(CNN Español) – Esta tarde fueron sepultados los restos del ministro de Medio Ambiente de República Dominicana, Orlando Jorge Mera, quien fue asesinado a tiros el pasado lunes en su despacho. Según las autoridades, el ministro murió a manos de un amigo de su infancia, identificado como Fausto Miguel de Jesús Cruz de la Mota.
Al recordar que no guardan rencor al autor del fatídico hecho, la familia del funcionario se limitó a enaltecer y honrar su vida durante el funeral, dejando todo en manos de la justicia.
Por su parte, el Ministerio Público depositó este miércoles la solicitud de medidas de coerción contra el imputado, donde piden prisión preventiva; la audiencia fue pautada para este jueves a las 9:00 de la mañana, hora local.
De acuerdo con el expediente depositado por el Ministerio Público, fueron seis impactos de bala los que recibió el ministro, de los 13 que disparó el homicida cuando se encontraban a solas en su despacho.
Por negarse a otorgar permisos para importar más de cinco mil toneladas de baterías usadas a una empresa, ya que no cumplían con los requisitos legales, dieron muerte a Orlando Jorge Mera, según el expediente.
Al requisar el vehículo del homicida, el Ministerio Público encontró en su interior un arma de fuego tipo pist-amet, marca Mini Uzi, calibre 9 mm, con dos cargadores de 30 cápsulas cada uno para la misma.
Además, ocuparon un maletín que llevaba en su interior cuatro cargadores con capacidad para 30 cápsulas, conteniendo dos de los cargadores 30 cápsulas cada uno, otro cargador con 11 cápsulas 9 mm y un cuarto cargador vacío.
De su lado, la familia del victimario envió un comunicado a la prensa, en el que reconoce que fue una tragedia que enluta a ambas familias, ya que eran muy cercanos desde hace más de tres décadas.
De igual forma, reiteran que lamentan la situación y apelan al perdón que de antemano han expresado y que ya ha aceptado la familia del ministro. Por lo que pidieron a la ciudadanía que permitan a las autoridades continuar con el proceso de investigación de manera objetiva, sin especular las causas y motivos del lamentable suceso.