CNNE 1243974 - este es el pequeno dragon que vive en los glaciares de la patagonia
Conoce el misterioso dragón de la Patagonia
01:06 - Fuente: CNN

(CNN) – Un misterioso y diminuto dragón vive entre los hielos de la cordillera de los Andes, en Sudamérica, y si parpadeas, puede que te lo pierdas.

El dragón de hielo patagónico es un insecto que mide poco más de un centímetro de largo (1,3 cm) y vive en los glaciares.

El Campo de Hielo Sur de la Patagonia es una impresionante reserva de agua dulce, pero los ríos de hielo son un lugar difícil para habitar. El dragón de la Patagonia, un tipo de plecóptero, se ha adaptado para sobrevivir en esta tierra helada.

El dragón es lo que los científicos llaman un extremófilo, es decir, un organismo que puede vivir en ambientes extremos.

Este plecóptero es el único insecto verdadero que vive en el campo de hielo de la Patagonia, y todo su ciclo vital se desarrolla en el hielo. Se conocen dos especies de dragón de hielo, Andiperla morenensis y Andiperla willinki, pero podría haber más esperando a ser encontradas.

Eso es todo lo que saben los científicos, según el biólogo Isaí Madríz. Todo lo demás son hipótesis o especulaciones.

Pero hay más preguntas que respuestas sobre el dragón de hielo.

Diminuto pero poderoso

El tiempo puede estarse agotando para el dragón de hielo. Este diminuto insecto está en peligro de extinción porque la capa de hielo a la que llama hogar se está derritiendo rápidamente debido al calentamiento global.

Madríz está decidido a aprender todo lo que pueda sobre el dragón, y a compartir ese conocimiento con otros, para comprender mejor una criatura poco común que aprendió a sobrevivir en un paisaje helado y estéril hace millones de años.

Madríz, a menudo llamado el “detective de los bichos”, lleva años investigando la biodiversidad de la Patagonia.

Además de ser el experto mundial en la mosca grulla primitiva, investiga linajes de insectos poco conocidos.

Los dragones de hielo viven todo su ciclo vital en los glaciares.

Durante sus expediciones periódicas al campo de hielo, Madríz empezó a recoger observaciones del dragón de hielo y a compartirlas con los laboratorios que estudian la especie en Argentina y Chile.

“Estoy boca abajo en el hielo, avanzando mirando a los insectos y siguiéndolos”, dice. “Es como volver a cuando eres un niño, mirando a los insectos y averiguando lo que hacen”.

El detective de los insectos

Su trabajo de detective ha dado frutos. Hasta ahora, Madríz ha podido observar comportamientos de estos insectos que solo se pueden presenciar en el campo.

También ha visto huevos de dragón de hielo de cerca, una rareza ya que los dragones de hielo jóvenes han demostrado ser escurridizos.

“Lo sorprendente es que, una vez que empiezas a mirar dentro de los huevos, parece como si fuera un pequeño camarón”, dijo Madríz. “Puedes ver todo el organismo ya desarrollado”.

En el momento en que la hembra del dragón de hielo pone los huevos, las crías de insecto están completamente formadas. Los científicos aún no saben cuánto tardan en salir de los huevos, pero ahora se entiende su naturaleza invisible: los dragones de hielo jóvenes son traslúcidos. En el hielo, son imposibles de ver hasta que empiezan a crecer y madurar y sus exoesqueletos se vuelven más oscuros.

Madríz también aprendió por accidente que los dragones de hielo pueden soportar otro extremo.

Para conservar y estudiar los especímenes, los científicos suelen hervirlos brevemente en agua, lo que ayuda a mantener la forma sin que los tejidos se colapsen.

Madríz sumergió tres dragones de hielo en agua hirviendo durante unos 10 o 15 segundos y se volvió para hacer otra cosa. Cuando regresó, uno de los dragones de hielo se arrastraba fuera del plato.

“Descubriremos que esta especie es mucho más interesante de lo que pensábamos, porque no se pasa de la congelación al agua hirviendo y se sobrevive, con la excepción de algo como un tardígrado”, dijo. Los tardígrados microscópicos tienen la capacidad de sobrevivir e incluso prosperar en los entornos más extremos.

Preguntas pendientes

Madríz espera que en los próximos años se revelen muchas respuestas sobre el dragón de hielo. Quiere descubrir cómo estos insectos optaron por hacer de los glaciares su hogar, en lugar del agua, y luego se adaptaron a un estilo de vida único.

Madríz y sus compañeros de investigación trabajan sin descanso para desvelar los entresijos de la especie, entre ellos cómo sobrevive en el campo de hielo y qué come.

Actualmente se especula con que la sangre del dragón de hielo contiene glicerol, un anticongelante natural, pero se desconocen las cantidades y si impide que la sangre del insecto se congele. Futuras investigaciones podrían aclararlo.

Es posible que los dragones de hielo se alimenten de pequeñas algas en el hielo. También es posible que coman otros insectos que viven en los valles cercanos y son arrastrados por el viento hasta los glaciares y muriendo allí. Y se sabe que los dragones de hielo se alimentan de crioconita, el fino polvo del hielo formado por microbios y otras pequeñas partículas. Este polvo arrastrado por el viento puede aterrizar en los glaciares y disminuir su reflectividad, lo que puede facilitar su derretimiento.

“Cuando se encuentra el único (insecto) que puede vivir en ese entorno, entonces tiene que tener algún impacto en el medio ambiente”, dijo Madríz.

Madríz quiere iniciar un programa de cría en cautiverio en los próximos dos años para ayudar a salvar este insecto antes de que su ecosistema desaparezca. Madríz espera que la concientización sobre esta misteriosa criatura pueda hacer que su conservación sea autosostenible. Conseguir que los guías de campo enseñen a los turistas sobre los dragones de hielo también puede ayudar a educar a los viajeros que exploran los glaciares de la Patagonia que están desapareciendo.

En lugar de buscar las mejores oportunidades de una “selfie” en el hielo, los visitantes pueden venir en busca del escurridizo dragón de hielo y marcharse con una comprensión de un ecosistema increíblemente único, dijo Madríz.