(CNN) — Un niño de 5 años acababa de terminar su primer día del jardín de niños cuando vio a su joven madre colapsar y respirar por última vez. Una niña de 13 años ha sufrido ataques de pánico desde la muerte de su padre. Un joven de 17 años debe afrontar la edad adulta sin su ídolo.
Más de 202.000 niños estadounidenses han perdido a uno o ambos padres por el covid-19, según estimaciones del Imperial College London. Y el número de niños privados de sus padres sigue creciendo.
Si bien la vida en Estados Unidos puede parecerse más a como era antes del covid-19, la enfermedad aún se cobra cientos de vidas todos los días, incluidos los padres jóvenes que probablemente nunca imaginaron dejar que sus hijos crecieran sin ellos.
Esto es lo que algunos niños y familias que han perdido a padres jóvenes a causa de la pandemia quieren que todos los demás sepan.
Una nueva madre soltera y 3 niños en duelo enfrentan un futuro incierto
Laila Domínguez nunca pensó que tendría que crecer tan rápido.
Cuando le dio covid-19 a sus padres el invierno pasado, la niña de 13 años ayudó a cuidar a sus dos hermanos menores y a su madre, que estaba gravemente enferma y tenía violentos escalofríos.
“Los escalofríos eran fuertes. Estaba temblando como si estuviera en la Antártida o algo así”, dijo la niña de Troy, Wisconsin.
Su madre, Amanda Nelson, sintió que la había atropellado un tren. “Era difícil incluso levantarse y moverse”, dijo la mujer de 42 años.
Pero “no pude ir al hospital porque era el único padre en casa”.
El padre de los niños, Benny Domínguez, ya estaba hospitalizado con covid-19 y en condiciones mucho peores.
El hombre de 43 años, a quien le encantaba andar en bicicleta con sus hijos y jugar con ellos en el parque, fue intubado y ya no podía respirar por sí mismo.
El 10 de enero, cuando la condición de Domínguez se volvió grave, Nelson enfrentó una decisión angustiosa: tratar de ver a su pareja de toda la vida por última vez o quedarse con sus hijos, de 13, 9 y 4 años, que no podían ir al hospital.
“Fue realmente difícil explicárselo a los niños porque no se les permitía subir ahí debido a su edad. Así que nadie pudo despedirse”, dijo Nelson.
“No fui porque tenía que estar aquí por los niños. No podía dejarlos porque sabía lo que estaba ocurriendo… Ellos sabían que iban a perder a su padre”.
Para Laila, la pesadilla no parecía real.
“Estaba en estado de shock, incredulidad y tristeza. A veces, todavía estoy en estado de shock”, dijo Laila. A veces, “se pone muy, muy oscuro. Y a veces es demasiado para mí”.
La casa de su familia, que solía estar llena de la risa bulliciosa de su padre, ahora está inquietantemente tranquila. Y el dolor ahora se ve exacerbado por la ansiedad sobre el futuro.
Domínguez era un padre que se quedaba en casa y cuidaba a Laila, a Aurora, de 9 años, y a Benny, de 4, que tiene necesidades especiales. Nelson hizo malabarismos atendiendo en un bar y de mesera para mantener a la familia.
Pero Nelson no ha podido trabajar desde la muerte de su pareja. Se ha sentido abrumada por su propio dolor mientras cuida sola a tres niños abatidos.
“Apenas me las arreglo y vivo de lo que tengo ahorrado”, dijo.
Nelson solo tiene ahorros para unos pocos meses más, dijo. Pronto, ella tendrá que encontrar un trabajo.
Y Laila, de 13 años, probablemente asumirá más responsabilidades, incluida la de cuidar a su hermano y hermana. Su última experiencia cuidando a sus hermanos traumatizados la llevó a un ataque de pánico.
“Definitivamente ha sido estresante para mí. No puedo explicarlo”, dijo Laila.
Pero desde la muerte de su padre, Laila ha adquirido una nueva y poderosa habilidad: la capacidad de enfrentarse a los acosadores que se burlan de ella por usar una mascarilla.
Antes, Laila intentaba ignorar tales burlas. Ahora, ella responde con una respuesta dolorosamente contundente: “Mi papá murió”.
Algunos acosadores quedaron atónitos y realmente aprendieron de su inesperada respuesta, dijo Laila. Ella espera que más niños aprendan de su historia y tomen en serio el covid-19.
