(CNN Español) – En lo que es tal vez la noticia política más importante en Colombia luego de las elecciones del domingo, el expresidente Álvaro Uribe confirmó este viernes que aceptó la invitación y se reunirá con el presidente electo Gustavo Petro.
“Agradezco la invitación del Presidente Gustavo Petro. Acudiré a la reunión en representación del Centro Democrático. Son visiones diferentes sobre la misma patria”, escribió Uribe en su cuenta de Twitter.
Uribe y Petro: rivales políticos
Uribe y Petro están en orillas políticas opuestas.
Petro representa uno de los extremos políticos antagonistas de Uribe, una polarización de la que muchos en Colombia dicen estar cansados, según señalaban encuestas del momento cuando había una disposición hacia el voto en blanco de cara a la segunda vuelta en 2018. Y la fuerza que le dan sus millones de electores tiene contrapeso en sectores que prefieren votar por la derecha porque ven en Petro una amenaza al statu quo.
Petro, al igual que su némesis, el expresidente Uribe, es un político de amores y de odios.
Durante la campaña a la presidencia que acaba de terminar con la victoria de Petro, y aunque Uribe poco se dejó ver, hubo fuertes señalamientos entre los dos.
Después de los resultados de la segunda vuelta, Uribe llamó a defender la democracia y a aceptar los resultados:
¿Qué es el uribismo?
Tras años de influencia política, y después de cuatro años de la presidencia del uribista Iván Duque —que dejó un país hundido en la violencia y con una crisis social acentuada por la pandemia— el uribismo está en decadencia, según algunos expertos.
La llegada del líder de izquierda Petro a la presidencia, quien ha sido el más fuerte contradictor de Uribe durante años, quizás pueda dar cierre a 20 años de la era del uribismo en Colombia.
El uribismo es la corriente política creada por Álvaro Uribe Vélez que en las décadas recientes ha estado tan presente en el país que Uribe, expresidente y exsenador, es considerado por muchos una de las figuras políticas más importantes de Colombia en ese periodo.
A finales de la década de 1990 y empezando el nuevo siglo, Colombia era un país hundido en la desesperanza por los altísimos niveles de violencia por cuenta de grupos armados y gobiernos con los que los actos criminales eran constantes.
“Su premisa era la seguridad”, dijo a CNN Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado en Bogotá. “Recuperar la autoridad del Estado perdida especialmente en el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), en el que tuvo que enfrentar una serie de tomas guerrilleras”.
“Era el momento en que el Estado estaba casi arrodillado a merced de una guerrilla supremamente poderosa”, dijo Jaramillo Jassir.
Así que llegó la campaña presidencial de principios de siglo y un candidato poco conocido para ese entonces, que inició muy por debajo en las encuestas, empezó a treparse en la opinión pública con un discurso de mano dura contra las Farc. Álvaro Uribe Vélez, quien anteriormente se había desempeñado director de la Aeronáutica Civil, alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, ahora buscaba gobernar el país.
Se necesitaba mano dura, “un hombre con pantalones”, decía Revista Semana, para ese entonces uno de los medios más importantes del país, en un reportaje de 2001 llamado “El fenómeno Uribe”.
“Colombia nunca había estado tan cerca del abismo como se siente hoy”, decía el reportaje de Semana en el que se le atribuía al Gobierno de Pastrana una “falta de liderazgo, con la inseguridad rampante, con el secuestro disparado y con el escalamiento de la guerra llegando a las ciudades”.
Uribe llegó al poder en 2002 con una victoria en primera vuelta sin precedentes y un apoyo amplio entre los sectores políticos y la población civil.
Lee más aquí: ¿Qué es el uribismo y cuánto tiempo ha estado en el poder en Colombia?