(CNN) –– La economía de EE.UU. se desaceleró en el primer trimestre de 2022, según revelaron datos de la Oficina de Análisis Económico este jueves.
El producto interno bruto del país (PIB) ––la medida más amplia de actividad económica–– se contrajo a una tasa anualizada del 1,4% entre enero y marzo, en una reversión abrupta del fuerte crecimiento que registró el año anterior.
Aunque un solo trimestre no marca una tendencia, sí representa una señal de advertencia sobre cómo va la recuperación: dos trimestres consecutivos de crecimiento a la baja cumplen la definición de recesión que comúnmente se utiliza.
Los resultados de este trimestre contrastan con del ritmo de crecimiento del 6,9% que se registró en el último trimestre del año pasado. Además, este es el peor desempeño desde la recesión de la pandemia en el segundo trimestre de 2020. Los economistas había pronosticado una tasa de crecimiento anualizada del 1,1%, según Refinitiv.
A pesar de la contracción, el presidente Joe Biden señaló que la economía estadounidense es “resistente frente a desafíos históricos”, en un comunicado que emitió en la mañana de este jueves.
“Si bien a la estimación de crecimiento del último trimestre la afectaron varios factores técnicos, Estados Unidos enfrenta los desafíos del covid-19 en todo el mundo, la invasión no provocada de Ucrania por parte de Putin y la inflación global desde una posición de fortaleza”, se leía en el pronunciamiento.
¿Qué impulsó la contracción de la economía de EE.UU.?
Gran parte de la contracción se debió a una caída en la inversión en inventario, que había estado en auge en los últimos meses de 2021.
Eso significa que la caída del PIB debe tomarse con cautela, advirtió Ryan Sweet, director principal de investigación económica de Moody’s Analytics, este miércoles antes, de que se publicaran los datos.
Las exportaciones y el gasto público también disminuyeron, mientras que las importaciones aumentaron. El gasto del consumidor, es vital para la economía, aumentó a medida que los precios continuaron subiendo.
Los estadounidenses gastaron más en servicios, con la atención médica al tope de la lista. Eso compensó una pequeña disminución en el gasto en bienes, que se contrajo debido a un menor consumo de gasolina.
Los precios del combustible se dispararon en respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania, que sacudió los mercados energéticos de todo el mundo.
El índice de precios que monitorea el gasto de consumo personal aumentó un 7% en los tres primeros meses del año, o un 5,2% si se excluyen los precios de la energía y los alimentos.
“Es desafortunado que esta tasa del PIB no cumpliera con las expectativas, pero no sorprende que la economía de EE UU. siga siendo muy volátil con la turbulencia geopolítica de la guerra en Ucrania, una crisis de la cadena de suministro global, una inflación creciente y la actual pandemia de covid-19”, explicó Steve Rick, economista en jefe de CUNA Mutual Group, en comentarios enviados por correo electrónico. “Todos estos factores han reducido las tasas de crecimiento del PIB en todo el mundo”.
Una segunda estimación del crecimiento del PIB del primer trimestre se publicará a finales de mayo.
Lo que esto significa para la Reserva Federal
La caída inesperada del PIB probablemente no cambió la perspectiva inmediata de la política monetaria de la Reserva Federal.
Se espera que el banco central, que está comenzando a cambiar de rumbo después de un período de políticas ultrarelajadas durante la pandemia, aumente las tasas de interés la próxima semana. Sería la segunda vez que las aumenta en el año. La gran mayoría de los participantes del mercado esperan un aumento de medio punto porcentual. Lo que estaría por encima del aumento de un cuarto de punto que se anunció en marzo. A principios de este mes, el presidente de la Reserva Federal, Jerom Powell, dijo que un mayor aumento de tasas estaba sobre la mesa para la reunión de mayo.
“La Fed continuará presionando los frenos de política con mayor determinación en los próximos meses, a medida que la inflación muestra una molesta persistencia”, dijo Greg Daco, economista jefe de EY-Parthenon.
Si bien los economistas todavía esperan que marzo haya marcado el pico de inflación pandémico, solo los datos económicos de abril, para los que aún faltan algunas semanas, pueden confirmarlo.
Este viernes, el Departamento de Comercio reportará el índice de precios de gastos de consumo personal de marzo.