“Lo que me gustaría que supieran sobre el covid es lo peligroso que es… y que sean más conscientes de lo que dicen”.
Un niño de 5 años fue testigo del colapso de su joven madre
Como había sobrevivido cuatro veces al cáncer, Katie Klosterman siempre pensó que sería ella quien tendría que preocuparse por el covid-19, no su saludable y vivaz hija de 24 años, Tina Owens.
Pero durante el momento más álgido de la oleada de casos por la variante delta, cuando más jóvenes eran hospitalizados, Owens colapsó en el piso de la sala de estar de su apartamento en Texas.
La única otra persona en casa era el hijo de 5 años de Owens, Tye. Acababa de terminar su primer día de jardín de infantes.
“Saber que su última visión de su madre son cosas que salen de su nariz y su boca… me rompe el corazón”, dijo Klosterman.
Owens le dijo a su hijo que fuera a buscar a su vecino, un asistente de enfermería certificado. El vecino entró corriendo, llamó al 911 y comenzó a realizar compresiones torácicas, pero fue en vano.
Owens murió a las 6:44 p.m. Esa noche, Tye fue llevado a Servicios de Protección Infantil.
Cuando Klosterman se enteró de la muerte de su hija unas horas más tarde, tomó el siguiente vuelo a San Antonio para llevar a su nieto a Florida.
“Cuando llegué ahí al día siguiente y fui a buscarlo, lo senté y le expliqué que mamá está en el cielo”, dijo Klosterman.
“No puedes verla ni tocarla como a mí. Pero ella está aquí. Siempre está cerca de ti”, le dijo la abuela al niño. “Está bien estar triste. Está bien llorar”.
El covid-19 no solo arrebató a la madre de Tye, sino también sus planes para una nueva vida para ellos.
A pesar de los desafíos de convertirse en madre adolescente, Owens sobresalió en la escuela y estaba en camino de lanzar la carrera de sus sueños.
“Ella era en realidad una estudiante de tiempo completo (que estudiaba) fisioterapia, una estudiante 4.0”, dijo Klosterman. “Le encantaba, absolutamente. Estaba haciendo que su vida siguiera adelante”.
Klosterman dijo que su hija también se comprometió a vacunarse contra el covid-19. Pero se enfermó antes de estar completamente vacunada.
“No esperas que fallezca una joven de 24 años”, dijo Klosterman.
Owens era una ávida usuaria de TikTok y grabó muchos videos. Klosterman ahora comparte los videos de TikTok de su hija con su nieto.
“Estoy tratando de asegurarme de que recuerde su voz”, dijo. “Los reproduciré para él para que se sienta más como si ella estuviera viva para él”.
Pero criar a un huérfano de covid puede ser un desafío inmenso. Tye, que ahora tiene 6 años, a veces habla de detalles traumáticos como “le salían cosas por la nariz y la boca a mamá”.
Klosterman reprime su propio dolor y no se permite llorar hasta que Tye se va a dormir, dijo.
Y ha tenido que pasar de ser una abuela que mima a su nieto a una figura paterna que puede tener autoridad, lo que puede ser difícil de aceptar para un niño.
Para otros que de repente están criando huérfanos de covid, Klosterman aconseja obtener terapia para cada miembro de la familia y clases de crianza para abuelos como ella.
“Muchos roles de crianza han cambiado desde que criamos a nuestros hijos”, dijo Klosterman. “Y como abuelo, ahora lo estás haciendo todo de nuevo”.
Un técnico de emergencias médicas que estuvo en la primera línea de la pandemia no verá a su hijo seguir sus pasos
Mientras que muchos adolescentes intentan separarse de sus padres, Connor Luensman no podía tener suficiente de su padre, James.
Al igual que su padre, Connor se convirtió en una estrella de la lucha libre en la escuela secundaria, e incluso formó parte del equipo universitario en su primer año en Cedar Rapids, Iowa.
También compartían la pasión por ayudar a los demás. James sirvió con orgullo a su comunidad como técnico de emergencias médicas (EMT, por sus siglas en inglés). Connor se ha inscrito en un programa de EMT para el próximo año.
“Siempre quise estar en el campo de la medicina, sí”, dijo Connor, que ahora tiene 17 años. “Estuve rodeado de eso toda mi vida. Mi papá lo hizo desde que nací. Así que me pareció natural”.
