Washington (CNN) – Mientras la invasión de Rusia a Ucrania se ha transformado en una dura guerra de desgaste, sin un acuerdo de paz a la vista, Estados Unidos y sus aliados están buscando un nuevo objetivo de largo plazo: derrotar a Rusia de una manera tan contundente que disuada a Moscú de lanzar otro ataque similar en el futuro.
Ese mensaje se transmitió con mayor claridad este lunes, cuando el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, les dijo a periodistas –después de una visita a la capital de Ucrania, Kyiv– que su país quiere “ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania”.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional dijo que los comentarios de Austin coincidían con los objetivos de Estados Unidos, que son “hacer de esta invasión un fracaso estratégico para Rusia”.
“Queremos que Ucrania gane”, agregó el portavoz. “Uno de nuestros objetivos ha sido limitar la capacidad de Rusia para volver a hacer algo como esto, como dijo el secretario Austin. Por eso estamos armando a los ucranianos con armas y equipo para que puedan defenderse de los ataques rusos, y por eso estamos usando sanciones y controles a las exportaciones que están directamente dirigidos a la industria de defensa de Rusia. Buscamos socavar el poder económico y militar de Rusia por amenazar y atacar a sus vecinos”.
Funcionarios estadounidenses que viajaban con Austin dijeron que este es un mensaje que el secretario de Defensa planeaba reiterar, según un alto funcionario del Gobierno Biden. Que Rusia salga del conflicto más débil que antes es una idea a la que han hecho referencia otros funcionarios de la administración. Funcionarios estadounidenses, sin embargo, se habían mostrado previamente reacios a afirmar tan claramente que el objetivo de EE.UU. es ver a Rusia fracasar y neutralizarse militarmente a largo plazo, permaneciendo cautelosamente optimistas de que se podría llegar a algún tipo de acuerdo negociado.
Un funcionario de Europa del Este le dijo a CNN que esa mentalidad era increíblemente frustrante. “La única solución a esto es que Ucrania gane”, dijo.
El cambio de estrategia se ha producido en las últimas semanas, evidenciado por una creciente tolerancia al aumento del riesgo con el envío de armamento occidental más complejo, y es un reflejo de la creencia de que los objetivos de Putin en Ucrania no terminarían si logra apoderarse de parte de Ucrania, así como no lo hizo después de la anexión de Crimea en 2014, dijo un diplomático británico.
“Incluso si se les ocurre alguna solución en la que [Putin] obtenga un poco del Donbás y todo quede inactivo, la lógica dictaría que hay más camino por recorrer en esto. Por lo tanto, lo que se puede sacar del campo de batalla en esta oportunidad es no solo una victoria a corto plazo, también es una estrategia a más largo plazo”.
Debilitar a Rusia es un objetivo alcanzable para Occidente
Hay una creciente comprensión entre los funcionarios estadounidenses y occidentales —especialmente después de la masacre de civiles por parte de los rusos en la ciudad ucraniana de Bucha— de que es necesario que Rusia salga lastimada tanto económicamente como en el campo de batalla como para que su agresión se detenga para siempre, dijeron funcionarios estadounidenses y occidentales a CNN.
“Ya ha perdido mucha capacidad militar”, dijo Austin. “Y mucho miembros de sus tropas, francamente. Y queremos que no puedan reproducir esa capacidad muy rápidamente”.
Funcionarios de la administración Biden son optimistas de que ese es un objetivo alcanzable, dijeron fuentes a CNN. Funcionarios de la administración y fuentes del Congreso dijeron que creen que el continuo apoyo militar a Ucrania podría resultar en golpes significativos para Rusia que afectarán sus capacidades militares a largo plazo, beneficiando estratégicamente a EE.UU.
Estados Unidos ya ha comenzado a enviar equipos más pesados y sofisticados a Ucrania que se había abstenido de proporcionar en el pasado, incluidos 72 obuses y drones tácticos Phoenix Ghost.
“La forma en que estamos viendo esto es que está haciendo una inversión para neutralizar al Ejército y la Marina rusos durante la próxima década”, dijo una fuente del Congreso familiarizada con la asistencia militar en curso a Ucrania.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, les dijo a los periodistas este lunes que, si bien “obviamente en este momento la guerra está en Ucrania”, Estados Unidos y sus aliados “también buscan evitar que [Rusia] amplíe sus esfuerzos y los objetivos del presidente Putin más allá de eso”.
Un delicado “acto de equilibrio”
Los funcionarios señalaron, sin embargo, que Estados Unidos y sus aliados están hilando finamente cuando se trata de penalizar a Rusia, tanto por el daño colateral que las duras sanciones podrían tener en la economía global como por el riesgo de que Putin pueda arremeter contra el país si lo arrinconan demasiado.
Una fuente familiarizada con las evaluaciones de inteligencia de Estados Unidos sobre Rusia dijo que “ciertamente hay un acto de equilibrio que debe tenerse en cuenta” al castigar al país, “ya sea en el espacio de sanciones o en el espacio de apoyo militar y de inteligencia”.
