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02:24 - Fuente: CNN

(CNN) – Oculta en las profundidades de la capa de hielo que cubre la Antártida, los científicos han descubierto una enorme cantidad de agua.

El sistema de agua subterránea se encuentra en sedimentos profundos en la Antártida occidental y es probable que tenga la consistencia de una esponja húmeda. El sistema revela una parte inexplorada de la región y puede tener implicaciones sobre cómo reacciona el continente helado a la crisis climática, según una nueva investigación.

“La gente ha planteado la hipótesis de que podría haber aguas subterráneas profundas en estos sedimentos, pero hasta ahora, nadie había realizado ninguna imagen detallada”, dijo la autora principal del estudio, Chloe Gustafson, investigadora postdoctoral de Oceanografía en la Institución Scripps de la Universidad de California en San Diego, en un comunicado.

La investigadora Chloe Gustafson, del Instituto de Oceanografía Scripps de UC San Diego, se prepara para instalar una estación magnetotelúrica para mapear debajo del hielo durante el trabajo de campo, en 2018, en la Antártida.

“La Antártida contiene 57 metros de potencial de aumento del nivel del mar, por lo que queremos asegurarnos de que estamos incorporando todos los procesos que controlan cómo el hielo fluye desde el continente hacia los océanos. Actualmente, el agua subterránea es un proceso que falta en nuestros modelos de flujo de hielo”, agregó en un correo electrónico.

Las investigaciones sobre el agua en la Antártida

La capa de hielo que cubre la Antártida no es un todo rígido. Investigadores en la Antártida han descubierto en los últimos años cientos de lagos y ríos líquidos interconectados acunados dentro del mismo hielo. Pero esta es la primera vez que se encuentra la presencia de grandes cantidades de agua líquida en sedimentos debajo del hielo.

Los autores de este estudio, que se publicó en la revista Science este jueves, se concentraron en la corriente de hielo Whillans, de 97 kilómetros de ancho, una de la media docena de corrientes que alimentan la plataforma de hielo de Ross, la barrera de hielo más grande del mundo, aproximadamente del tamaño del territorio canadiense de Yukon.

Gustafson y sus colegas pasaron seis semanas, en 2018, mapeando los sedimentos debajo del hielo. El equipo de investigación utilizó instrumentos geofísicos colocados directamente en la superficie para ejecutar una técnica llamada formación de imágenes magnetotelúricas.

El equipo de investigadores pasó seis semanas en la Antártida.

La técnica puede detectar los diferentes grados de energía electromagnética conducida por hielo, sedimentos, lecho rocoso de agua dulce y agua salada y crear un mapa a partir de estas diferentes fuentes de información.

“Tomamos imágenes desde el lecho de hielo hasta unos cinco kilómetros e incluso más profundidad”, dijo el coautor Kerry Key, profesor asociado de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la Universidad de Columbia, en una declaración separada.

Los investigadores calcularon que si pudieran exprimir el agua subterránea de los sedimentos en los 100 kilómetros cuadrados que mapearon en la superficie, formaría un lago que oscilaría entre 220 y 820 metros de profundidad.

“El Empire State Building hasta la antena tiene unos 420 metros de altura”, dijo en el comunicado Gustafson, quien realizó la investigación como estudiante de posgrado en el Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia.

“En el extremo poco profundo, el agua subiría hasta la mitad del Empire State Building. En el extremo más profundo, son casi dos Empire States apilados uno encima del otro. Esto es significativo porque los lagos subglaciales en esta área tienen entre 2 y 15 metros de profundidad. Eso es como uno a cuatro pisos del Empire State Building”.

¿Cómo llegaron allí?

El equipo verifica los datos de una estación magnetotelúrica que usaron para mapear debajo de la capa de hielo.

El mapeo reveló que el agua se volvió más salada con la profundidad, lo cual fue el resultado de cómo se formó el sistema de agua subterránea.

El agua del océano probablemente llegó al área durante un período cálido hace 5.000 a 7.000 años, saturando el sedimento con agua de mar salada. Cuando el hielo avanzó, el agua de deshielo fresca producida por la presión desde arriba y la fricción en la base del hielo fue forzada hacia los sedimentos superiores. Probablemente continúa filtrándose y mezclándose con el agua subterránea hoy, dijo Key.

Los investigadores dijeron que se necesita más trabajo para comprender las implicaciones del descubrimiento de agua subterránea, particularmente en relación con la crisis climática y el aumento del nivel del mar.

Era posible que el drenaje lento del agua del hielo al sedimento pudiera evitar que el agua se acumulara en la base del hielo, actuando como un freno para el avance del hielo hacia el mar.

Sin embargo, si el casquete de hielo superficial se adelgazara, la reducción de la presión podría permitir que esta agua profunda brotara. Este movimiento ascendente lubricaría la base del hielo y aceleraría su flujo.

“Este hallazgo destaca la hidrología del agua subterránea como una pieza potencialmente crítica para comprender el efecto del flujo de agua en la dinámica de la capa de hielo antártica”, escribió Winnie Chu, profesora asistente del Instituto de Tecnología de Georgia, en un comentario sobre la investigación que se publicó en la revista Science. Ella no participó en el estudio.