(CNN) – Los tanques de Rusia con la parte superior volada son solo la más reciente señal de que la invasión rusa de Ucrania no va de acuerdo al plan.

Se cree que cientos de tanques rusos han sido destruidos desde que Moscú lanzó su ofensiva, y el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, estimó el lunes que había perdido hasta 580.

Pero los problemas de Moscú van más allá de la gran cantidad de tanques que ha perdido. Los expertos dicen que las imágenes del campo de batalla muestran que los tanques rusos sufren un defecto que los militares occidentales conocen desde hace décadas y al que se refieren como el efecto “jack-in-the-box”. Moscú, dicen, debió haber visto venir el problema.

La falla se relaciona con cómo se almacenan las municiones de los tanques. A diferencia de los tanques occidentales modernos, los rusos llevan múltiples proyectiles dentro de sus torretas. Esto los hace muy vulnerables, ya que incluso un golpe indirecto puede iniciar una reacción en cadena que explota toda su reserva de municiones de hasta 40 proyectiles.

La onda de choque resultante puede ser suficiente para hacer estallar la torreta del tanque tan alto como un edificio de dos pisos, como se puede ver en un video que fue publicado recientemente en las redes sociales.

Un hombre inspecciona un tanque destruido del ejército ruso a unos 40 kilómetros al oeste de Kyiv, la capital de Ucrania.

“Lo que observamos con los tanques rusos es una falla de diseño”, dijo Sam Bendett, asesor del Programa de Estudios Rusos del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense.

“Cualquier golpe exitoso … enciende rápidamente la munición causando una gran explosión, y la torreta literalmente vuela”.

La falla significa que la tripulación del tanque, generalmente dos hombres en la torreta y un tercero al volante, son blancos fáciles, indicó Nicholas Drummond, analista de la industria de defensa especializado en guerra terrestre y exagente del ejército británico.

“Si no sales en el primer segundo, estás frito”.

El efecto “jack-in-the-box”

Drummond dijo que las municiones explosivas están causando problemas en casi todos los vehículos blindados que Rusia usa en Ucrania. Dio el ejemplo del vehículo de combate de infantería BMD-4, típicamente tripulado por hasta tres personas y capaz de transportar a otros cinco soldados. Dijo que el BMD-4 era un “ataúd móvil” que “simplemente fue destruido” cuando lo impactó un cohete.

Pero la falla en el diseño de sus tanques debería ser particularmente mortificante para Moscú, ya que los problemas se han documentado ampliamente.

Llamaron la atención de los militares occidentales durante las guerras del Golfo contra Iraq en 1991 y 2003, cuando un gran número de tanques T-72 de fabricación rusa del ejército iraquí sufrieron el mismo destino: las torretas fueron voladas de sus cuerpos en ataques con misiles antitanque.

Drummond dijo que Rusia no había aprendido las lecciones de Iraq y que, en consecuencia, muchos de sus tanques en Ucrania presentaban fallas de diseño similares con sus sistemas de misiles de carga automática.

Cuando la serie T-90, sucesora del T-72, entró en servicio en 1992, se mejoró su blindaje, pero su sistema de carga de misiles permaneció similar al de su predecesor, dejándolo igual de vulnerable, dijo Drummond. El T-80, otro tanque ruso que entró en acción en la invasión de Ucrania, tiene un sistema de carga de misiles similar.

Un tanque ruso destruido se encuentra en el pueblo de Dmytrivka, Ucrania.

Hay algunos beneficios para un sistema de este tipo. Bendett, del Center for a New American Security, señaló que Rusia había elegido este sistema para ahorrar espacio y dar a los tanques un perfil más bajo, haciéndolos más difíciles de golpear en la batalla.

Sin embargo, los ejércitos occidentales se vieron impulsados ​​a actuar por el destino del T-72 en Iraq.

“(Los militares occidentales) aprendieron de la Guerra del Golfo y de ver tanques destruidos durante ese tiempo, que hay que compartimentar las municiones”, dijo Drummond.

Señaló a los vehículos de combate de infantería Stryker del ejército estadounidense que fueron desarrollados después de la primera guerra en Iraq.

“Eso tiene una torreta que se asienta en la parte superior, y esa torreta no ingresa al compartimiento de la tripulación. Simplemente se asienta en la parte superior y todas las municiones están dentro de esa torreta”, dijo. “Entonces, si la torreta es golpeada y volada, la tripulación aún está a salvo debajo. Ese es un diseño muy inteligente”.

Otros tanques occidentales, como el M1 Abrams que usa EE.UU. y algunos ejércitos aliados, son más grandes y no tienen carrusel. En el Abrams, un cuarto miembro de la tripulación en el tanque recupera proyectiles de un compartimento sellado y los transfiere al arma para disparar.

Los militares ucranianos miran un tanque ruso destruido en una carretera en el pueblo de Rusaniv, en la región de Kyiv, el 16 de abril.

El compartimento tiene una puerta que el miembro de la tripulación abre y cierra entre cada disparo del tanque, lo que significa que si se golpea el tanque, es probable que solo quede expuesto un proyectil en la torreta.

“Un golpe certero puede dañar el tanque, pero no necesariamente matar a la tripulación”, dijo Bendett.

Y Drummond dijo que los proyectiles usados por los militares occidentales a veces se queman bajo el alto calor generado por un misil entrante, pero no explotan.

Difícil de reemplazar

No hay forma fácil de saber cuántos tanques rusos han sido destruidos en Ucrania. El sitio web de monitoreo de inteligencia de código abierto Oryx dijo el 28 de abril que al menos 300 tanques rusos habían sido destruidos, y otros 279 dañados, abandonados o capturados.

Sin embargo, el sitio solo cuenta instancias en las que se tiene evidencia visual, por lo que las pérdidas rusas podrían ser mucho mayores.

Un tanque ruso yace destruido, su torreta volada, después de una batalla cerca de Járkiv, Ucrania.

Y estas pérdidas no son solo de equipo. Cuando Wallace, el secretario de defensa británico, dio su estimación de 580 tanques perdidos a la Cámara de los Comunes, también dijo que más de 15.000 militares rusos han muerto durante la invasión.

Es difícil saber cuántos de ellos son tripulantes de tanques, pero lo que no está en duda es que las tripulaciones no son fáciles de reemplazar.

Entrenar a la tripulación de un tanque podría llevar hasta 12 meses, dijo Aleski Roinila, extripulante de un tanque en las Fuerzas de Defensa de Finlandia, “y eso se considera rápido”.

Y que Rusia reemplace a cientos de tripulantes en este punto de la guerra sería una tarea difícil, especialmente cuando los tanques que se espera que usen son tan defectuosos.