(CNN Español) – A primera vista, tal vez Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, quienes disputarán la segunda vuelta de las presidenciales en Colombia, no pueden parecer más distintos. Y, en lo que refiere a sus trayectorias personales y discursos políticos, sí que tienen grandes diferencias. Sin embargo, su triunfo el 29 de mayo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia, dejan a la vista también sus similitudes.
Petro, quien obtuvo el 40,32% de los votos, y Hernández, que logró un 28,15%, son dos candidatos que rompen con el establecimiento político, dominado desde hace años por el uribismo, como se designa a los seguidores del expresidente Álvaro Uribe. (Junto al candidato de derecha ‘Fico’ Gutiérrez y el centrista Sergio Fajarado, Uribe y el presidente Iván Duque también pueden considerarse derrotados de la campaña electoral: mira aquí los ganadores y perdedores de la primera vuelta).
Y, en este sentido, el triunfo de ambos se ajusta al panorama continental. El analista Daniel Zovatto explica al respecto que en las últimas 13 elecciones presidenciales en Latinoamérica (2019-2022), “salvo en el caso de Nicaragua —que fue una farsa electoral—, en todas las 12 elecciones perdió el partido que estaba en el Gobierno. O sea, hay una demanda muy grande de cambio y de alternancia”. Y eso representan ambos.
“Dos modelos de populismo”
Para Zovatto, Petro y Hernández representan dos “modelos de populismo”.
“Colombia va a una segunda vuelta entre dos modelos de populismo o entre dos propuestas populistas: una de izquierda, y otra diría hasta cierto punto de derecha, aunque realmente es muy difícil ubicar a este personaje Rodolfo Hernández”, dijo al respecto.
Puntos de contacto en sus propuestas: Venezuela, el ELN, el fracking y más
Existen algunos puntos de coincidencia en sus plataformas políticas.
Ambos están de acuerdo con el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, aunque han planteado propuestas diferentes para hacer frente a la crisis migratoria del país vecino.
En el marco de su visión de protección del medio ambiente, Petro ha sido enfático en su voluntad de prohibir el fracking o fracturación hidráulica. Aunque el posicionamiento de Hernández no ha parecido tan claro desde un principio, recientemente manifestó que se oponía a esta práctica.
Y también se manifestó a favor del “derecho al aborto bajo las condiciones estipuladas”, un derecho que el Pacto Histórico liderado por Petro se ha comprometido a respetar con base en el pronunciamiento de la Corte Constitucional.
Ambos candidatos también están a favor de un diálogo con el ELN.
Pero, más allá de estos puntos de contacto, pueden comenzar a verse profundas diferencias.
¿Un Bernie Sanders vs. Donald Trump?
La comparación de Hernández con Donald Trump ha resonado en las últimas semanas. Si siguiéramos el paralelismo: ¿con qué político estadounidense podríamos trazar similitudes en el caso de Petro? Con el senador independiente de Vermont Bernie Sanders, afirma Juan Carlos López, corresponsal jefe de Washington para CNN en Español.
La ubicación de Petro en el espectro político no deja dudas: se define como un líder de izquierda “progresista” y, de hecho, de ganar se convertiría en el primer presidente de izquierda de un país altamente tradicional y de derecha.
Situar a Hernández no parece ser tan sencillo porque él no se define como de izquierda ni de derecha. Sin embargo, sus tendencias siempre han sido vistas como de derecha, explica aquí el corresponsal de CNN Fernando Ramos. Y ‘Fico’ Gutiérrez, el candidato de la derecha que no logró llegar a la segunda vuelta, anunció rápidamente su apoyo a Hernández para la definición.
Unas trayectorias diferentes
Este es el tercer intento que hace Petro, de 62 años, de alcanzar la presidencia de Colombia. El último fue en 2018, cuando perdió en segunda vuelta contra el actual presidente, Iván Duque.
Su vida ha estado atravesada por la actividad política: fue personero y concejal de Zipaquirá, representante a la Cámara, agregado de la embajada de Colombia en Bélgica, alcalde de Bogotá y senador de Colombia durante dos periodos. Carga además con el lastre de haber formado parte de la guerrilla del M-19 que propició una de las peores tragedias de la historia del país, la toma del Palacio de Justicia (aunque él no participó de manera directa).
La trayectoria de Hernández, de 77 años y recién llegado a la arena de la batalla presidencial, no podría ser más distinta.
Hernández hizo su fortuna tras entrar en el negocio de la construcción de la vivienda de interés social en la década de 1990, cuando el país atravesaba una crisis de construcción. Allí creo un plan en el que las familias podían comprar una casa en 100 cuotas mensuales que le pagan directamente a él, que fungía de constructor y banco al mismo tiempo.
