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¿Cansado de las reuniones por Zoom? Esta aplicación promete ayudar
02:04 - Fuente: CNN

(CNN) – La colaboración estuvo detrás de algunos de los mayores logros de la humanidad: los grandes éxitos de los Beatles, poner a un hombre en la luna, el teléfono inteligente.

¿Zoom y otras formas de interacción de video perjudican el proceso creativo que condujo a tales hazañas? Sí, lo asegura una investigación publicada este miércoles que descubrió que es más fácil generar ideas creativas presencialmente.

Es una respuesta que muchos empleadores han estado buscando durante los últimos dos años, ya que trabajar desde casa se ha convertido en la norma durante la pandemia de covid-19. La Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos dijo el año pasado que el 20% de los días laborales serán desde casa cuando termine la pandemia, en comparación con solo el 5% antes.

“Comenzamos el proyecto (en 2016) porque escuchamos de los gerentes y ejecutivos que la innovación era uno de los mayores desafíos con la interacción de video. Y lo admito, inicialmente era escéptica”, dijo Melanie Brucks, profesora asistente de marketing de negocios en Columbia Business School y autora del estudio que publicó en la revista científica Nature.

Brucks dijo que antes creía que la interacción virtual imita “bastante bien” una experiencia presencial y asumió que los detractores de las videoconferencias eran simples retrógrados. Pasó cuatro años explorando si realmente tenía algún impacto en la capacidad de las personas para generar ideas innovadoras.

Generando ideas

Reclutó a 602 personas, incluidos estudiantes universitarios y personal, y los dividió en parejas para trabajar en tareas, ya sea en persona o virtualmente. Las tareas consistían en encontrar nuevos usos para objetos cotidianos, como plástico de burbujas y un Frisbee, y en cada habitación estaban los mismos cinco elementos.

“Cuando innovamos, tenemos que apartarnos de las soluciones existentes y proponer nuevas ideas ampliando la elaboración de nuestro conocimiento. Proponer formas alternativas de usar objetos conocidos requiere el mismo proceso psicológico”, explicó.

El desempeño de cada par estuvo determinado por la cantidad de ideas que se les ocurrieron, la novedad y el valor de sus ideas según la clasificación de los jueces estudiantiles. (Por ejemplo: un uso creativo para un Frisbee: tirar una fruta del árbol, entregar un mensaje. Menos creativo: un plato de picnic o un sombrero).

Los investigadores también utilizaron un software de seguimiento ocular, que descubrió que los participantes virtuales pasaban más tiempo mirando directamente a su pareja, en lugar de mirar alrededor de la habitación. Además, dijo que las parejas que estaban en videoconferencias recordaban menos su entorno, que era idéntico a los que se reunían en persona.

“Este enfoque visual en la pantalla reduce la cognición. En otras palabras, las personas están más enfocadas cuando interactúan en video, lo que perjudica un más amplio y expansivo proceso de generación de ideas”, dijo Brucks.

Jay Olson, un becario postdoctoral de la Universidad McGill en Canadá que estudia formas de medir la creatividad, dijo que las personas a menudo miran a su entorno para hacer que se les ocurran nuevas ideas.
“Los objetos en la habitación pueden provocar nuevas asociaciones más fácilmente que tratar de generarlas todas internamente”, dijo Olson, quien no participó en la investigación. “Los autores encontraron que interactuar por una pantalla de computadora podría estar involuntariamente cambiando la atención de un modo que reduce la generación de estas ideas novedosas”.

Hallazgos en el mundo real

Los hallazgos se replicaron en un experimento similar pero más grande fuera del laboratorio. Unos 1.490 ingenieros que trabajaban en cinco países diferentes (en Europa, Oriente Medio y el sur de Asia) para una empresa de infraestructura de telecomunicaciones se escogieron en pares al azar, ya sea cara a cara o mediante videollamada. Se les pidió que crearan ideas de productos y eligieran una para presentarla a la empresa.

Bruck dijo que los hallazgos fueron parecidos, a pesar de que el ejercicio fue más complejo que la prueba de laboratorio, los ingenieros se conocían de antemano y eran usuarios habituales de software de videoconferencia.

“El estudio de campo muestra que los efectos negativos de las videoconferencias en la generación de ideas no se limitan a tareas simples sino que también pueden manifestarse en sesiones de intercambio de ideas más complicadas y de alta tecnología”, dijo.

“El hecho de que repliquemos el efecto negativo de las videoconferencias en la generación de ideas en el entorno de campo sugiere que el efecto negativo de las videoconferencias probablemente no disminuirá a medida que las personas se familiaricen más con herramientas como Zoom o adquieran más experiencia ideando y trabajando con sus equipos”.

Pero hubo algunas observaciones importantes. Según el estudio, las videoconferencias no obstaculizaron todo el trabajo colaborativo. Si bien la generación de ideas fue más fácil en persona, no marcó una diferencia en la capacidad de evaluar críticamente las ideas creativas, como escoger la mejor idea de un conjunto, dijo Bruck.

La creatividad y el zoom no son incompatibles

Ellen Langer, profesora de psicología en la Universidad de Harvard y autora de “On Becoming an Artist: Reinventing Yourself Through Mindful Creativity” dijo que la nueva investigación es un importante primer paso. Sin embargo, sería un error concluir que creatividad y videoconferencias son incompatibles.

Si somos o no creativos mientras usamos Zoom puede depender en primer lugar de qué tan creativos somos o de la tarea en cuestión, dijo Langer, quien no participó en la investigación. Generar usos para un Frisbee y generar formas novedosas de lidiar con el conflicto no son lo mismo: una tarea puede realizarse mejor estando solo, ajeno a cualquier tipo de reunión.

“Quizás muchos de nosotros hacemos amigos más rápido en persona que por Zoom, y la creatividad brota cuando estamos relajados. Pero cuando hacemos Zoom desde casa, las personas probablemente estén más relajadas que en un experimento”, agregó.

Olson y Langer sugirieron que existe una solución práctica al enigma que podría probarse en investigaciones futuras: si se les pide a las personas que pasen más tiempo mirando por la sala durante sus sesiones virtuales, ¿generarían tantas ideas como lo hacen durante las sesiones sesiones presenciales?

Olson dijo que los gerentes no deben apresurarse a hacer volver a la gente a la oficina o agregar más reuniones cara a cara como resultado de esta investigación, aunque podría ser acertado realizar las sesiones de lluvia de ideas en persona.

“Aunque los efectos parecen ser sólidos, este es un estudio único y los efectos son un tanto pequeños, lo que equivale a una diferencia en una o dos ideas entre los grupos. El impacto que esto tenga dependerá de la empresa: podría variar desde un diferencia trivial a un efecto compuesto masivo”, dijo Olson.

“No me gustaría ver a una empresa duplicar sus reuniones en persona con la esperanza de mejorar su capacidad de innovación, si esto también significa duplicar los tiempos de viaje, y tendría como resultado empleados menos felices y tal vez menos creativos”.