La fuente agregó que, si bien Estados Unidos aún evalúa que las líneas rojas de Putin para el uso de armas nucleares no han cambiado, “una de esas líneas rojas es la estabilidad del régimen”, dijeron, lo que significa que Putin podría arremeter si siente que su gobierno está seriamente amenazado.
Un funcionario de Estados Unidos dijo por separado que cree que los comentarios de Austin no fueron útiles por esa razón, y porque podrían jugar con la línea de propaganda rusa de que el apoyo de la OTAN y Estados Unidos a Ucrania es un juego de poder.
El objetivo no es decirles a los rusos que “pase lo que pase, Estados Unidos y la OTAN los van a debilitar”, dijo este funcionario, sino que Occidente intentará castigar a Rusia mientras esté en guerra con Ucrania.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo que las sanciones que Estados Unidos y sus aliados han implementado contra Rusia son “todas en respuesta a la guerra de agresión de Putin en Ucrania. Están destinadas a evitar que Putin compre más municiones, armas, misiles, para detenerlo” y que deje de financiar su máquina de guerra, para detener la matanza. También tienen la intención de castigar a aquellos que apoyan activamente la guerra brutal y no provocada de Putin. No se trata de dañar al pueblo ruso”.
Todavía no está claro qué haría Estados Unidos con respecto a las sanciones si Rusia llegara a un acuerdo de paz significativo con Ucrania y retirara sus fuerzas. Varias fuentes le dijeron a CNN que en ese escenario, Estados Unidos probablemente consideraría levantar algunas sanciones, en una muestra de buena fe, mientras mantiene otras. Estados Unidos y sus aliados, incluido el Reino Unido, también han estado sopesando la viabilidad de un mecanismo de “retroceso” que les permitiría volver a imponer rápidamente las sanciones en caso de que Moscú viole los acuerdos alcanzados con Kyiv, dijeron las fuentes.
Pero con el conflicto aún en curso y las perspectivas de un acuerdo de paz que parecen cada vez más sombrías, esas opciones están muy lejos de ser implementadas, dijeron los funcionarios. El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en marzo que el cambio de comportamiento de Rusia debe ser “irreversible” antes de que Estados Unidos considere levantar las sanciones.
“Querrán asegurarse de que cualquier cosa que se haga sea, de hecho, irreversible, que esto no pueda volver a suceder, que Rusia no retome en un año o dos años o tres años y haga exactamente lo que está haciendo, dijo Blinken en una entrevista con NPR.
Las preocupaciones cambiantes sobre la escalada de la guerra
El desempeño deficiente de Rusia y las pérdidas significativas en el campo de batalla han contribuido significativamente a la postura cada vez más envalentonada de Estados Unidos, dijeron funcionarios.
Mientras que a Washington le preocupaba que el envío de artillería pesada pudiera verse como una provocación, Biden ha anunciado miles de millones de dólares en envíos de tanques, misiles y municiones durante el mes pasado, lo que indica que algunas preocupaciones iniciales sobre la escalada del conflicto han disminuido.
Estados Unidos también se está preparando para entrenar a las fuerzas armadas de Ucrania en sistemas de armas más avanzados y compatibles con la OTAN, dijo Austin a periodistas este lunes, una medida que permitirá a Estados Unidos y sus aliados proporcionar armas más poderosas a Ucrania más rápido, ya que esos sistemas están más disponibles que el equipo de la era soviética que Occidente ha tenido que buscar hasta la fecha.
“Hay una serie de cambios que ocurren simultáneamente”, dijo el diplomático británico. “Uno está en mirar las capacidades futuras y eso está relacionado con la artillería y armamento más moderno. Dos, eliminemos lo que hay en el campo de batalla”.
El mismo Biden ha ido aumentando constantemente la retórica al describir a Putin, pasando de llamarlo criminal de guerra a decir que no puede permanecer en el poder y acusarlo de cometer genocidio, a pesar de las preocupaciones entre algunos de sus asesores de que el lenguaje podría hacer que Putin arremeta.
Pero el presidente ha minimizado esas preocupaciones en privado, según personas familiarizadas con las conversaciones, diciendo que articular lo que es claramente evidente es más importante que arriesgarse a una posible escalada. Y ha subrayado que las capacidades militares de Rusia no parecen tan sólidas como creía Estados Unidos.
El embajador Nathan Sales, quien hasta 2021 se desempeñó como subsecretario interino de Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos en el Departamento de Estado, dijo que el “resultado final” es que “una Rusia más débil significa un mundo más estable” y que Estados Unidos debe prepararse para su política de Rusia
“Mientras Putin esté al mando, Rusia será un actor maligno”, dijo. “Entonces no podemos esperar que Rusia sea un actor constructivo y responsable en Europa o en el sistema internacional más amplio”.
Sales agregó que, por lo tanto, Estados Unidos debería prepararse para “un período prolongado” de su política hacia Rusia con el objetivo de limitar su capacidad “para causar daños predeterminados en todo el mundo”.