(CNN) – Las métricas oficiales de casos de covid-19 subestiman gravemente el número real de infecciones, lo que deja a Estados Unidos con un punto ciego crítico a medida que la variante de coronavirus más transmisible gana terreno.
La subvariante BA.5 de ómicron se convirtió en la variante dominante en Estados Unidos la semana pasada, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), y la subvariante lleva mutaciones clave que le ayudan a evadir los anticuerpos generados por las vacunas y la infección previa, ayudando a su rápida propagación.
Con ello llegará “un número creciente de casos y más hospitalizaciones”, dijo este lunes el Dr. Eric Topol, cardiólogo y profesor de medicina molecular en Scripps Research. “Algo bueno es que no parece ir acompañada de los ingresos en cuidados intensivos y las muertes como las variantes anteriores, pero esto es definitivamente preocupante”.
Sin embargo, si se observa el recuento oficial de casos, es difícil saberlo.
La proporción de casos que se notifican oficialmente está en un “mínimo histórico”, dijo el Dr. Michael Mina, epidemiólogo y director científico de la empresa de telesalud eMed. “No hay duda de ello”.
Los casos de covid-19 se han subestimado en cierta medida a lo largo de la pandemia por razones que incluyen la falta de pruebas disponibles en algunos puntos y los casos asintomáticos que pueden haberse pasado por alto. Pero a medida que la gente confía cada vez más en las pruebas rápidas realizadas en casa, y a medida que las actitudes hacia la pandemia cambian en general, EE.UU. no ha llegado a una forma fiable de rastrear los niveles de transmisión.
Una estimación del Institute for Health Metrics, un centro de investigación de la Universidad de Washington, sugiere que las cifras reales de contagio en la primera semana de julio fueron unas siete veces superiores a los casos notificados, que han sido una media de unos 107.000 diarios en las dos últimas semanas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Antes de que los CDC levantaran el requisito de que los viajeros internacionales se sometieran a una prueba de covid-19 antes de entrar al el país el mes pasado, dijo Mina, era una “oportunidad increíble” para vigilar el estado del covid-19 en todo EE.UU. entre un grupo de personas en su mayoría asintomáticas. Alrededor del 5% de los viajeros dieron positivo durante todo el mes de mayo, lo que, según él, se traduce probablemente en al menos un millón de nuevas infecciones diarias en la población estadounidense en general, 10 veces más que el recuento oficial.
Ahora que la subvariante BA.5 está aquí, “sabemos que se producirá una oleada en el otoño, no cabe casi ninguna duda al respecto, si no es que antes. Así que hay que estar realmente conscientes de que eso es lo que puede ocurrir”, dijo Mina.
Pero con tantas variables en juego, no tiene necesariamente sentido comparar el estado actual de las cosas con otros momentos de la pandemia.
“Realmente no tenemos una buena idea de cuál es la línea de base”, dijo el Dr. Marcus Plescia, jefe médico de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales. “Decir ‘aquí es donde estamos, en este momento en 2022, en comparación con 2021’, no es una comparación justa”.
Para evaluar tu riesgo individual de padecer covid-19 a medida que gana terreno una nueva variante, hacer un recuento de los casos entre amigos y familiares puede ser un mejor indicador que los datos oficiales, dicen los expertos.
“La gente se pregunta entre sí, comparte historias, y probablemente no sea una mala fuente de pruebas”, afirma Baruch Fischhoff, profesor de la Universidad Carnegie Mellon y presidente fundador del Comité Asesor de Comunicación de Riesgos de la Asociación de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Nuestras redes sociales han permanecido probablemente más consistentes que los sistemas nacionales de vigilancia, dijo, y “si más personas de las que oyes en tu círculo están contrayendo la enfermedad ahora que en el pasado, y el tamaño de tu círculo es más o menos el mismo, entonces presumiblemente hay muchos más contagios de la enfermedad ahora que antes”.
Los resultados graves no cuentan toda la historia
En las reuniones informativas del Equipo de Respuesta al Covid-19 de la Casa Blanca, la más reciente de las cuales tuvo lugar hace más de dos semanas, la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC, presentó las tendencias de los casos sin hacer referencia a estas importantes advertencias de los datos.
Hace meses, los CDC dejaron de lado los niveles de transmisión del covid-19, que clasificaban el riesgo basándose en el recuento de casos y las tasas de positividad de las pruebas, para centrarse en los niveles comunitarios de covid-19, que se basan en mayor medida en métricas relacionadas con las hospitalizaciones.
Durante la oleada de ómicron de este invierno boreal, las hospitalizaciones y las muertes no siguieron la misma línea de tendencia pronunciada que los casos, un cambio importante con respecto a las oleadas anteriores de la pandemia.
Pero el hecho de que sigan produciéndose resultados graves es razón suficiente para seguir prestando atención a los
casos, dicen los expertos.
“Si alguna vez llegáramos a un estado en el que la gente se infectara pero ya no causara ninguna enfermedad grave, quizás se trate de una nueva variante mucho menos grave, o no causara un covid prolongado, si no hubiera resultados adversos para la salud realmente significativos, entonces ya no nos preocuparíamos tanto por los casos”, dijo Jason Salemi, epidemiólogo y profesor asociado de la Universidad del Sur de Florida.
“Pero permítanme ser claro, todavía no estamos ahí”.
No hay pruebas de que la subvariante BA.5 cause una enfermedad más grave, pero los estudios han demostrado que sí puede evadir los anticuerpos de la vacunación o de una infección previa, incluso de otra subvariante de ómicron. Se espera que las vacunas sigan proporcionando protección contra la enfermedad grave y, para el otoño, los fabricantes de vacunas están desarrollando vacunas de refuerzo actualizadas que incorporan las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5.
Hay tratamientos disponibles, como la píldora antiviral Paxlovid, que reducen drásticamente el riesgo de muerte o enfermedad grave. Y las mascarillas de alta calidad, la ventilación, el distanciamiento y la cuarentena y el aislamiento pueden seguir ayudando a reducir la propagación de cualquier variante, incluida la BA.5.
Pero actualmente, más de 5.000 personas ingresan en el hospital con covid-19 cada día, según los datos de los CDC, y más de 300 mueren cada día, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Centrarse en estos “indicadores rezagados” cuesta “un tiempo significativo para empezar a frenar el comportamiento de la gente y prevenir mucha morbilidad y mortalidad”, dijo Salemi.
Si 1 de cada 5 infecciones por covid-19 produce un covid prolongado, y las infecciones reales son siete veces superiores a las notificadas, el número de personas con covid prolongado podría estar creciendo en 100.000 cada día.
Trabajar en los puntos ciegos
Por ahora, EE.UU. se encuentra en una “fase de gestión sostenida”, con esfuerzos continuos para mantener las cosas bajo control, en comparación con “lo que era un enfoque mucho más reactivo y emergente del pasado”, dijo Plescia.
Pero el gobierno federal reasignó recientemente los recursos de las pruebas porque el Congreso no aprobó fondos adicionales para el covid, una medida que, según Mina, dejará a EE.UU. “bastante a ciegas a medida que avancemos hacia el otoño”.
Algunos programas de vigilancia están en marcha, como el control de las aguas residuales que rastrea la cantidad de virus presente en el alcantarillado. Pero dice que son “mínimos”, y “en general, no nos están dando una buena imagen de lo que realmente está sucediendo en todo Estados Unidos”.
“En cierto modo, acabamos de atravesar este gran brote”, dijo Mina, refiriéndose a las subvariantes de ómicron dominantes anteriormente. “Pero yo diría que no debemos bajar la guardia, porque con BA.5, espero que sea una historia muy diferente”.