerra es necesaria para las garantías de seguridad de la Federación Rusa. No confía en la comunidad internacional. Culpa a los ucranianos por el genocidio en la región de Donbás”, dijo Nehammer en “Meet the Press” de NBC este domingo, refiriéndose a la propaganda ficticia que Putin ha lanzado para justificar sus actos de agresión contra Ucrania. “Ahora está en su mundo, pero creo que sabe lo que está pasando ahora en Ucrania”.
Dados los inmensos desafíos de enfrentarse a un líder con esa mentalidad retorcida y rígida, Zelensky está tratando de persuadir a los líderes mundiales para que se involucren más en la siguiente fase al advertirles que deberían estar preocupados por las posibles consecuencias de los próximos pasos de Putin, incluyendo que podría usar un arma nuclear táctica porque ha mostrado muy poco respeto por las vidas humanas durante su invasión de Ucrania.
Zelensky también lanzó un desafío a los aliados de Ucrania cuando Tapper le preguntó si la promesa que los líderes mundiales hacen cada año en el Día de Conmemoración del Holocausto, en el estribillo “Nunca más”, ahora suena hueca dado que sus esfuerzos hasta ahora no han logrado detener las atrocidades que Rusia ha infligido a lo largo de su invasión no provocada.
“No creo nada”, dijo claramente Zelensky cuando se le preguntó sobre ese estribillo. “Nunca más. ¿De verdad? Todo el mundo habla de esto y, sin embargo, como puedes ver, no todo el mundo tiene las agallas”.