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(CNN) – Cuando Hajar Benjida comenzó a fotografiar a bailarinas exóticas del área de Atlanta, no quería obtener las típicas imágenes de ellas sobre el escenario. En cambio, retrató a muchas de ellas en sus casas, como a Cleo, quien recientemente había dado a luz a un niño llamado Andy.

Una de las imágenes más llamativas de Benjida está compuesta como una versión moderna de la “Virgen con Niño” (o “Madonna”), en la que la entonces madre primeriza acuna a su hijo en su regazo, mientras mira a la cámara. Su top de malla, una prenda vintage del diseñador Jean Paul Gaultier que tiene la imagen la Mona Lisa, se levanta lo suficiente para que Andy pueda ser amamantado.

“A veces a las personas se les olvida que tienen familia fuera del club”, dijo Benjida durante una conversación con CNN por videollamada. “Solo quieren embellecer esa vida, o a la actuación que vieron en el escenario”.

El retrato, que forma parte de la serie de Benjida titulada “Atlanta Made Us Famous” (“Atlanta nos hizo famosas”, en español), celebra a las figuras menos reconocidas de la famosa escena hip-hop de la ciudad, que ha sido la una plataforma de lanzamiento para artistas desde T.I. y Ludacris hasta Young Thug y Playboi Carti. A través de la serie, la fotógrafa holandesa, que en ese momento trabajaba en Atlanta, centró su atención en quienes creía que eran los verdaderos artífices de la industria musical: las bailarinas exóticas de clubes legendarios como Magic City.

Cleo y Andy en su casa.

“Ellas desempeñan un papel muy importante en los éxitos actuales que escuchamos”, dice Benjida. “(Las canciones) se ponen a prueba en los clubes. Cuando estas mujeres bailan al son de las melodías…, el público se deja llevar”, añadió.

Las bailarinas exóticas ––consideradas las “celebridades” de Atlanta, según el documental de 2015 de Lauren Greenfield sobre Magic City–– tienen el poder de hacer que un tema sea exitoso o que fracase con las canciones que piden y su entusiasmo por la música nueva. Los temas inéditos y sin mezclar llegan directamente del estudio al club y, si les va bien, pueden ser impulsados directamente a las emisoras de radio y, en última instancia, a las listas de éxitos musicales.

“Los DJ y las bailarinas se parecen más a los de A&R”, dice Diamond, una bailarina que aparece en el documental de Greenfield, refiriéndose a los buscadores de talentos de las disqueras. “Sabemos lo que nos gusta bailar y reconocemos un éxito cuando lo oímos”, sentenció

Un solo enfoque

Benjida retrató a las mujeres tras bambalinas o en sus casas con una sensibilidad íntima y suave. En lugar de apostar por el atractivo sexual crudo o por sus actuaciones, las bailarinas suelen aparecer relajadas pero seguras de sí mismas, mirando directamente al espectador. Una mujer sostiene a sus gemelos en el regazo, mientras que otra está recostada con la mano apoyada sobre su vientre de embarazada.

Cleo vive en Stone Mountain, un suburbio a las afueras de la ciudad, y en 2019 se desplazaba para trabajar en diferentes clubes durante la semana. Benjida pasó el día con ella en su casa, y aunque posó para muchas imágenes, el momento en que tomó el encuadre más impactante fue una casualidad.

“A mitad de la sesión, ella estaba amamantando a su hijo y le pedí una foto”, cuenta Benjida. “Ni siquiera vi la foto de inmediato… así que realmente tuve que confiar en esa única toma”.

Cleo y Andy en su casa un año después. Crédito: Hajar Benjida

Pero al ver la fuerza de los detalles ––los peinados similares de Cleo y la enigmática protagonista del famoso retrato de Leonardo, así como la composición de tipo renacentista–– supo el poder de ese único encuadre.

Un año después, volvió a Stone Mountain para fotografiar a Cleo y Andy, esta vez fuera de su casa. Como muchas de las imágenes de “Atlanta Made Us Famous”, el retrato irradia una sensación de confianza, poniendo en primer plano a las mujeres que son la columna vertebral de la escena hip-hop de Atlanta. Cleo sostiene a Andy sobre su cadera, con su pelo naranja a juego con el auto deportivo McLaren de juguete que está a su lado. Pero aquí, si te fijas bien, hay otro sutil recordatorio de su maternidad: dos autos de juguete color naranja a juego metidos dentro de las plataformas de sus tacones.