Pero James nunca verá a su hijo cumplir ese sueño. En octubre de 2020, solo unas semanas antes de que los trabajadores de la salud fueran elegibles para vacunarse, James Luensman enfermó de covid-19.
Incluso cuando estaba gravemente enfermo, Luensman esperaba recuperarse, vacunarse y volver a ayudar a los pacientes lo antes posible.
“Él no quería que los demás sintieran lo mismo que él”, dijo Connor.
Pero la condición de Luensman empeoró. Connor recuerda su última conversación con su ídolo de toda la vida. Él le dijo que no se rindiera, y que lo amaba.
James Luensman murió el 30 de octubre de 2020. Tenía 43 años.
Unos meses más tarde, el primer día que Connor pudo vacunarse, fue y recibió una inyección junto con su madre Sallie Luensman.
“Quería hacerlo por mi papá porque nunca tuvo la oportunidad de hacerlo”, dijo Connor. “Casi se sentía como si él estuviera ahí”.
Connor ahora ha recibido tres dosis de la vacuna contra el covid-19, sin grandes efectos secundarios. Eso es sorprendente porque Connor siempre había sido alérgico a las vacunas.
“Entonces, cada vez que recibe una vacuna, siempre tenemos que administrarle una dosis alta de antibióticos y una dosis alta de esteroides”, dijo Sallie Luensman.
Pero con las inyecciones del covid-19 “fue la primera vacuna a la que nunca tuvo una reacción”.
Los Luenman se consuelan sabiendo que su tragedia ha inspirado a otros a vacunarse.
“Otros miembros de la familia y otros amigos nuestros se vacunaron específicamente por James, en su honor, porque todos sabemos y hemos visto lo traumático que puede ser perder a alguien que ha marcado la diferencia”, dijo Sallie Luensman.
Connor quiere que todos, incluso los niños, entiendan la importancia de vacunarse contra el covid-19, dijo.
“No se trata sólo de ti”, dijo. “Se trata de proteger a todos los demás”.
Una niña pensó que su papá oso estaba mejorando. No fue así
Desde que tiene memoria, Jessica Barrios, de 13 años, y su padre habían sido inseparables.
A menudo soñaba con celebrar hitos importantes con su padre, Julio “Robert” Barrios. Su celebración de Sweet 16. Su primera vez al volante de un coche. Que la llevara al altar el día de su boda.
Pero Robert no estará ahí para ninguno de esos eventos. Enfermó de covid-19 en junio de 2020 y estuvo hospitalizado durante 81 días. Después de ser dado de alta, luchó contra el covid durante más de un año en su casa en Seneca, Carolina del Sur.
Los síntomas persistentes incluían dificultad para respirar debido a los pulmones dañados, fatiga extrema, problemas de memoria y falta de energía. “No poder hacer ni siquiera las tareas domésticas más simples”, dijo su esposa Summer Barrios.
“Quedarse despierto el tiempo suficiente para lavar los platos o incluso agacharse para sacar la ropa de la secadora o tomar una ducha a veces era simplemente debilitante para él, sentía como si tuviera un caso grave de gripe”.
La salud de Robert dio un último giro devastador el 22 de marzo, cuando murió a los 49 años. Su obituario decía que murió de un “ataque cardíaco masivo provocado por complicaciones de covid 19”.
“Antes del covid, nunca pensé que sería viuda a los 41”, dijo Summer Barrios.
Jessica todavía está lidiando con la realidad de no volver a ver a su papá oso nunca más.
“Nunca pensé que estaríamos en esta posición tan pronto… pensar que él no va a volver”, dijo.
Jessica y su papá tenían un ritual vespertino de acurrucarse en una silla grande y cómoda y mirar televisión hasta que Jessica se dormía en los brazos de su papá. Ahora, Jessica se acurruca sola en esa silla.
Barrios y su hija están tratando de crear conciencia sobre el covid prolongado y cómo puede ser insoportable física, mental, financiera y emocionalmente.
“Esto no va a desaparecer pronto”, dijo Summer Barrios. “Los pacientes de covid largo tienen que decidir entre trabajar o perder sus trabajos o elegir un tratamiento, si tienen la suerte de ingresar a una clínica de covid prolongado”.
Los niños también deben tomar en serio el covid-19, dijo Jessica.
“No es solo una gripe fuerte. No solo afecta a las personas mayores, también afecta a los niños”, dijo. “La gente debe comenzar a tomar esto en serio y hacer su parte para ayudar a tratar de calmar este virus”.