Fue concejal del municipio de Piedecuesta, en Santander, en 1992, pero nunca asistió ni se posesionó como cabildante.
Años después, en 2016, llegó a la alcaldía de Bucaramanga y renunció antes de acabar su mandato.
Polémicas al frente de las alcaldías
Salvando las enormes distancias, en su trayectoria sí hay una constante: la polémica durante sus períodos al frente de las alcaldías. Hernández, de hecho está formalmente acusado por presuntas irregularidades en un contrato de consultoría sobre las tecnologías para el manejo de los residuos en el relleno sanitario de El Carrasco, en Bucaramanga, cuando era alcalde. Se ha declarado inocente.
En 2019, alegando persecución política y cuando la procuraduría lo sancionó por presunta participación indebida en política, renunció a su cargo como alcalde de Bucaramanga.
Petro, por su parte, fue destituido de la alcaldía de Bogotá, a la que había accedido en 2011, tras una investigación disciplinaria por el manejo de una crisis relacionada con el sistema de recolección de basura. Sin embargo, la historia terminó con un cariz bien distinto para él: obtuvo una victoria jurídica internacional ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó su restitución como alcalde de Bogotá en 2014 y le permitió catapultarse como el líder de izquierda que se ha construido hasta hoy, según analistas.
Las prioridades de Petro y Hernández
Petro es metódico al hablar. Hace pausas. Es teórico. Hernández, por el contrario, se suele expresar de manera muy coloquial y con frecuencia con groserías. Las diferencias en su forma de presentarse ante el público son tan notorias como las del foco de su discurso.
La columna vertebral del discurso de Hernández puede resumirse en esta frase: “Yo me defino como Rodolfo Hernández, un ingeniero que quiere sacar los ladrones del gobierno. Eso es todo”.
La lucha contra la corrupción ha sido su bandera y mantra, y para lograrlo propone, entre otras, “no mentir, no traicionar los electores y lograr una pequeña modificación al Código Penal y al Código de Procedimiento Penal para quitarles la impunidad”.
El foco de Petro, por otra parte, ha estado principalmente en la transformación del modelo económico para ir del extractivisimo hacia la producción, con un fuerte énfasis en la transición energética y la reforma agraria.
Dos ejemplos: las reformas impositivas y la visión sobre los pobres
Para el Pacto Histórico, el sistema impositivo actual tiene un “claro sesgo a favor de las personas excesivamente ricas”. Petro propone una reforma tributaria que, entre otros aspectos, se enfoque en los dividendos: será obligatorio declararlos y siempre tendrán que pagar impuestos. El candidato ha dicho que la mayor carga impositiva iría “sobre las 4.000 más grandes fortunas de Colombia”.
Hernández propone organizar impositivamente al país con una apuesta principal: bajar el IVA.
La idea es “hacer tan práctico el pago del IVA que los contribuyentes no dispongan de mecanismos para evadir el compromiso con la Nación”. “Proponemos aplicar una tarifa general de IVA del 10 %, casi la mitad del porcentaje actual, que mantenga la canasta familiar libre del impuesto y reclasifique los demás bienes y servicios excluidos”, explicó.
Una de las polémicas más recientes en las que se vio envuelto Hernández, y en la que Petro rápidamente intervino, está vinculada a la visión sobre las personas pobres en el país.
“Necesitamos que los empresarios entiendan que el mejor negocio del mundo es tener gente pobre con capacidad de consumo, porque los pobres consumen toda la plata”, dijo Hernández en enero en una transmisión en redes sociales.
“No se trata que los pobres le puedan comprar algo a los empresarios, se trata que dejen de ser pobres”, le retrucó Petro.
La figura de la vicepresidenta
Tanto Petro como Hernández tienen a mujeres como compañeras de fórmula. Sin embargo, hasta ahora su papel ha sido bien distinto.
Francia Márquez, de Pacto Histórico, obtuvo una votación histórica en las elecciones internas de marzo y se posicionó como líder de la izquierda. Ha jugado un papel central en la campaña.
Marelen Castillo, por el contrario, es poco conocida en la política colombiana. Solo hace tres meses su nombre empezó a sonar tímidamente en el público tras de ser elegida como la candidata vicepresidencial de Hernández. Se ha descrito a sí misma como una “perfecta desconocida”.
Con información de Melissa Velásquez, Germán Padinger, Fernando Ramos, Paula Bravo y Sebastián Jiménez
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